Fernando
Robles Páez
Valencia (España)
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Versos cobardes
(4 Jotabé)
I
Bien sabes que mis versos imperfectos
están plenos de afectos y defectos
y son esclavos de tu blanca pluma
donde viertes amor, amor que suma,
las perlas de lirismo entre la bruma
qué, en tu boca de escarcha, se disfuma,
y, en la miel de mi sangre malherida,
con un puñal de besos a mi herida
la muta por los versos más perfectos,
escritos con amor y blanca espuma
desde el día en que fuiste bien nacida.
II
Aquel fecundo aliento de mis versos,
en tus excites húmedos inmersos
por amarte tanto murió de celos.
Y, aquellos versos, hechos de desvelos,
van llorando de amor desde los cielos
al derramar con versos tus anhelos
desgajando mis sueños y tus sueños
entre la llama roja de los leños.
Mis labios y mis versos están presos
entre las hojas blancas de los velos
lagrimando en tus ojos tan risueños.
III
Hoy mi cuerpo se llena de tristeza
al empañar mi alma la terneza
en el verso afligido que me mira
a través de las olas y la ira
y del llanto inspirado de la lira
herido de lamento y de mentira.
Un sumiso dolor, reflejo mío,
es la pena incasta y el negro frío
por el verso que creí era belleza,
y era vida o el soplo de un respira,
y, mis sueños…, caricias del rocío.
IV
Aquel poema tan suyo y tan mío
y los versos leídos en el río,
coronaron a la luna sonriendo.
Y el triste río, apenado, gimiendo,
calló la voz de los versos, fingiendo
que navegaban hacia el mar, sabiendo
qué, los versos, murieron en la aurora
y en la nocturna pena más traidora
donde se heló un lucero en el vacío
y la nieve ya fue hoguera creyendo
que era rosa de amor y gran señora. |