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Directorio de poetas que escriben en Rima Jotabé



Rima Jotabé



Directorio de poetas que escriben en Rima Jotabé en lenguas diferentes al Español

Directorio de Poetas que escriben en rima Jotabé en español
 
 
RAÚL ÓSCAR TABORDA
 
Poemas página 02
Poemas página 03
 
Raúl Óscar Taborda

Raúl Óscar
Taborda

«Lindor del Monte»

Nogoyá (Argentina)

Pimpollos de amor

(Jotabé Críptico dodecasílabo)


Jacon másestas tiebonitas nenflores
quete sadeclaro bermis poramores.

Quésus nopétalos eson xisacentos
teque lallevan mulos jerpensamientos
ende mipimpollos, vipor damomentos,
esa quesurgir nunen casentimientos.

pienen sotus camanos sarabrirán;
melos soysecretos unte tidirán,

pode nepasiones, ciosus quedulzores.
nolos creperfumes, econ enatentos
elmodos, abesos morte fieldarán.


Mensaje críptico: Jamás tienen que saber por qué no existe la mujer en mi vida. Es que nunca pienso casarme;
soy un tipo necio que no cree en el amor fiel.



(Jotabem troncal)

Con estas bonitas flores
te declaro mis amores.

Sus pétalos son acentos
que llevan los pensamientos
de pimpollos, por momentos,
a surgir en sentimientos.

En tus manos abrirán;
los secretos te dirán,

de pasiones, sus dulzores.
Los perfumes, con atentos
modos, besos te darán.



Payaso Piñón fijo


(Jotabem)


Genio que alegró mi hijo,
el payaso Piñón Fijo.

Desde su traje atractivo
hace un humor constructivo
con lenguaje selectivo,
sentimental e instructivo.

A su «chuchu wa» famoso
lo canta mi nieto hermoso.

Cantor, músico prolijo,
su mensaje es positivo,
muy alegre y cariñoso.



Me volví a...


(Jotabeíno)


Con quien tropecé, no querré tropezar;
y...me la encontré. No lo pude evitar.

Jamás aprendí sobre temas de amores,
por más que sufrí sus tremendos dolores
y que degusté los amargos sabores,
siempre recaí con los mismos errores.

¿Qué se puede hacer si no existe razón
que consiga entrar al senil corazón?

En el juego estoy, volveré a jugar.
¿Y si estos, tal vez, son los tiempos mejores?
¡Quizá al amor le llegó la sazón!



Ladrón de amor


(Jotabé Tresacén tridecasílabo)


Me mantuve incrédulo frente al vil error
cuando fui cleptómano por aquel amor.

Fue etéreo aquel instante descabellado
por el éxtasis que me dejó elevado,
cual si algo mágico, infiel, me guiara obligado
a ser un impertérrito ladrón osado.

Es que mi brutal impulso era casi ilógico
por ese terrible descontrol fisiológico

que ella me causó. Frígido frente al pavor
me planté. Mórbido me sostuve parado
cuando recibí el castigo, que era lógico.



¡Cómo olvidar esa boca!


(Jotabeíno)


De cuando sentí su paseo de boca,
quedó el calor que en mi cuerpo se evoca.

Las gotas de miel que bajaron mi pecho
en roja pasión, dibujaron, un trecho,
el surco sin par, donde halló el provecho
del oro viril ocultado en mi lecho.

No puedo olvidar esa boca y su beso
de tibio desliz en lingual embeleso.

En la soledad, el deseo me invoca
aquella mujer, y su amor muy bien hecho;
que regresará repitiendo el proceso.



El primer amor


(Jotabemoa Espejo Rimispal)


- Escúchame mujer, ¿qué ves en el balcón?
»¿Existe alguna cosa que llama tu atención?

- No nada mi abuelita, sólo respiro afuera
el aire fresco y puro que da la costanera
y admiro la belleza del gran río y su vera
que logra renovar mi alma quinceañera.

Pero aquella abuelita, por su mucha sapiencia,
sospechó que mirara tanto con insistencia.

La causa era un mocito, dueño del corazón
de la tierna doncella, la que por vez primera
tendría del amor, la melosa experiencia.


