Inicio Juan Benito
 
 

Directorio de poetas que escriben en Rima Jotabé



Rima Jotabé



Directorio de poetas que escriben en Rima Jotabé en lenguas diferentes al Español

Directorio de Poetas que escriben en rima Jotabé en español
 
 
GUILLERMO ANTONIO JAIME FLORES
 
Poemas Pagina 01
 
Guillermo Antonio Jaime Flores

Guillermo Antonio
Jaime Flores

Coquimbo (Chile)

Una cuarteta anunció

(Jotabem)


“Hasta que vengue aliciente
la sangre del inocente…”

Tal cual, así declaraba
un sabio que lo anunciaba;
cuando el futuro miraba
y la desgracia alertaba

del virus que apareció
y a la gente condenó,

al venir del sol naciente
y ponzoña derramaba:
como otrora se escribió.



Solo la muerte trajiste

(Jotabem)


Corona virus impío
que arribaste aquí, sombrío

teniéndonos que ocultar
y con tristeza llorar
la pena de ver marchar
a quién quisiste llevar

cuando infame apareciste
y tu cruel puñal hendiste:

haciendo brotar un río
de lágrimas al bajar
del rostro de los que heriste.



Unión es la cura urgente


(Jotabem)


Es terrible la pandemia
que solo el encierro apremia

para poder ir logrando
evadirla caminando
y el mal vaya contagiando,
sin poder ir evitando

alejarse de la gente
quién, no queda indiferente

a infección con septicemia
que promete ir provocando
más que en el cuerpo, en la mente.



Llanto quisiste traer


(Jotabem)


Eres pandemia maldita
acaeciendo inaudita

con tus malas intenciones
atacando los pulmones,
dejando pena que impones,
con llanto en los corazones

en gente que padeció
la tristeza que dejó:

quién extinguió luz bendita:
por tus viles atracones
que el infierno coronó.



Nos dejaste aquí solitos


(Jotabem entrelazado)


¿Por qué te fuiste Manuel
dejando un vació cruel?

En tus hijos y el hogar,
arremetiendo a llorar
desde que hiciste a marchar
para nunca regresar.

Es tan duro el sentimiento
de pena que ahora siento

con cada recuerdo aquel
que en mi pecho ha de clavar
una daga de lamento.


No existe un solo momento
que no lastime el tormento

de saber que te perdí
y que no estarás aquí;
Manuel, tanto te pedí:
Por favor cuida de ti -

y no quisiste escuchar.
Salías a caminar

y decías que era un cuento
y yo, ahora comprendí
que te debí regañar.


Fácil se puede apreciar:
no es tiempo de lamentar

pues, nada va a resolver
lo que se ve acontecer.
Solo queda comprender
que debemos aprender:

que la peste no es un mito
y, ese mensaje trasmito

a quienes te han de extrañar
por mal que quiso traer
“Corona Virus” maldito.



Un consuelo de hermandad


(Jotabem)


Sentimiento compartido
busco en pésame sentido,

en apoyo al corazón
que ha sufrido una aflicción
por el ataque a traición
del virus sin compasión:

que descargó su maldad
y agredió a la sociedad,

sin que hubiera merecido
la amargura en desazón
que se ensañó con crueldad.



Jamás lo advirtió la gente


(Jotabem)


Cuando humanidad crecía,
Jamás pensó ver el día

de contemplar el horror
que la llena de temor
por un verdugo traidor
convertido en dictador

que no tiene un referente
y, apareció de repente

con maldad que traería
solo la muerte y dolor,
siendo peste inconsecuente.



¿Cuándo más lastimará…?


(Jotabem)


¿Qué más pasará con esto?
Que es un capricho funesto,

que castiga por doquier
a gente sin merecer,
cada hombre, niño y mujer
que sufren el padecer.

Digan: ¿Cuándo acabará?
O, si muerte cesará…

Nos han usado de tiesto
y debieran responder
¿Cuánto más nos quedará…?



Y su mal aún no frena


(Jotabem)


Ya no es tristeza, es molestia
ante el virus sin modestia

que familias va apartando
y el terror se ve sembrando
y a los justos va matando;
sin poder ir evitando:

que corone una gran pena
pues, población envenena

y devora como bestia,
que el mismo infierno fue enviando
a adolecer vil condena.



Por tristeza estoy cautivo


(Jotabem)


Fue el virus incoherente
quien se llevó de repente

al ser que yo tanto amaba;
cuando de China llegaba
y el planeta devastaba
con las muertes que dejaba

siendo tirano agresivo
que sin mediar un motivo

me ha dejado decadente
porque mi alma se robaba
en vil ataque furtivo.



Transmitidlo por doquier


(Jotabem)


Maldad y desasosiegos,
presos, nos mantienen ciegos

ocultos por la condena
que injusta desencadena
la tribulación y pena
que, aquel virus, envenena.

