Loas a Valencia

(Jotabé)


En letras aun sigues engalanada,
cuál belleza de mujer bien amada.

Perfumada y bonita, así seduces
con los jazmines y rosas que luces,
a entonar alegre canción induces,
canto al futuro, sin llanto y sin cruces.

Bajo la luna y más en tu presencia,
late mi corazón con insistencia.

Entre sombras y luces encontrada,
admiro las delicias que reluces
y te ofrezco así mis loas, Valencia.



Jotabé a Valencia

(Jotabé)


Fue tan inspirado Canto a Valencia
de Miguel Hernández, numen y esencia.

Antonio Machado, letras doradas
brindó a las noches y torres soñadas,
fecundas primaveras anheladas,
los jazmines y rosas para amadas.

Ver tu luz Valencia, lo he deseado
al florecer mi abril, enamorado.

Querol de oro con su magnificencia,
en Lemosín gesto frases aladas,
para estampar en «Rimas», su legado.



Credo

(Jotabé)


Cristiano. Musulmán o filisteo.
En el noble ser del hombre, yo creo.

Porque su mano aún, gesta poesía.
Poderoso amor que lucha, alegría.
En un mundo, en la misma sintonía
creo, piadoso y en paz, cada día.

Y si la humanidad, puede cantar,
no importara ya, el libro o el altar.

Siendo de tantos, tantos, el deseo,
bajará de la paz la sinfonía,
desde las tierras altas, hasta el mar.



Consuelo

(Jotabém)


Cierto que la boca miente,
un amor que no se siente.

Un sentimiento bandido,
es por el sexo infundido,
libertino, corrompido,
al fin, vacío, aburrido.

Pero me queda consuelo.
Aunque terso, de alto vuelo.

A la locura insistente;
enamorarme perdido,
antes de pasar al cielo.



Virginal

(Jotabé)


La mansa lluvia mojaba la cara,
de sonrisa limpia y mirada clara.

Piel aceitunada, ojos de dulzor.
Paloma libre, sencillez, candor.
No sabe de hastío, ni de dolor.
No ha probado aquello, llamado amor.

Y las gotas lamen la flor, y la hoja.
Besos de madre, a ella se le antoja.

Niña campesina, que dios bajara,
plena en la inocencia y en el rubor.
Fruta deliciosa, jugosa, roja.


La paz

(Jotabéa)


¿Por qué no eludir, tanto sufrimiento?
¿Por qué no evitar, el ser, tan violento?

Aun prescindiendo de lo angelical,
intentar siempre el bien, antes que mal,
de cara a toda plaga o vendaval,
al frente la piedad, por arsenal.

¿Qué hacer para evitar, que el hombre endiose,
al ángel de la muerte, con su roce ?

Seguro será grato ese momento.
Milagro anhelado, vuelto real,
cuando el ave de paz, al fin se pose.


Credo

(Jotabé)


Cristiano. Musulmán o filisteo.
En el noble ser del hombre, yo creo.

Porque su mano aún, gesta poesía.
Poderoso amor que lucha, alegría.
En un mundo, en la misma sintonía
creo, piadoso y en paz, cada día.

Y si la humanidad, puede cantar,
no importara ya , el libro o el altar.

Siendo de tantos, tantos, el deseo,
bajará de la paz la sinfonía,
desde las tierras altas, hasta el mar.