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Directorio de poetas que escriben en Rima Jotabé



Rima Jotabé



Directorio de poetas que escriben en Rima Jotabé en lenguas diferentes al Español

Directorio de Poetas que escriben en rima Jotabé en español
 
 
ANÍBAL JOSÉ GARCÍA ESPINOZA
 
Poemas Página 02
Poemas Página 03
 
Aníbal José García Espinoza

Aníbal José
García Espinoza

San Félix De Guayana, Edo. Bolívar (Venezuela)
Reside en Brasil

La misma podredumbre

(Jotabé tridecasílabo)


El tema que planteo es bastante sabido,
es una necesidad que el hombre ha tenido.

La efectúa el rey en su retrete dorado,
el papa lo hace en su sanitario sagrado,
ya el rico prefiere en su inodoro importado;
mientras que el pobre lo hace en su humilde escusado.

Hasta la dama más elegante y jovial,
deja su marca qué no es de lápiz labial.

Entonces por qué el ser humano es engreído,
si una misma podredumbre nos ha tomado;
y a la hora de evacuar todo el mundo es igual.



Flor marchita


(Jotabé decasílabo)


Grande amigo, al final te vencieron
los demonios que te persiguieron.

No puedo dejar de lamentar,
que no estuve ahí para ayudar,
y aquellas lágrimas consolar;
ah, amigo te quería abrazar.

La medicina y la religión,
no comprendieron tu corazón.

Y los sentimientos se oprimieron
tus flores no pudieron brotar
se ahogaron en la depresión.



Mi gran dibujo


(3 Jotabés tridecasílabos)


Aquel día en un acto tal vez de locura,
hice un diseño en el plano de arquitectura.

Mi padre al ver su bello proyecto pintado,
por un momento se sintió desesperado,
tardó meses para dejarlo terminado;
para optar por un trabajo fue elaborado.

Imaginé que algún castigo me daría,
mas de forma calma dijo que me entendía.

Me pidió que lo aconpañara en su aventura,
el día que el plano sería presentado,
no sabía que intenciones papá tenía.


Con fe, sabiduría y bastante pasión,
realizó una magnífica exposición.

Y cuando llegó aquella hora de responder,
las preguntas que los jueces iban a hacer,
al unísono todos querían saber;
de los trazos que no podían entender.

Papá dijo que no sabía contestar,
que solamente a mi me tocaba explicar.

Pasé al frente tembloroso y con emoción,
a la audiencia mi diseño di a conocer;
un silencio se apoderó de aquel lugar.


Dije que mi gran dibujo era una casita,
con amor diseñé para mi madrecita.

Me da una inmensa tristeza verla sufrir,
cuando mira al dueño de la casa venir,
sin el dinero le da vergüenza salir;
mas, insiste, su pago quiere recibir.

Papá seca sus lágrimas y le da amor,
dice confiado que pronto será mejor.

Al concluir el discurso mi alma pequeñita,
sintió gozo cuando empezaron a aplaudir;
el proyecto de mi padre fue el ganador.



Juntos hasta el fin


(Jotabé decasílabo)


Aquella noche murió abrazado,
al libro que tanto había amado.

Sus letras fueron siempre su guía,
le dieron luz y sabiduría,
aliento, consuelo y alegría;
cuando la tristeza lo invadía.

De su libro fue un gran defensor,
cuando surgía un opositor.

Morir así lo había anhelado,
su bello sueño Dios cumpliría;
juntos hasta el fin, libro y lector.



Sencillez


(Jotabé)


En mi vanidad vivía orgulloso,
cuando en realidad era leproso.

En aquel momento de estupidez,
a cuantos lastimé con mi altivez;
juzgue sin percibir mi desnudez,
fueron días de mucha inmadurez.

Me sentía superior a mi hermano,
pobre de mí no era más que un gusano.

Pero comprendí que lo más hermoso,
es ir por la vida con sencillez;
la humildad nos conecta con lo humano.



Leproso


(Jotabé tridecasílabo)


Va por los caminos con el rostro cubierto,
es leproso su habitación es el desierto.

Según la ley en su casa no puede estar
de las cosas sagradas se debe apartar,
ni un cabello de los hombres puede tocar,
¡inmundo! ¡inmundo! declara en su caminar.

Ah, como extraña los besos de su mujer,
y en sus brazos contemplar el amanecer.

A pesar de que respira se siente muerto,
solo en su caverna no deja de llorar;
¿recibirá perdón? ¿volverá a renacer?



