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Directorio de poetas que escriben en Rima Jotabé



Rima Jotabé



Directorio de poetas que escriben en Rima Jotabé en lenguas diferentes al Español

Directorio de Poetas que escriben en rima Jotabé en español
 
 
SILVIA NELSI SARMIENTO BATISTA
 
Poemas
 
Silvia Nelsi Sarmiento Batista

Silvia Nelsi
Sarmiento Batista

Calabazar, Boyeros,
La Habana (Cuba)

Caracolas

(Jotabem)


Vivirán sobre las olas
pues no quieren estar solas.

Un perenne desafío,
entre el bregar del hastío
y la humedad del rocío,
un sentir tan solo mío.

Del sonido melodioso
donde renace amoroso

el mar de las caracolas,
que cual remanso de río
las recibe cariñoso.



Es hora


(Jotabé)


Van tristes, más hincados de hinojos
marcando su redil con los despojos.

Ovejas descarriadas del camino
que beben con pesar su amargo vino,
desisten de cambiar su cruel destino,
Capaces de envidiar del ave el trino.

Si miran hacia el sol le ven defectos,
No piensan que nacimos imperfectos.

Es hora de pensar, abríd los ojos
Aparten de su vida el desatino
Y llenen su vivir solo de afectos.



Orgullo


(Jotabé)


Efluvios tristes de misericordia,
juez imperativo que ama, que odia.

Oda conceptual que al gran cielo inspira,
O dádiva de amor a aquel que expira,
alto en su pedestal, que al suelo mira,
Arcángel celestial que nunca aspira

a bajar la mirada por orgullo
envuelto en la membrana de un capullo.

Esencia que contempla una rapsodia
por la que el corazón suave suspira.
¡Con su buena ventura Dios es tuyo...!



Suerte ó casualidad


(Jotabé)


Yo siempre me preguntaba,
sí a mí vivir me importaba,

y aunque me hallaba indispuesta,
salí a buscar la respuesta,
entre esa gente que apuesta,
que la vida es una fiesta.

No todo es color de rosa,
pero le digo una cosa,

encontré lo que buscaba,
vivir mí vida me cuesta,
pero así yo soy dichosa.



Súplicas


(Jotabé)


Líbrame de la cárcel de tus penas,
esas, que sin piedad son mis condenas.

Levanta con bondad mi calda frente...
El velo de mis ojos que ya ausente
se arraiga a ésta, mi alma... y de repente,
aullidos de dolor llevan presente.

Arráncame del alma el sufrimiento,
envíalo a volar como hace el viento

para sentir la sangre por mis venas
y ver con claridad qué hay en mi mente
y acabe este dolor que por ti siento.


(Poesía ganadora de una Mención Especial del III Concurso Internacional de Poesía El mundo suena en Jotabé)



Damas de la noche


(Jotabé)


Si piensas que son aves carroñeras
Que quieren emigrar, ¿Y tú que esperas?

Al mirarlas mientras planean vuelo
Su vida está pendiendo del anzuelo
Que tira el pescador en su desvelo
Tristeza y desamor es su consuelo.

Trazaron su camino en la aventura
Perdido está su honor y su alma pura.

Dejaron de ser fieles y sinceras
Piedad pido al señor que está en el cielo
Para compadecer su alma perjura.



En tus manos


(Jotabé)


Líbrame de la cárcel de mis penas,
ésas que sin piedad siempre condenas.

Levanta con bondad mi canda frente,
el velo de mis ojos, que ya ausente,
arraigándose a mi alma de repente
cultivo de dolor lleva presente.

Arráncame del alma el sufrimiento.
Envíalo a volar como hace el viento

para sentir la sangre por mis venas
y ver con claridad, qué hay en mi mente.
Acaba este dolor que por ti siento.



Entre rejas


(Jotabem)


Porque en una jaula de oro,
encerrada yo le lloro

que me deje en libertad
pues en esta oscuridad
he vivido la maldad
de un corazón sin piedad

que nada de mi le importa
y ya mi alma no soporta

el dolor, por eso imploro
un vestigio de bondad
para una vida tan corta



Con el viento a mi favor


(Jotabem)


Hoy siento, y mi alma suspira
porque en lo profundo aspira

al sentimiento más puro;
pues ni el más negro conjuro
me impedirá en un futuro
la vida que yo procuro.

