Llanto en primavera

(Jotabé)


La vi llorar una tarde cualquiera
arrastrando el peso de su quimera.

Lloraba con su triste desconsuelo
cómo llora el ave que no alza vuelo,
o cómo aquel contrito pequeñuelo
cuando su globo se le escapa al cielo.

Su copioso llanto era como mares
que inundaban el alma de pesares.

Pobre chica sufriendo en primavera
cuando el viento le acaricia su pelo
y las aves le brindan sus cantares.



Hortelana

(2 Jotabé)


Con paciencia y tesón mañana y tarde
puntual acude al surco y sin alarde

con herramientas chicas cual su altura
suelta, iguala, prepara la estructura,
desinfecta, remoja, mide anchura,
abona, avanza y vence masa dura.

Viene luego la siembra de la vida
que rinde una canasta bien nutrida.

Su quehacer combina con la olla que arde
y muchas prendas con jabón y albura,
nada altera a esa genial medida.


Es el constante ir y venir de hormiga
que va tras verde y suculenta miga.

Todos los días aporta a la mesa
verdura que otros tantos interesa
como una flor que al colibrí embelesa,
casa agradece esa sencilla presa.

No basta lo obtenido de esa guisa
busca variar cada vez la pesquisa

con repelentes que incluyen la ortiga
y otras plebeyas y olor a princesa
así va ama con manos, pies a prisa.