Pasión y esmero


(Jotabé)


Soñar nunca fue tarea sencilla,
en la vida no todo es maravilla.

Hay que enfrentar los molinos de vientos,
los desiertos y mares turbulentos,
como Thomas Edison mil intentos;
desafiando los falsos argumentos.

Cruzando por la odisea de Homero,
y persiguiendo con fe aquel lucero.

Hasta el más pequeño cocuyo brilla,
y no importa si los pasos son lentos;
hay que avanzar con gran pasión y esmero.



Llantos isleños


(Jotabem)


Se despertaron sus sueños,
entre los llantos isleños.

Por su origen rechazada,
más al quedar divorciada,
sociedad contaminada;
y por hombres dominada.

Cuba y Estados Unidos,
sus versos fueron oídos.

A pesar de sus empeños,
solo al morir fue aceptada;
Julia, honores merecidos.



Triste poeta


(Jotabem 33 pentasílabo)


Nudo que aprieta,
surge otra grieta.

De nuevo el suelo,
cortan su vuelo,
vil desconsuelo,
oscuro el cielo.

Pierde el sosiego,
se oye su ruego.

Triste poeta,
está de duelo,
murió su fuego.



El que fui


(Jotabé dodecasílabo)


Si al final alguien quiere escribir mi historia,
le agradezco que no me vista de gloria.

Sin temor hablen sobre mis divergencias,
de mi vida desnuda sin apariencias,
los momentos felices y las carencias;
mis dudas, fracasos, demonios, demencias.

Que el mundo sepa quién realmente fui,
si me enamoré, canté, lloré o reí.

Al resaltar mi pequeña trayectoria,
digan que lamenté por mis insolencias;
con las cuales a mi grande amor herí.



Nada perdí


(Jotabé decasílabo)


En esta historia yo fui el mendigo,
siempre buscando un poco de abrigo.

Herido y rechazado insistía,
queriendo despertar tu alma fría,
te escribí mil y una poesía;
mas no te causaron alegría.

Me marcho, no como perdedor
pues nada pierde quien siembra amor.

Y una cosa sin temor te digo,
hoy al mirar tu cama vacía;
desearás sentir mi calor.



Agua de su costado


(Jotabé)


Su cuerpo en quebranto fue traspasado,
y agua viva brotó de su costado.

Desde la cruz un manantial fluyó,
el corazón desierto revivió,
el valle de lamentos floreció
una vida de esperanza se abrió.

Las almas sedientas pueden hallar,
el agua que puede la sed quitar.

Agua limpia que el cielo nos a dado,
con la cual Jesús nos purificó;
¡si alguien tiene sed, de él puede tomar!



Poesía eres tú


(Jotabé tetradecasílabo)


La poesía es un despertar de primaveras,
el canto de las musas bañadas en quimeras.

Suave susurro de un manantial enamorado,
que adorna con bellas flores el valle encantado,
un vuelo de gaviotas bajo el cielo dorado;
la fragancia del corazón cuando a sido amado.

Poesía idioma de las almas soñadoras,
que se pierden en el tiempo olvidando las horas.

Pequeños lirios blancos que adornan las praderas,
la fuente de amor que del mismo cielo ha brotado;
poesía eres tú, cada día me enamoras.



Poesía eres tú


(Jotabé tetradecasílabo)


La poesía es un despertar de primaveras,
el canto de las musas bañadas en quimeras.

Suave susurro de un manantial enamorado,
que adorna con bellas flores el valle encantado,
un vuelo de gaviotas bajo el cielo dorado;
la fragancia del corazón cuando a sido amado.

Poesía idioma de las almas soñadoras,
que se pierden en el tiempo olvidando las horas.

Pequeños lirios blancos que adornan las praderas,
la fuente de amor que del mismo cielo ha brotado;
poesía eres tú, cada día me enamoras.



Joropo


(Jotabé dodecasílabo)


Joropo es nuestro baile tradicional,
para una fiesta llanera primordial.

¡Venga a mi tierra para que baile y vea!
como el maestro arpista contrapuntea,
y en la sala una pareja bailotea;
ella con su estribillo y él zapatea.

La dama ondea su vestido de flores,
mientras su caballero le rinde honores.

Orgulloso de nuestro baile ancestral,
que lo bailaba Bolívar con Matea;
el joropo resalta nuestros valores.



La vieja chancleta

(Jotabé eneasílabo)


Recuerdo bien aquellos días,
cuando detrás de mí corrías.

En tu mano el alma secreta
la temida vieja chancleta,
escapar de ella era mi meta;
más tenías piernas de atleta.