Una vida sin excesos
donde perduren los besos.

Y si un día el viento gira
en contra mía, aseguro
¡Que yo apostaré por esos!



¿Qué esperas?


(Jotabem)


De este mundo que lacera…
un no sé qué, mi alma espera

quizás, que cambie la brisa,
o una mañana sin prisa…;
tal vez, soñar con la risa
de una joven que precisa

un bello cuento de hadas
soñado en las almohadas.

Sin creer que una quimera
sin el dolor simboliza,
alegrías y alboradas.



En Dios confío


(Jotabé)


A una vida, que me parece indigna,
en la quietud mi alma no se resigna,

pues las vicisitudes me atormentan
entre calamidades que no cuentan
mientras que, como yo sabía, inventan
los tantos mentirosos que aparentan

el bello amanecer que en mi germina
como esa planta fértil determina.

La lluvia pertinaz que Dios asigna:
Es dádiva de amor de los que intentan
cegar la luz del sol que me ilumina.



Cordura


(Jotabem)


En mis sueños de añoranza
siento que el amor me alcanza.

En sendero luminoso
convirtiendo en algo hermoso,
ese camino escabroso
que a mis ojos era odioso.

Pero mostró su frescura
convirtiendo en agua pura

la turbulenta confianza
de un ser bello y luminoso
que algunos llaman cordura.



La respuesta


(Jotabem)


La vida pasa de prisa
como el soplo de la brisa.

Mientras que el hombre certero
que corre tras el dinero
se hunde en el desafuero
porque piensa en él primero.

Entonces yo me pregunto,
si lo juzgaré en conjunto,

o le pongo la precisa:
¿Eres bola o bolitero?
¡Mejor no pregunto y punto!



Partida


(Jotabé)


La lluvia que se escurre del tejado
transporta mi sentir hasta el pasado.

Me late el corazón y de repente,
recuerdos y pesar llenan mi mente.
Pienso en el ser querido que está ausente
sin saber él que en mi alma está presente

como un triste recuerdo que atesoro,
porque con humildad a Dios imploro:

Que no le falte luz, pues se ha marchado
y su partida fue tan inminente.
Que por pensar en él yo siempre lloro.


(Poema ganador del Decimoprimer Accésit del VIII Certamen Poético Internacional Rima Jotabé)



Héroe


(Jotabé)


Con gran orgullo a mi alma la enaltece
La digna distinción que se merece

Un hecho relevante que atesora
El alma del héroe. ¿Por qué llora?
Su lucha por la patria rememora
Hechos trascendentales, ya es la hora

La hora, sí, de partir por el camino
que traza la línea del destino

que a todos los que luchan pertenece.
Al rostro iluminado el llanto aflora:
Al rostro del gigante peregrino.



La respuesta


(Jotabem con estrambobe)


¿Preguntas por qué me quejo
ahora que ya soy viejo?

Pues te diré que, en mi vida,
nunca busqué una salida
para evitar esa herida
que la tiene tan sufrida.

Ahora, con la experiencia,
me doy cuenta que es la esencia

de no seguir el consejo
del que al alma consolida
con los cargos de conciencia…

Pues es ciencia.
Que nunca engaña el espejo:
¡Y es la verdad su reflejo!



Mentiras


(Jotabé)


Piadosas, me dices son tus mentiras,
sufriendo estoy por ellas, tu suspiras.

Cómo puedes pensar que dudo ahora,
si llena de pesar, en mi alma aflora
un triste amanecer que me devora
Y una pérfida piel que por ti llora.

No llego a comprender que en tu osadía,
tan solo eres infiel por culpa mía.

Recojo los despojos que tu tiras,
más no seré la tonta que te implora:
Seré una nueva yo, sin compañía.



A ti Señor


(Jotabé)


La pérfida crueldad de su destierro
Fue dádiva de amor al fiero hierro,

Porque con su bondad bien merecida,
venció del enemigo su embestida
que quiso lacerar la abierta herida
para cerrar sus ojos a la vida.

