Canción

(Jotabé)


Siempre con el aire de semidioses
caminando entre arrebatos y adioses.

Tú me entregas la llave reforzada
para una cerradura ya oxidada.
Frente al hambre de amor, la sed de nada.
Frente a ti, una canción desesperada.

Siempre con los insultos sin motivo
arrastrando mis pies como un cautivo.

Siempre con las mentiras y las poses,
con la vergüenza desenmascarada
que esconde un "márchate" definitivo.



Cómo escribir un poema

(Jotabea)


Coloco sobre el folio la punta de la pluma
y todo lo que pienso, de repente, se esfuma.

Agacho la cabeza y escribo lo primero,
pero rompo el papel... No es esto lo que quiero.
Vuelvo a mojar la pluma. Suspira mi tintero:
"¡Cuántos papeles rotos sin un poema entero!"

¡Ay! Se le quitan a uno las ganas de escribir
cuando tiene mil medios y nada que decir...

El folio en blanco llora con un grito que abruma
y pienso entonces yo: Para escribir, primero,
se necesita, al menos, saber lo que es vivir.



Mi sombra

(Jotabé)


Si te quiero agarrar, tú te me esfumas
en un mundo de tinieblas y brumas.

Se alza el sol en el cielo y te perfilas
y la niebla nocturna rompe filas.
Carne sin piel, mirada sin pupilas:
Sombra que con la sombra te ventilas.

Me acompañas de noche sin yo verte,
pero de día vuelvo a sorprenderte.

El ocaso intenta que te consumas
pero tú por la noche me vigilas
protegiendo mi cuerpo de la muerte.



Tomo la delantera

(Jotabea)


Tomo la delantera con todo lo que escribo
para ver si algún día descubro que estoy vivo.

Tomo la delantera con el verso consciente,
con la pluma cortante, con el alma doliente,
con lo gratificante que es ser entre la gente
uno solo y pensante, cantante y coherente.

Tomo la delantera por todo lo pasado
y por esas personas que ya no tengo al lado.

Tomo la delantera, pero sigo cautivo
en la cárcel de un alma que arrastro mortalmente
pero que llevo encima como un manto sagrado.



A las mareas primaverales

(Jotabea)


Aguas de marzo tristes: ¿por qué me despedís?
Vuestra corona blanca, vuestro reguero gris

y el llanto en esta playa -roto como el cristal-
parece un lienzo vano de conchas y coral.
Puedo verme al reflejo mudo y superficial
de un mar de sensaciones carente de moral

que roba en su corriente la grandeza mayor
que un día dio a la tierra la mano del Señor.

Marejadas de azufre: ¿por qué no os decidís?
¡Venís y vais por siempre con ritmo estacional
con el color del viento y el sueño de la flor!



Poema del pasado

(Jotabea)


El polvo se levanta con alas espectrales
sobre los libros viejos y los viejos murales.

Las maderas del techo lloran con su crujido
sabiendo que ya viene la brisa del olvido.
Las cortinas que guardan el ventanal herido
susurran en la noche todo lo que he vivido.

Yo vivo en esta casa de claridad ausente
y en ella me uno al tiempo desesperadamente.

Vuelvo al pasado y pido sonrisas estivales
pero siento el abrazo de un invierno llovido
y me pongo a llorar inevitablemente...


(Poema ganador del Sexto Accésit del IX Certamen Poético Internacional Rima Jotabé)



Te escribo

(Jotabé)


Sé que llevo tiempo sin escribirte
pero muero de ganas de decirte

que la noche ha caído con la nieve
en este jardín de rocío leve
donde ya no bailamos cuando llueve.
Te escribo y cada verso me conmueve

por no poder cantarte en el proceso
en que emprendas la senda de regreso.

Sé que piensas en mí antes de dormirte,
por eso te escribo esta carta breve
y te envío también mi último beso.