Tirana es la pasión, y es dura su experiencia
en quien no le conoce su jugada primera,
donde con cachetazos entrena el corazón.

Comprueba la constancia, controla la insistencia
para poder donar su valiosa sapiencia.

Así fue que lo supo la tal quinceañera
una noche escondida resguardada en la vera
abrazada a su «río» junto a la costanera,
cuando, al dormir la abuela, pudo salir afuera.

La abuela se enteró, le llamó la atención;
y aunque puso cortinas, mira desde el balcón.



Sacrificio


(Jotabé Tepén)


Jotabé madre

Hijito, si un día me ves caído,
jamás vayas a pensar que he perdido.

Nunca olvides: la hoja debe caer
para que otras más puedan obtener
la vida, desarrollarse y vencer
la tormenta para lograr crecer.

Pero dejaré mi semilla pura
que un día tendrá su fruta segura.

Tú serás el que se alzará erguido
cual fruto que habrá de prevalecer
como mi imborrable herencia futura.


Jotabé hijo 1

Hijito, si un día me ves caído,
jamás vayas a pensar que he perdido.

Mira, tiene que caer la cascada
para ofrecer su fresca agua sagrada
a la tierra que suspira cansada
y que ya no da su espiga dorada.

Entregar sus aguas, no es desperdicio;
cumple un deber de amor, ese es su oficio.

Cuando te enteres bien que ya he partido,
acepta que mi vida fue ofrendada
a favor de mi pueblo, en sacrificio.


Jotabé hijo 2

Jamás debes sufrir ante mi muerte
por lamentarla; tienes que ser fuerte.

Nunca olvides: la hoja debe caer
para que otras más puedan obtener
la vida, desarrollarse y vencer
la tormenta para lograr crecer.

Mi sangre abonará todo este suelo
para hacer crecer el pan del consuelo.

No te pongas a renegar mi suerte
cuando me veas desaparecer;
salvar mi gente es mi único anhelo.


Jotabé hijo 3

No permitiré que acabe mi raza
el hombre malvado que anda en la caza

de nuestras cabezas en la cruel guerra.
No vencerá ese mal que me encierra
aunque tenga que caer, por mi tierra
y mi nación, en manos del que erra.

Pero dejaré mi semilla pura
que un día tendrá su fruta segura.

La decisión de mi tribu me abraza,
de jamás entregarse al que se emperra
en acabarla, aunque se la haga dura.


Jotabé hijo 4

Escucha, por más que haya fallecido,
de tu lado, yo jamás me habré ido.

Estaré para brindarte poder
en el viento, que tendrá que correr
en tu ayuda si estás por decaer
en fuerzas. Él te habrá de proteger.

Confianza debe inspirar tu postura
y fe inquebrantable tu compostura.

Tú serás el que se alzará erguido
cual fruto que habrá de prevalecer
como mi imborrable herencia futura.



Copas de lágrimas


(Jotabeíno)


Esta Navidad no será halagüeña,
porque no hay razón para un alma risueña.

Es que, no estará ya quien fuera la dama.
Aquella especial gran señora que llama
con tanta ansiedad, pues de veras la ama.
Se fue la mujer que nombró: «bela mama».

No estará feliz. No tendrá esa amiga
que, con dulce voz maternal, lo bendiga.

Extrañará ver, en su silla, a la dueña.
Lágrimas de amor en la copa derrama...
Él pide perdón, la tristeza lo obliga.



Por este amor


(Jotabeíno)

Dedicado a una amiga


De verdad no sé si podré olvidarte...
No lo lograré, porque siempre he de amarte.

Pero esa mujer, la que tienes ahora,
nunca te amará ni siquiera una hora
pues sólo será la fatal predadora
que no puede ser verdadera señora.

No puedo entender el por qué haces esto.
Nunca te fallé. Para mí es funesto.

Hoy lo decidí, de que voy a esperarte
porque siempre fui la tenaz luchadora.
Yo por este amor, echaré todo el resto.



Mudanza de amor


(Jotabé Tresacén dodecasílabo)


Empieza el éxodo de mi corazón;
seguro que es épica la decisión.