Mas, ningún mal va a vencer
y esperanza ha de crecer

pues, la fe, no quita apegos
y solo nuestra unión frena
la pandemia en nuestro ser.



Es tristeza que se siente


(Jotabem)


Es gran pena la que siento
y, no para ni un momento

ante injusta mortandad
que sufre la humanidad
por la horrenda enfermedad
que destroza sin piedad

a toda la pobre gente
que, sin ser nada elocuente,

sufre algún padecimiento,
sin respeto ni bondad
del virus inconsecuente.



Una flor pues, sigo amando


(Jotabem Anillo)


Mira, te traje una flor
con un brillante color

como la que tú me dabas
cuando no me despertabas,
tan solo me acariciabas
porque, en silencio marchabas

con una nota anunciando
que también te ibas soñando

con el cariño en candor,
en el que siempre pensabas,
cuando estabas trabajando.


Ya tarde, al ir regresando,
sobre mí te ibas lanzando

y en nuestro hogar me abrasabas
y muy feliz me anunciabas:
que con locura me amabas
y otra flor tú me entregabas.

Mas, hoy es tan cruel el dolor
que dejó el virus traidor

que un día te fue llevando
y, como flor que dejabas:
Te extraño tanto mi amor.



Maldad hizo trascender


(Jotabem)


Nueva pandemia ha llegado
y, a la gente ha maltratado

al quererlas contagiar.
Familias se ven llorar
porque se han visto volar
las almas de este lugar

y hoy, sufren por su querer
que no volverán a ver

dejando atrás un pasado
de dicha sin consolar
que merece renacer.



Lloro en este acaecer


(Jotabem)


Es tanto mi llanto es tanto
con tormento que no aguanto

porque, quién yo quise amar
cogió alas para volar,
sin que lograra evitar
que el cielo pueda alcanzar

en macabro acontecer,
que el virus quiso imponer

con su corona de espanto,
de espinas que hacen llorar
y, alzó para no volver.



Es justo cuidar la vida


(Jotabem)


¡A cuidarse y no salgamos!
Pues sino, nos infectamos

con corona virus cruel
que se lleva en un tropel
a ti, a ese, también aquel;
dejando solo en papel

tu paso por esta vida.
Por eso, evita salida

y en redes comunicamos
que somos sociedad fiel
y humanidad aguerrida.



A ti te deben matar


(Jotabem)


Corona virus maldito
te llevaste a mi amorcito

y me dejaste la pena
como una amarga condena
donde un lamento no frena:
mi corazón, que envenena

porque no puedo olvidar
a quién quisiste llevar

y que aparece en un grito
cuando suelta su cadena
pesadilla al despertar.



Con algún verso bonito


(Jotabem)


Un consuelo en poesía,
que opaque tanta agonía,

todos han de merecer:
para lograr disponer
la magia de renacer
ante oscuro padecer

que deja el virus maldito,
que trajo llanto en un grito,

cuando el mal lastimaría
al querer aparecer
en este mundo bendito.



Porque usted se lo buscó


(2 Jotabem entrelazados)


Señor… Una palabrita,
mi charla será cortita.

Solo le quiero decir
cosas que debe admitir
y que las tendrá que oír
sin que me pueda evadir

porque, es algo muy importante
que lo involucra tajante

y como siempre se quita,
tan simplemente al rehuir,
me aprovecho aquí flagrante.


Señor, no cambie el semblante
por favor, no se levante

y le pido estar atento;
solo, escúcheme un momento
pues, le anuncio en juramento
y con todo el sentimiento

que de mi alma nacerá
y, esta vez usted oirá

decir que ha sido brillante
y le grito muy contento:
¡Te quiero tanto Papá!



Al observar podrás ver


(Jotabem)


Vivir en paz es grandeza
que comparte su belleza

mostrando todo bendito
en un mundo tan bonito
donde suena un bello grito
que gorjea un pajarito,

como luz al encender,
dando nuevo amanecer

cargado de gentileza
que nos abre el apetito
de la fuerza de creer.


(Poema Finalista del II Concurso Poético Visual Jotaberos por la Paz)



Pareciera inalcanzable

(Jotabem)


Es difícil decir gracias
sin hacer las acrobacias

que señalen un concepto
que se consideró adepto
y, aquel visto como inepto,
muy feliz dice: lo acepto –

y es que el acto tan amable
que lo hizo considerable

lo levanta de desgracias
y… Palabras no intercepto
pues, “GRACIAS” es insaciable.



Estaba pensando en ti


(Jotabem entrelazado)


Pueblo de polvosas calles,
ojalá nunca me falles:

en el pasaje añorado
de ese inocente pasado
con pelotera al costado
y más de un gol fracasado

o, siendo pista completa
de carrera en bicicleta.

