No quiero sufrir eternamente

(Jotabé)


Despertar por fin de este largo sueño,
y sentir que de tu vida eres dueño.

Voy perdiendo la vida lentamente
traspasado, mordido, vacilante.
si la espera se alarga, qué doliente
me verás al llegar, qué agonizante.

Te diré lo que pienso, mas no todo;
esto es sinceridad, no sé otro modo.

Por eso yo he luchado con empeño
no sé sufrir de amor eternamente
yo no quiero morir dentro del lodo.



El clamor de la Tierra

(Jotabé)


Dime, ¿escuchas el clamor de la Tierra?
cuando rota y triste, a vivir se aferra.

Su intimidad sensual levanta el velo
lástima, nace con dolor y celo
por cauce horizontal y paralelo,
verde los senos y revuelto el pelo.

Descubriendo vibrante una estructura
con ansiedad de entrega y de aventura.

Regia luce su cabeza en la sierra,
y bajando montada en un riachuelo
suele brindar al mundo su dulzura.



Dándole paz a mi pueblo

(Jotabé)


Rueda a mi lado, molinillo loco
deja las aspas circular un poco.

Date mil vueltas, gira con el viento
sincronizando nuestro movimiento
que este mundo loco va en detrimento
al hombre cabal no le da sustento.

Volé muy alto, pero fui abatido
pero olvidé mi corazón herido.

Por eso estas leyes yo las revoco
y para ello invoco al fuego sediento
para salvar a mi pueblo abatido.


(Poema ganador de la Tercera Mención del II Concurso Poético Visual Jotaberos por la Paz)



Morir en tus brazos extasiado

(Jotabé)


Las palabras de amor se han repetido
y generan un familiar sonido.

Tantas cosas nos dicen y aprendemos
y tanto más después las entendemos
es mejor que los amantes pensemos
y a luchar por la paz nos dediquemos.

Amante soy, en isla transformado
en suave cielo verdeazulado.

Mientras descanso junto a ti dormido
yo quiero besarte y que nos amemos
y morir en tus brazos extasiado.



Vienes de lejos, yo de lejos vengo

(Jotabé)


Vienes de lejos, yo de lejos vengo;
si tú avanzas y yo no me detengo.

Bajo la blusa azul, semiabrochada,
palpita un alma desencadenada
espíritu, amor, tu furia en cascada
y ese sabor a leche descremada.

Nada puede decirme tu lenguaje,
porque tu hueles a roce y maridaje.

Por eso es que a tu lado me sostengo,
atado a ti amazona piel dorada
listo a terminar el peregrinaje.



El amor por comprenderte

(Jotabé)


Inadmisible tu cariz risueño,
Y el fruto de tu mies es tan pequeño.

El amor, que se niega a comprenderte;
es más bien un preámbulo de muerte,
que en amargor de labios se convierte;
ya no voy a luchar por retenerte.

Diré a la mente que se vuelva ciega,
comienza y tiene fin sólo en tu vega.

Mirarte me duele tu mal empeño
no quiero dormir porque detenerte;
sería admitir que tu amor me ciega.



Tu rechazo como castigo

(Jotabé)


Te doy un amor carnal para tu alma,
y amor espiritual en cada palma.

Flotas en mí; no sé si eres la nube
que, desde el fondo de mi entraña sube
solo sé que eres para mí un querube
y que presagié tu llegar cuando hube.

Testigo fui de tu dormir, testigo
de no dejarte despertar conmigo.

Por eso vengo a ti con mucha calma
tratando de que mi dolor no incube
tu rechazo amor sería un castigo.



Tu amor es mío

(Jotabea Acróstico doble)


Tú serás mía, siempre. Tu estarás en mi mundo.
Un placer delicado Un amor muy profundo.

Al mirar veo arder Algo dentro del pecho
Muy oculto de mí Mágico tu provecho
ocres de tu latir Orgulloso del hecho
Rogándole a mi Dios. Retomar mi derecho.

Este grandioso amor Este muy bello encuentro
Sirve para el recuerdo Saber que llevo dentro.

Mi feliz loco amor Mi secreto fecundo
Intento no olvidarte Intento ser derecho
Olvida malos tiempos Odio no ser tu centro.



Una sombra leve y elegante

(Jotabé)


Una sombra que se esfumó al instante
deslizándose leve y elegante.

Eres sueño de los hombres despiertos
que te sueñan con los brazos abiertos
un resumen de logros muy inciertos
centro de los más tristes desaciertos.

Porque grande y muy fría esta mi cama
cuando mi cuerpo a gritos te reclama.

Aquí te espero bella y desafiante
y con mis labios tibios y desiertos
y dejarte ver claro quién te ama.



Soy un galán especial

(Jotabé)


Estoy cansado de soñar contigo
ven de una vez, acuéstate conmigo.

Al perderte me niego a los enojos
más se llenan de lágrimas mis ojos
por eso que al olvidar tus antojos
tú has rellenado mi jardín de abrojos.

Sí, me considero un aventurero
por eso que olvidarte yo no quiero.

Crees que yo solo cuento contigo
que solo veo en ti locos antojos
lo que no sabes es como te quiero.



Mujer una inmensa ternura

(Jotabé)


Bajo la piel de la mujer más dura,
hay una inmensa mina de ternura.

Y es grande el hombre que logra animarla
que con dulzura logra conquistarla
que con felicidad logre llenarla
y se desviva solo por amarla.

Para lograrlo no emplea la fuerza
solo la fe que todo lo refuerza.

El amor es la forma más segura
que se emplea para reconfortarla
y que la relación nunca se tuerza.



El tango de las hojas

(Jotabé)


Recogeré en otoño tus sonrisas
de las hojas, que flotan indecisas.