Pero no quiso Dios que pereciera
Y defendió a su hijo como fiera.

La escucho y muda, en su dolor me aterro.
Mas tiemblo de pesares conmovida…
De aquel amor, que en el alma sintiera.



Pecadores


(Jotabé)


Van tristes, también hincados de hinojos
que marcan el redil con los despojos.

Ovejas descarriadas del camino,
que beben con pesar su amargo vino,
pues no quieren cambiar su cruel destino
capaces de envidiar del ave el trino.

No cuesta comprender que Dios es bueno,
que no deja lo suyo por lo ajeno.

Hora de despertar, abrir los ojos.
Marcado está el camino peregrino:
No es bueno que te duermas al sereno.



Lo que me inspiras


(Jotabé)


He pintado barrotes en mi alma
para ver si retengo en dulce calma

ese ramo de besos que me has dado
ese mar de caricias que a tu lado
atesoro cual gema que ha extasiado
a este amor sin igual imaginado

el color arrobado en mi mejilla
elixir del amor que maravilla

puedo verme espigar como una palma
en medio del camino ya cruzado
plan de mi corazón cual suave arcilla.



Ahogando mis penas


(Jotabem)


Si por suerte en el camino
te cruzas con mi destino,

dile que guardo una pena,
que aunque la afronto serena,
es la marchita azucena
que a mi corazón lo llena

de fuerzas para luchar
contra ganas de tomar

una gran copa de vino
en el bar de la verbena
que está en mi calle, al cruzar.



A mi manera


(Jotabé)


Trajiste aquel regalo de repente…,
ramo de claveles precisamente.

Qué forma más sutil de conquistarme,
darme a probar tu amor, luego dejarme.
No vi otro mejor modo de quejarme,
con alguien flirtear y al entregarme,

despertar tu interés, que te supiera,
que fue como venganza traicionera

la que pude calcular tan fríamente,
Fue mi mejor manera de vengarme,
pues eso no fue amor, solo quimera.



El juego


(Jotabem)


Es la vida solo un juego
que gana el de mayor ego

sin medir las consecuencias
es un juego entre las ciencias
que vive por apariencias
sin contar las experiencias

adquiridas por los años
No hay verdades sin engaños

ni dame que yo te pego
solo cargos de conciencias
que cuantifican los daños



Sólo adiós


(Jotabé)


Vivo días de amargura
armando tu infiel figura.

Tan solo soy un juguete
que usas tu como un soquete
mientras la maldad se mete
así en mi alma y arremete,

destruyendo mis tejidos
sin escuchar los quejidos

que emanan de mi alma pura.
Por favor te pido… ¡vete!
Si no, estaremos perdidos.



Lo que me inspiras


(Jotabé)


Hoy pude respirar con ansias locas,
desenfrenado amor que en mí provocas.

Contigo voy en mar de amor inmenso,
cálida en tu regazo..., así yo pienso;
Al pasar de los días, más intenso
el perfume en mí piel, tu olor a incienso.

Tus labios sin igual de mí son dueños,
tus sábanas de mí los dulces sueños.

Solido cimiento de grandes rocas…
genuina construcción desde el comienzo
calientan a mi hogar ardientes leños.



Sembrando a la tierra


(Jotabém)


Arraigado a su terruño
vive el guajiro y su puño

sucio de tierra esponjosa.
Esa mano aunque callosa,
también regala una rosa
a la mujer más hermosa.

Y que sublime expresión
muestra en cualquier ocasión

el bonachón cataluño
Don Antonio Esquijarrosa:
Hombre de gran corazón.



La espera


(Jotabé)


Partiste por la mar sin rumbo fijo
Buscando con afán tu amado hijo.

Vagaste con pesar por las riberas
a expensas de las tristes primaveras.
Yo me mantuve fiel con mis quimeras.
Tú, ciego en tus penas… dime, ¿qué esperas?

Que el cielo le devuelva la esperanza
a un amoroso padre que no alcanza

ver la realidad cual acertijo…
que no llegas a ver, mas, perseveras
aunque atraviesa tu alma con su lanza.