Y cada vez que la lanzabas,
en tu tiro nunca fallabas.

Enseñarme eso pretendías,
y así corregir mi alma inquieta;
si todo fue porque me amabas.



Mariposa herida


(Jotabé)


Se posó en mi pecho cual mariposa,
como ave que de la lluvia reposa.

Buscaba revivir ante la herida,
de aquel amor que le arrancó la vida,
en mis brazos se sintió protegida;
y lentamente se quedó dormida.

Sentí que el cielo me dio la misión,
de restaurar su bello corazón.

El amanecer reveló la rosa,
que entre malezas estaba escondida;
su tristeza se transformó en canción.



Insigne latinoamericano


(Jotabé)


Escritor, ensayista y diplomático,
destacado poeta carismático.

Sus obras son de gran envergadura,
entre el lirismo romance y aventura,
supo opinar sin miedo a la censura;
cuando lo humano pierde la cordura.

El orgullo del pueblo mexicano,
insigne latinoamericano.

Su inigualable estilo poemático,
es referencia en la literatura,
honores para Octavio Paz Lozano.



Beso ingrato


(Jotabé tridecasílabo)


Aquella noche de Pascua quedó marcada,
cuando una triste noticia fue revelada.

Les dijo el maestro con bastante dolor:
se oculta entre ustedes un villano traidor,
con mucho asombro miraban alrededor;
y exclamaban a gritos ¡seré yo Señor!

Aquel hombre que moja su pan en mi plato,
satanás lo eligió como su candidato.

Y en los olivos durante la madrugada,
después de elevar al cielo su gran clamor,
Judas entregó a su Rey con un beso ingrato.



Los ojos de Jesús


(Jotabé tridecasílabo)


Son sus ojos agua limpia de manantial,
mirada profunda con brillo celestial.

Sus ojos no tienen rastro de oscuridad,
traspasa el alma con la luz de la verdad,
su mirada transmite sublime bondad;
donde el pecador encuentra amor y piedad.

Dichosos aquellos que él mira con agrado,
hombres humildes que caminan a su lado.

Todavía recuerdo el momento crucial,
cuando me encontraba en oscura soledad,
en sus ojos hallé lo que había buscado.



Las manos de mi mujer


(Jotabé)


Sus manos son un pedazo de cielo,
cada vez que necesito consuelo.

De ellas mana una esencia espiritual,
que me hacen sentir libre, magistral;
navegando en un mundo sideral,
manos benditas, de amor sin igual.

Son las manos tiernas de mi mujer,
que me dan apoyo para vencer.

Sus manos acariciando mi pelo,
dormido entre sus pechos de cristal,
siento que a nada le debo temer.



Mi eterno homenaje


(Jotabé tridecasílabo)

felicito a todas las mujeres en su día en especial a mi esposa Anny Sarai Aguilera


El universo se llena de poesía,
cuando en tu rostro se dibuja la alegría.

La esencia bendita que brota de tu ser,
son como las fragancias del amanecer,
y en tu piel el misterio del anochecer,
magia que inspira a declararte mi querer.

En todo lo que haces te entregas con pasión,
mostrando la grandeza de tu corazón.

Aunque el mundo te conmemora solo un día,
yo te rindo mi eterno homenaje oh, mujer;
preciosa joya que adorna la creación.



El hijo pródigo


(Jotabemo Espejo pentadecasílabo)


Aquella tarde dijiste que te querías ir,
una vida diferente pretendías vivir.

Te quise retener, pero fue mayor tu insistencia
estabas tan decidido que pediste tu herencia;
y como no atendiste mi llamado de advertencia,
te dejé partir con un gran dolor en la consciencia.

Y sin mirar atrás te fuiste buscando el placer,
tu paso acompañé hasta que ya no te pude ver.

Cada día sin ti aumentaba mi amargo sufrir,
esperaba tu regreso con tanta vehemencia;
en el mismo lugar con la luz del atardecer.


Siempre me preguntaba si extrañabas mi querer,
si del calor de mis brazos has tenido carencia;
y habrás pensado en regresar a mí antes de morir.

Y cuando mi alma estaba a punto de desvanecer,
allá en el horizonte tu rostro vi aparecer.

«Padre, he pecado contra ti, no merezco clemencia,
tu amor desprecié sufrí por mi vil desobediencia,
que sea uno de tus siervos quiero de penitencia;
pretender ser hijo tuyo sería una insolencia».

¡Oh, hijo mío tu lugar de honor voy a restituir!
porque tú estabas muerto más hoy vuelves a vivir.