Bajo los olmos desnudando el llanto
dos amantes unidos por su encanto
bailan entrelazados por el canto
y al fin descansan en crujiente manto.

Del violín se escapa un hermoso tono
así es como la vida yo razono.

Cualidades del baile muy precisas
demuestran de la pareja un encanto
que en hermoso cuadro yo les pregono.



Vienes de lejos, yo de lejos vengo

(Jotabé)


Vienes de lejos, yo de lejos vengo;
si tú avanzas y yo no me detengo.

Bajo la blusa azul, semiabrochada,
palpita un alma desencadenada
espíritu, amor, tu furia en cascada
y ese sabor a leche descremada.

Nada puede decirme tu lenguaje,
porque tu hueles a roce y maridaje.

Por eso es que a tu lado me sostengo,
atado a ti amazona piel dorada
listo a terminar el peregrinaje.



Amo cuando tú me besas

(Jotabé)


Sigues siendo mi bella primavera
cuyos besos en mi alma floreciera,

Nunca me esfumé fue solo trabajo
no quiero que todo se venga abajo
ha sido tu amor lo que a ti me trajo
no puedo permitir este altibajo.

Me gusta mucho cuando tú me besas
siempre tus labios me saben a fresas,

Yo también a ti besarte quisiera
yo nunca en la vida he tomado atajo
eres para mi un mundo de sorpresas.



Se nos muere la belleza

(Jotabé)


Parece haberse muerto la belleza,
y el agua, río abajo, gime y reza.

La tierra sufre ante la destrucción
ya el hombre olvidó toda la pasión
no busca ni siquiera solución
espera que le tengan compasión.

¿Habrá muerto la rosa en sus espinas,
y la paloma del castillo en ruinas?

Ahora todos vemos con tristeza
nuestro mundo con tal desolación
molestan las acciones clandestinas.



Solo soy tu terreno

(Jotabé)


Poblado estoy de ti, soy el terreno,
cuyo paisaje, se parece al trueno.

¡Dame tu desnudez alborotada!,
silencio tenaz, copula lograda,
donde goces sobre mí a horcajada
y mantenerte siempre penetrada.

Te escogeré prefiero la amalgama,
de tu furia y ardor sobre la cama.

Yo disfruto cuando de ti me lleno,
cuando beso tu cara enamorada,
siento que tu lengua húmeda me llama.



Sueños de libertad

(Jotabé)


Lamente en blanco, el corazón vacío
Solo esto queda de lo que era mío.

Atada la lengua, la vida incierta,
sin libertad, la razón está muerta,
no darán cobijo, cierran la puerta
el hombre convertido en guardapuerta.

Han quedado mis sueños atorados
En la verdad del mundo silenciados.

Las letras están muertas, siento frío
tratan de que olvide, que me convierta,
hacia mi patria, sentires bordados.



Y tú eres mi vida

(Jotabé)


Tú sabes que te quiero con mi vida,
eres mi alma y mi corazón querida.

Yo tengo para ti un beso dormido
un beso con hambre, un beso querido,
un beso que sale de un pecho herido
solo para ti como lo he querido.

Ven a mí solo vestida con tu alma
que en mis brazos encontraras la calma.

Te amaré solo de magia vestida,
evitar que nos rodee el olvido
para amarnos debajo de una palma.



Tu forma me enamora

(Jotabé)


Siempre queda tu forma perfumada
sobre mi tibia sábana estampada.

Chocan las oilas en la roca oscura,
como orquesta tocando la obertura.
Notas de felicidad y ternura
quiero tener una relación pura.

A ti que ayer me susurrabas cosas
las devuelvo en palabras luminosas.

Yo quiero que te sientas deseada,
al mostrar al viento tu singladura
oliendo a jazmín y a hermosas rosas.



Solo soy tu terreno

(Jotabé)


Poblado estoy de ti, soy el terreno,
cuyo paisaje, se parece al trueno.

¡Dame tu desnudes alborotada!,
silencio tenaz, copula lograda,
donde goces sobre mí ilusionada
y mantenerte siempre penetrada.

Te escogeré prefiero la amalgama,
de tu furia y ardor sobre la cama.

Yo disfruto cuando de ti me lleno,
cuando beso tu cara enamorada,
y ya arropados nuestro amor nos llama.



Mi lobo y tu amor de la mano

(Joatabé)


Mi lobo entre gemido y llamamiento,
es solo un perro de amor muy hambriento.

Sólo te ofrece el gesto de un saludo,
y no te esconde un pensamiento mudo
no necesitas de lanza ni escudo
ni atar nuestro amor con un fuerte nudo.

El tiempo no es el vacilante anciano,
que estrecha la clepsidra en la otra mano.

Por eso cuido de mi sentimiento,
solo detrás de la verdad me escudo
deseo para ti ser un humano.



La soledad de amor es dolorosa

(Jotabé)


La soledad de amor no es silenciosa,
y al sangrar la herida es muy dolorosa.

La juventud es un perenne juego,
solo es humo si le prendiesen fuego,
debilita con el desasosiego
renace con el calor veraniego.

Lúbrica, temblorosa y tan distante,
mi boca sobre tu piel tan vibrante.

Por eso para ti traigo una rosa
que resalta con el color del fuego
aunque permanezcas tú tan distante.



Mujer que mi amor pretende

(Jotabé)

Te has muerto en mi como mortaja fría,
carente de amor con odio, apatía.

Mi verso al verso tuyo le reclama
tu desnudo amor jugando en mi cama
crear mundos que salten a la fama
y que el ardor de un beso lo proclama.

Bella mujer que sobre mi desciende,
das vida a este amor que te pretende.

Quiero enfocar mi luz en tu agonía,
mirar fijo tu boca que me llama
logrando así que nuestro amor trasciende.