
Ramón
Torres Quesada
Cuba
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Destino
(2 Jotabé)
Como si ya después de aquel olvido,
no quedara un refugio a lo vivido.
Mi fantasma ha vagado. En su inocencia,
imagina un eclipse por tu ausencia
junto a cada latido, y tu inclemencia
-sita en todo el espejo- es la sentencia.
Perdida está en su voz y su equipaje
-ilusión del ayer- confuso al viaje.
Yace nulo su tren, y detenido
cada tramo de sueño. Providencia.
Como triste hojarasca en el paisaje.
II
Sin embargo, no todo es tan complejo,
el vagar tiene un signo en su reflejo.
La fe, que es transparente y tolerante
abriga con su rostro al caminante
y puede suceder que en lo adelante
guarde una bendición por cada instante.
Así se irá el dolor, se irá el sollozo
de quién herido fue de innoble gozo.
Y llega a transformarse el cruel bosquejo
en estrella que alcance rutilante
la suerte de un amor vasto y grandioso.
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