Conjuro

(3 Jotabé)


Yo invoco al primer reflejo de luna
para que dibuje en mi piel fortuna.

Que la tierra desmadeje raíces
anudando los sueños más felices.
Esperanzas cuajadas de matices
donde aquel alba nos hizo aprendices.

No más besos que abrasen esta herida,
no más amor en mi boca vencida.

Mueren las horas sin piedad alguna
en las palabras que ahora maldices
porque ya anhelas deshojar mi vida.


Ruego al hechizo que su luz contagia
borrar de mi cuerpo toda la magia.

Me entrego fugaz al dolor sangrante
en este claroscuro delirante
para que desgarre de cada instante
la sonrisa robada de mi amante.

Que un océano azul desborde orillas
y ahogue emociones en mis mejillas.

No más lágrimas que tu adiós presagia.
Muerta la fe en el infierno de Dante,
arde el alma rota llorando astillas.


Imploro al embrujo de este solsticio
que cierre en mi cuerpo cada resquicio.

Que un viento añil sople mi gravedad
y arrastre con fuerza la soledad.
Caricias huérfanas de tu bondad
que atan promesas sin realidad.

No más tiempo sin faro ni marea.
Reloj de arena que el destino crea.

Y, cuando por fin recupere el juicio,
abandonar tu nombre y su verdad
y poder recordar el mío. Sea.


(Poema ganador del Tercer Premio del VIII Certamen Poético Internacional Rima Jotabé)



No te lo puedo decir

(Jotabé)


Puede emborronar la realidad
y dibujar una nueva verdad.

Si no se difumina la presión
de derramarlo todo en confesión
con un peligro extremo de explosión
antes de suplicar la contrición.

Mejor, pues, tornarlo arcano amuleto
más macilento, oxidado, obsoleto…

Bestia negra, azote de la amistad
custódialo en hermética prisión
guárdate de revelar el secreto.

(Poema ganador del Décimo Segundo Accésit del,
IV Certamen Poético Internacional, Rima Jotabé)