Aún puedes


(Jotabé dodecasílabo)


Lloro al mirar el camino que has tomado,
diferente al que te había señalado.

Confieso que tengo miedo de perderte,
si tal vez un día te falle la suerte,
y todo lo efímero que hoy te divierte;
te lleve a la triste y prematura muerte.

Mas aunque veo tu sendero algo oscuro,
sé que aún puedes mejorar tu futuro.

Y por eso estaré contigo a tu lado,
esperando que tu corazón despierte;
para retomar al camino seguro.



El árbol de mango


(Jotabé)


¡Gran sombra! el árbol de mango ofrecía,
cuando el calor la carne consumía.

La familia solía descansar.
y entre conversas historias contar;
también era el preferido lugar,
donde alegres podíamos jugar.

Cuando en sus ramas el fruto brotaba,
mi alma de niño se regocijaba.

Pero de tanto mango que comía,
la barriga parecía estallar;
y para el baño siempre me llevaba.



Juntos de nuevo


(Jotabé)


Por mi regreso mucho has esperado,
y en esa espera bastante has llorado.

¡Cuánto deseo que llegue ese día!
donde mi rostro te traiga alegría;
pero la distancia es tan cruel y fría,
se empeña en separarnos todavía.

Oh, madrecita por favor resiste,
sería muy triste oír que partiste.

Sé que el cielo tu oración ha escuchado,
y pronto habrá de unir tu alma y la mía,
tendrás de nuevo al hijo que pariste.



Mi gran fortuna


(Jotabé)


Antes de entregarnos a la pasión,
bailamos desnudos una canción.

La noche resultó ser oportuna,
entró en el cuarto la luz de la luna,
tu piel era bella como niguna;
y nos entregamos sin prisa alguna.

No hubo área que no fuese explorada,
vibrabas al sentirte deseada.

Nos tornamos un solo corazón,
hacerte mía fue una gran fortuna,
serás para siempre mi dulce amada.



Misión sagrada


(Jotabemo tetradecasílabo)


Aceptaste con gran valor la misión sagrada,
y en tu vientre la esperanza fue depositada.

Aquel día iluminado lo viste nacer,
sus ojitos tiernos se ganaron tu querer,
con tu sublime bondad y esencia de mujer;
en amor y cuidado lo ayudaste a crecer.

Una mañana de casa los viste partir,
su misión salvadora tenía que cumplir.

Decidiste acompañarlo en su dura jornada,
tal vez en tu instinto materno de proteger,
o como sierva sumisa a su Señor servir.


Cuando veías la multitud alborotada,
recordabas la profecía que fue anunciada.

«Israel conocerá su glorioso poder,
los perdidos en oscuridad irán a ver,
de su sabiduría todos pondrán beber;
mas una vil espada traspasará tu ser».

Y aquella tarde gris no pudiste resistir,
al mirar a tu pequeño en su amargo sufrir.

Penetraba tu corazón la terrible espada,
era su destino, nada podías hacer;
tan solo llorar y acompañarlo hasta morir.



Miente como quieras


(Jotabé dodecasílabo)


Podrás declarar al mundo tu versión,
diciendo que era falso mi corazón.

Que las palabras bellas que te escribía,
estaban disfrazadas de hipocresía,
versos vacíos, amor que no sentía,
un villano escondido en la poesía.

Tal vez consigas a muchos engañar,
menos a la luna, las flores y el mar.

Que me dieron la mágica inspiración,
y a cada letra su suave melodía;
cuando mi amor por ti les fui a confesar.



Basta de reñir


(Jotabé)


Mi reina basta de tanto reñir,
tan solo cariño quiero sentir.

Dejemos a un lado esa mala maña,
de comernos el alma cual piraña,
¿acaso no ves cuanto esto nos daña?,
para escapar me voy a tomar caña.

Con enojo casi te arranqué el moño,
lo más triste fue ante nuestro retoño.

Que nuestro mundo se vuelva a teñir
del gran amor que nació en la cabaña
aquella mágica tarde de otoño.



Mi compañera


(Jotabé)


Mi dulce amiga, esposa, compañera,
un presente que la vida me diera.

Tú vas conmigo escalando peldaños,
atravesando por valles y caños,
viviendo nuestro gran amor sin daños
y sin las interferencias de extraños.

Y cómo no estar de ti enamorado,
si tus ricos besos no me han faltado.

No sé todo lo que aún nos espera,
solo sé que quiero pasar mis años,
cada minuto y segundo a tu lado.

 
     
   
     
 
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