Solo pido que te halles
como al haberme alejado
con mi luz de anacoreta.


Te apareces cual cometa,
don Jacinto, doña Peta,

mi barrio lindo y corriente
que figuraba pendiente
todo, sin ser consecuente
pues, lucía más urgente

runrún en el “copucheo”
o la Rosa en bamboleo

con cuecas de la Violeta,
que nos dejaba demente
sintiendo precoz deseo.


Pueblo: en mis sueños te veo
con tu pausado ajetreo,

y sonrío al estimar
que quisiste cobijar
con tu tierra que, al jugar,
sábanas quiso marcar:

con dicha que compartí
y el amor que descubrí

en tu magia que acarreo
donde, orgullo ha de anidar
cuando me acuerdo de ti.



Y te verás avanzando

(Jotabem)


Cuando el destino te agrede
y de lastimar no cede:

Regálale una sonrisa
y verás llegar con prisa
la alegría con la brisa…
Parece loca premisa

pero, deja de ir llorando
que maldad irá alejando

pues, cuando dicha intercede,
la felicidad te avisa
que tu valor fue probando.



Se le vio correr urgente


(Jotabem)


Camiones ronroneando:
un convoy se ve pasando

y, van llenando la pista
como si fueran en lista,
marchando hacia la conquista
de aquella larga autopista;

y en su paso de repente
sale en carrera demente

un perro que fue arrancando
porque levantó su vista
ante un ¡TUUUT […]TUUUT! Estridente.



Muy pronto habrá de llegar

(Jotabem)


Si tu esperanza resiste
verás que la paz existe…

Solo debes apelar
al creador y rezar
pues, con fe puede sanar
toda maldad de un lugar;

intenta ir depositando
tu alegría al ir andando

y con la bondad persiste
que pronto va a resaltar
la luz de paz destellando.



Juntos, se puede lograr


(Jotabem)


Grito de paz va a crecer
si entonamos por doquier

que un cambio nos merecemos.
Si un día nos atrevemos
y todos juntos lo hacemos,
aquella magia veremos

y el clamor: podrá cambiar,
sonando en cada lugar,

y no se podrá esconder
que, al unirse, lograremos
la paz que hemos de cantar.



¡¡¡Eee´e´e…!!! ¡A ver a ver a ver…!


(Jotabem entrelazado)


Te lo diré bien clarito:
Eres un perro maldito,

pulgoso, debes saber
y lo que has de merecer
es dejarte sin comer;
tal vez logras entender

que para ti, no es lugar;
tú, no debes husmear…

Yo sé que eres pequeñito
por eso, has de obedecer
o te tendré que amarrar.


Nada hay para olfatear
y logras desordenar

y, me parece espantoso
que tú seas tan odioso,
lo que haces es vergonzoso.
¡Me oyes animal sarnoso! […]

Mira… Si te vuelvo a ver:
un palo te voy a romper

y ahí no me va a importar
que seas mi amado esposo:
¡¡¡Éste, es bolso de mujer!!!



Te bajaste Citroneta


(13 Jotabem entrelazado)


En el pueblo de “Motor”
suena un eco vibrador

cuando pasan habitantes
ronroneando hilarantes;
algunos son elegantes
y los hay también farsantes

o, modestos al vivir
en intento de surgir

en tránsito cansador
donde en rutas son pasantes
sin que las puedan rehuir.


Si ven, podrán distinguir
que han querido dividir,

los caminos al andar
y se pueden encontrar
dos tipos al transitar:
en unos podrán notar

pavimento majestuoso
donde todo luce hermoso

y es sencillo de advertir
sus letreros que, al marcar,
portan tubo luminoso.


Otros, menos glamorosos,
al lado lucen polvosos,

abruptos e indeseables,
incluso desagradables,
groseros y poco amables
con marcas indescifrables

y, aunque logran conectar,
restringen deambular

y solo autos poderosos
adjudican los notables
que se ven pavimentar.


Los otros de aquel lugar
solo pueden empolvar,

donde se cuentan por cientos:
son Datsun o Fiat seiscientos,
Citroen, Lada trescientos,
que sufren entre tormentos

y nada pueden hacer
con Mercedes al poder.

La cosa no va a cambiar
pues, con ajados asientos:
jamás podrá suceder.


Con humilde acontecer
les cuesta reconocer

que los tratan con maldad;
muchos pierden voluntad
mostrando su vanidad
y extraviando dignidad.

Como aquella Citroneta
que pensó alcanzar la meta,

y se vio desconocer
una cruel realidad
sin siquiera ser discreta.


Les cuento historia completa:
Fue cuando “Motor” concreta

que abrieran postulaciones
para asumir direcciones
y llamaron a elecciones
en todas las locaciones.

