No me mates el amor

(Jotabé dodecasílabo)


No me mates el amor de esa manera
apagando mi pasión de primavera.

No me prives de gozar de tu hermosura
y del sueño con tus besos de dulzura
que me lleva por caminos de locura
sometido sin valor a tu conjura.

Solo quiero que te apiades de este preso
liberando sus cadenas con tu beso,

y le otorgues una vida placentera
con abrazos y arrebatos de ternura
atrapándole en amores de embeleso.



El cauce del Genil baja revuelto

(Jotabé)


El cauce del Genil baja revuelto
y el barro entre las aguas va disuelto.

Terrible es el poder de la tormenta
que se muestra poderosa y violenta,
su pérfida imagen de parca cruenta
mantiene a la gente en su casa atenta.

El agua por la calle forma un río
luciendo su presencia y poderío.

Yo afronto con espíritu resuelto
la tenaz inclemencia de su afrenta
al calor del hogar matando el frío.



Olvido

(Jotabé)


Percibo que es amor lo que me pides
y yo te pido a ti que ya me olvides.

Estallan en mi mente y mi memoria
los besos y los versos de la historia
de amores que vivimos con euforia
en tálamos nupciales de la gloria.

Amores que rompiendo el corazón
mataron poco a poco la ilusión.

Ya no vale que esgrimas tus ardides
persiguiendo lograr otra victoria
cuando ha muerto sin duda la pasión.



Tengo un amor en el puerto

(Jotabé)


Tengo un amor en el puerto
que me causa desconcierto.

Cada vez que me presento
me recibe con contento
y sorprende con un cuento
narrándome un nuevo invento.

Reconozco que la dama,
siendo una experta en la cama,

me tiene ya medio muerto
de placer y sufrimiento,
con su exigente soflama.



Buscando la fortuna

(Jotabé)


Languidece el ocaso por poniente,
pierde el sol su hermosura reluciente.

La penumbra se muestra amenazante
y permuta la luz al caminante
por noche que le ciega en un instante
la ruta que le lleva hacia delante.

Solo un blanco y sutil rayo de luna
refleja iluminando la laguna.

Al fin en el camino ve a la gente
en marcha pertinaz y rutilante
persiguiendo la utópica fortuna.



Al rumor de la lluvia me embeleso

(Jotabé)


Al rumor de la lluvia me embeleso
sintiendo la frescura de su beso.

Percibo un bello ritmo de armonía
que trasforma mi pena en alegría,
despierta mi esperanza al nuevo día
y enciende mi carácter y osadía.

Al luchar desde el alba hasta el ocaso
aparto de mi espíritu el fracaso.

Al final en la noche está el receso
que borra de la mente la porfía
entrando con tus versos al Parnaso.



Existencial

(Jotabé)


Dejando los oteros y trigales
que muestran su reflejo en los cristales,

prosigo con ahínco mi camino
que lleva sin demora a ese destino
marcado desde niño por mi sino
en tránsito vital de peregrino,

me reclama un utópico horizonte
que disipa su trazo tras el monte.

Pretendo conjurar los grandes males
a través de mi acierto y mi buen tino
soslayando la barca de Caronte.