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Directorio de poetas que escriben en Rima Jotabé



Rima Jotabé



Directorio de poetas que escriben en Rima Jotabé en lenguas diferentes al Español

Directorio de Poetas que escriben en rima Jotabé en español
 
 
CRISTINA MORALES SARO
 
Poemas
 
Cristina Morales Saro

Cristina
Morales Saro

Asturias (España)
Verso el JB

(Jotabeí)


I

Soñando la poesía, alegría
inventa sus senderos cada día.

Y no desmiente nada de la gente
y no nos borra nada de la mente
y no corona en vano la simiente
y no agacha la voz, eco valiente.

Soñando la poesía, descanso
del trajín de ir y venir mi remanso.

A su ropa yo te prometería
ser en paz y comer siempre caliente
si no fuera porque una fiera amanso.

II

Desde antiguo observo límites fría
tierra hueca, luz que me esclarecía,

paso largo de las horas, creciente
vivir en tempestad por accidente
sin entender jamás que lo aparente
gradúa y condiciona cualquier lente.

Es por ello que emprender el descenso
no me llena de amargura el suspenso

de celebrarme en ti y en la caricia
siempre hasta el final sostén esta frente
no dejes que te agote en su disenso.

III

Todavía no me atengo desgracia
que me queda si te pierdo la audacia

no estocada entre los dientes, detente
no me lleves a mí, que no me tiente
las uñas añil, la sangre batiente
tirando de sí el sentido latente.

Despiertas por mí el batirse más denso
de espumas contenidas en ascenso.

Y arrastrándote por toda la estancia
Y te escondes, también yo, de repente
Y te vuelves a contraluz inmenso.

IV

No dejes que la historia que vivía
me pueda y sobreviva todavía.

Contén la huida en este tu presente
y no mires atrás deja que alimente
la voz que tergiversa lo emergente
y atada a la cadena no es consciente.

Y que éste y ningún otro es el extenso
desnombrar uno por uno en suspenso.

Y esta vez aquieta y algarabía
no te quiera remontar el poniente
no afloje la brida el aire más tenso.

V

Mis raíces profunda cacería
las llevan en la grupa en homilía

los infectos desdecires, la fuente
del desprecio más común y corriente
un mi mínimo existir concerniente
solo a un exiguo alentar displicente.

Mantengo todas las estatuas, censo
una por una, cuido al indefenso.

Y a mi sólo carcajada me envía
y las líneas no te tienen y el puente
tirarlo a dinamita por consenso.

VI

Ejércitos de agria melancolía
ya empujan ante mí su sincronía.

Ya vienen a buscarme, al existente
ya no le queda nada tan urgente
y a su talla ya la borran herviente
y ya mi brazo se tuerce impotente.

Detrás de la letra yo te regreso
a miríadas, sonidos del proceso.

Nada perviertes, nada suponías
nada controla el pasar persistente
nadie abandona su ser ex profeso.

VII

A tus manos, se las lleva la ría
y dejo que aflore y suene la umbría.

Despierten los ojos, más aguardiente
inútil titila ante la serpiente
el tono aguerrido no es continente
y ya aquí su luz se extingue estridente.

Es este repicar, siglos de preso
ni hay hoy campo horizontal ni hay acceso.

Es dentro quizá que se descubría
dominio eficaz de carne vidente
turbio compás vil fatal retroceso.

VIII

Pero deja ya de hacer virguerías
con tal de atrasar qué no callarías.

No ves que esta vez no estará pendiente
y tú no te preocupes, tú entretente
no cejes en seguirla fijamente
no tires de las anclas del durmiente.

Acomete en cada caso el deceso
no, no vaciles, no pinches en hueso.

Tenaz en tu cuerpo, qué te creías
no era disfraz, no da igual, qué se siente
somos aviesos vendidos al peso.

IX

Encaramada a una quinta ambrosía
desabrocho tu arremango en tardía

vuelta de tuerca natura inocente.
Disto las curvas más de lo decente
conviene apartar criatura indolente
las fauces de mí, la carne envolvente.

Deshabituarse sí es lo más costoso
que le sido dado al humano foso.

No pierden el brillar, palabrería
las cosas tras el velo del yacente
y nadie se imagina cuán fogoso.

X

Algodones que prenden en baldía
tierra de seca, arenosa, vacía.

Lejos transcurrir agua la surgente
tierno predecir que el cuerpo resiente
amen hecho al fin del cirio fulgente
disloca sin más herida, te miente.

Donde el crepitar fuego misterioso
no llegue será sin duda el reposo.

Deshazte cruel impostura bravía
no me oses y a lo que digan asiente
puede y ahoga el respiro tramposo.

XI

De azucenas la verbena volvía
y deambulando en su letanía

les cubría por entero, paciente
desde los pies cual el más fiel sirviente
los pliegues de las manos descendente
los poros de la piel, de diente en diente.

Cada cual pende del hilo, descoso
cada noche que me aguarda un esposo.

Disponerte viento a favor, sequía
no es hondo el respirar si no creciente
y obtusos sin igual en lo horroroso.

(Poema ganador del Segundo Accésit del,
III Certamen Poético, Rima Jotabé)
 
     
   
     
 
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