Realidades


(Jotabém)


Entre rastros de holladura
se pierde tu alma pura,

del escarnio y la mentira.
No se oculta aquel que mira…,
esconde la mano y tira
mientras que su rostro estira

con mirada furibunda… .
Así, con su llanto inunda

a quién perdió su hermosura.
Pero… con lamento expira
lo que en derredor abunda.



Ausencia


(Jotabé)


Buscaba entre mis penas y quería,
no el duro filo de tu alma fría,

si no encontrar en tu interior locura.
En cambio, descubrir en tu hermosura,
tampoco besos que el destino augura
en la perfidia de una noche oscura…

Que digas en silencio que me quieres
o el lado de la cama que prefieres.

Por más que busco, no encuentro alegría,
Tan solo gran desdén desde tu altura
desgarra mi interior; también me hieres.



Tierra agradecida


(Jotabém)


Abrí un pequeño agujero
con mis dotes de granjero.

Allí planté una semilla.
¡Qué mágica maravilla!
Una flor, la más sencilla,
en días rompió la arcilla...:

—Dime tierra generosa.
¿Es verdad que soy preciosa?

La tierra en gesto sincero
contestó a la campanilla:
—¡Eres tú la más hermosa!



Atracción


(Jotabém)


Yo me sumerjo en tus ojos
y se calman mis enojos.

Después me adentro en la mar
de tu boca y mi pesar,
desaparece al pensar
cuán intenso puedo amar.

Así, de pronto en mi alma,
una quieta y dulce calma

me invade llena de antojos
de tu cuerpo, y desear…
amarte bajo una palma.



Tristes lamentos


(Jotabém)


Cuan triste fue recordar,
pero más será olvidar.

Me llegan como quejidos
los lamentos sumergidos
en el alma, y los sentidos
quisiera llenar de olvidos.

Una quimera en fragancia
toca mi olfato a distancia.

¿Será que queriendo amar
van nuestros cuerpos unidos
por bondad de la arrogancia?



Inocencia


(2 Jotabém)


Luis está en una taberna
y ve el filo de una pierna.

Es una joven muy bella…
Y ahí empieza la querella
de quién conquista la estrella.
Dolores se llama ella.

Le guiña un ojo impaciente,
mientras la niña inocente,

cae en una trampa eterna.
¿Será una incauta doncella
que aspira algún pretendiente?


Una pícara sonrisa
trae Luis con mucha prisa,

pues con dolores se acuesta
entre la verde floresta;
porque el rocío se presta
para un idilio de apuesta…

Más, la muchacha inocente
No ve que cruzando el puente

Viene el padre sin camisa
Y en su cara la respuesta
para el audaz pretendiente.


(Poema ganador del Undécimo Accésit del VII Certamen Poético Internacional Rima Jotabé)



Entrega


(Jotabéa)


Te he entregado mi alma, no como un sacrificio,
para absorber de ella su esencia y beneficio.

Pero no te das cuenta que al hacerlo pudiera
regalarte por siempre mi eterna primavera.
Si al final del camino lentamente volviera
a entregarte mi alma como una vez hiciera,

te trazaré un sendero que marcará el destino,
de dos almas gemelas recorriendo el camino;

ese camino breve, como cruel precipicio
que te arrastra despacio, te conduce y espera
para arrancarte todo, como un gran torbellino.



Desahogando mis penas


(Jotabém)


De tanto pesar y hastío,
se ha llenado el cuerpo mío.

Tintinean las cadenas
que me atan por las condenas,
de tratar de ahogar mis penas
en un bar con copas llenas.

Se escucha una copla triste
mientras la luna se viste

con el murmullo del río
al deslizar las arenas,
ahogando lo que me hiciste.



Amor intangible


(Jotabé)


Qué más puedo decir si amor imploro
de aquél que con amor yo tanto adoro.

Mi corazón partió en muchos pedazos,
a mi alma destrozó en fieros zarpazos;
y yo cuál perro fiel seguí sus pasos,
ocultando su nube en mis ocasos.

¿Qué quieres leñador, qué has querido…?
¿Hacer cenizas de éste árbol caído?

Pero heme aquí, rendida y sin decoro,
mendiga de tus débiles abrazos…;
más, llena de pesar por tanto olvido.

 
     
   
     
 
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