Buscará un hábitat más saludable;
ambiente natural, prístino, agradable
de tranquilidad etérea, loable;
donde el valor máximo sea alcanzable.

Desea dejar ese mundo malísimo
porque el nivel de respeto ya es bajísimo.

Que sea el génesis de su salvación
esa mujer cándida bella y sociable
que le ofrece un espacio de amor purísimo.



Antártida en peligro


(Jotabé tetradecasílabo)


El polo norte de la tierra está en el Ártico
y el polo sur se ubica en el continente Antártico.

En este último está la zona más austral
llamada Antártida; su existencia es esencial
para la vida, y sufre un gran problema ambiental:
el derretimiento, clara amenaza mundial.

A muchos nos tiene impacientes, preocupados;
a otros, realmente, demás atemorizados.

Ojalá que un pronto arreglo resulte catártico;
que nos libere del peligro a nivel global
que acosa y nos tiene emocionalmente atrapados.



La haré mi novia


(Jotabem Verbus)


Recuerdo cuando pasó
lo mucho que me miró.

De nuevo otra vez me mira
ahora. Camina y gira;
puedo oírle que suspira,
hasta un beso que me tira.

Creo que la aceptaré
en hora que le hablaré.

Porque una señal dejó
de que, ser mi novia, aspira;
por eso la buscaré.



Mama, te recordaré


(Jotabé Agudo eneasílabo)


Jamás podré vivir mejor
al padecer el cruel dolor,

pues falleció mi corazón,
la que fue mi mayor pasión,
quien me brindó la educación
y me forjó un buen varón:

mi mamá, la especial mujer
que desplegó su leal ser.

Viví, gocé, lloré su amor
que evocaré con emoción
y no va a desaparecer.



En vuelo


(Jotabeíno)


En punto final se prepara mi alma
para cabalgar, en la nube, en la jalma.

Ella quiere ir, remontando del suelo,
queriendo lucir su blanquísimo velo,
en lento flotar, cadenciosa en el vuelo,
buscando llegar tan purísima al cielo.

Desea dejar el dolor infernal.
Ya quiere partir al recuerdo inmortal.

Después de caer como aliento en la palma
de su creador, logrará ese anhelo
de permanecer con el ser celestial.



Así es la amistad


(Jotabeíno)


Sé que la amistad no es lugar de exigencia;
en ella no estás, por favor, a insistencia.

Es el corazón el que elige en verdad.
Tiene la virtud de buscar lealtad
en el que también va a querer igualdad
buscando tener la esencial amistad.

Sí, tiene que ser de alma fiel el amigo;
la sinceridad es su aval y su abrigo.

Sólo por amor mantendrá existencia
la pura amistad, que conlleva equidad.
Jamás puede estar obligada contigo.



Discurso especial


(Jotabeíno Tresacén)


Quiere preparar el atípico esquema
que pueda tener un poético lema.

Que por general, específico, diga
que una enfermedad es su rígida amiga.
Su estado mental, algo tácito abriga
que puede sentir como mórbida liga.

El señor sufrió siempre un límite en esto;
por eso expondrá tan enérgico el resto.

Podrá componer un magnífico tema
si puede escribir con la máxima intriga;
o lo tirará pronto al rústico cesto.



Noche de bailes y tragos


(Jotabemoíno Espejo Rimispal)


Un amanecer, inspirado, tomando
un fuerte licor, me encontraron cantando.

Marché a buscar alegría solito;
lo que fue: a bailar al boliche, bonito.
También a tomar un pausado traguito;
y al tiempo quedé demasiado loquito.

Sin dejar de hablar, mareado, seguí;
cuando al caminar, al final, me perdí.

Pensando adónde ir, continué delirando.
Por largo reír, me encontré muy tontito
al reconocer que embriagado me vi.


Pero en conclusión, divertido me vi.
Al reflexionar el que estuve tontito,
no me molestó terminar delirando.

Y no me importó si por ratos perdí
toda ubicación, pues tranquilo seguí.

Es algo normal el ponerse loquito
momento después de tomarse un traguito;
eso es aún más si te mira bonito
esa juventud que te nota solito.

Esta es la razón de que, alegre cantando,
mucho me pasé de la raya, tomando.

 
     
   
     
 
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