Los polvosos ya cansados
que Mercedes estirados

ocultaran la receta
al distribuir los camiones
que recibían cargados.


Fue entonces que de ambos lados
figuraron postulados

presentando su campaña
y, aunque la industria se ensaña
en urdir una maraña,
la Citroneta en hazaña

al fin se logró inscribir
y se le vio competir

con Jaguar y Audi lustrados,
diciendo que a nadie engaña
y el polvo haría cubrir.


La quisieron aplaudir
viéndose sobresalir

y, captando muchos votos,
ella se tomaba fotos
con todos aquellos rotos
que mostraban alborotos:

¡Tendrán digna carretera! –
Anunciaba donde fuera:

¡Rutas van a permitir
autos, camiones y motos,
cuando yo sea primera…!


Les prometió primavera
y argumentó lastimera

exponiendo haber sufrido
y en polvo había nacido.
Así, habría convencido
logrando gran trascendido

entre cada buen votante
que consideró importante

cada promesa pionera,
teniendo bien merecido
dejar ruta de atorrante.


Muy pronto llegó el instante
de enfrentar un contrincante

y en debate popular,
astuta se vio actuar
y al oírla declarar
se alzaba en cada lugar.

No tenía oposición
en cada presentación,

llegando hecho culminante
que debían respaldar
por medio de votación.


Con “Motor” en decisión
y tres autos en acción,

empate se anunciaría
pues, Ferrari igualaría
a Citroneta ese día
y segunda vuelta habría.

En campaña nuevamente
todo fue muy diligente

y fue que, en cada estación,
Citroneta arrasaría
con su discurso elocuente.


Ya montado referente,
parecía algo evidente

pues, lideraba la lista
la Citroneta en la pista
de pronto, en una revista,
declaraba en entrevista

decisión que impresionó:
se bajaba confirmó

con un acuso aparente
de enfermedad imprevista
que a todos descolocó.


Allí, Ferrari asumió
y en “Motor” nada cambió,

excepto el ronronear
de Citroneta al pasar
pues se vio remodelar
y lustrosa echa a rodar

por ruta con pavimento
y ya no suena en aumento

porque repuestos cambió
y declara que, al mirar:
ve polvo con excremento.



Un domingo en la mañana

(18 Jotabem entrelazados)


¡¡¡Vamos cabros hagan taco,
sigan, que no pase el flaco!!!

Don Federico gritaba
y a ratos desesperaba
y su voz potente alzaba
y desprecios declaraba:

¡Chaa, cabros no puede ser,
no les dieron de comer!

¡¡¡Pero qué has hecho “macaco”!!!
Furioso despotricaba
girando para no ver.


Se le veía volver
exaltado en quehacer,

rugiendo como animal
un domingo matinal
en que, actuando de local,
disputaban la final

en un flamante torneo
que llamó gran ajetreo

desde aquel amanecer
en que, limpiando un corral,
lo dejaron menos feo.


Con los chanchos en arreo
hicieron profundo aseo

y con cancha improvisada,
dieron paso a la jornada
con la prole concentrada
donde, en una pirca alzada,

clamaban sin desistir
esperando recibir:

aquel soñado trofeo
y botella destapada
que querían compartir.


Se podía distinguir
que todos quisieron ir,

viéndose aquel pueblo entero;
incluso hallaron sendero,
cruzando por el estero,
unos huasos con apero

que vistosos se veían
y por nada descendían

de su caballo al venir
y bajo su ancho sombrero
se escuchaba que reían.


Los minutos transcurrían
y goles no aparecían:

¡¡¡Tírala al centro “cereza”!!!
Le gritó con entereza
doña Rosa y con destreza
nivelaba una cerveza.

En eso, el balón voló
y polvareda se vio,

y casi no distinguían
quienes ponían cabeza
y de pronto: ¡¡¡Goool…!!! Sonó.


El tanto se confirmó
y la barra ovacionó

y, justo ahí, sonó fuerte
el pito que les advierte
un descanso que fue inerte
en la justa que divierte.

Cada cual aconsejaba
cuando un joven se acercaba;

don Tito los regañó
entre amenazas de muerte
para un chancho que escapaba.


La cerveza refrescaba
cuando el referid pitaba

reanudando el partido;
don Alamiro encendido
señalaba enardecido
que ganaban convencido

en cada palmada amable
y doña Rosa incansable

una bandera agitaba,
al retumbar el sonido
del pitazo inevitable.


¡¡¡Corre carita de sable,
la defensa es inestable!!!

Desde la pirca gritaron
cuando se vio que atacaron
pero el balón extraviaron
y otra sorpresa encontraron

y, ellos no se lo esperaban,
al ver que otros avanzaban

siendo poco favorable
cuando paces conectaron
y la escena dominaban.


Los contrarios arrasaban
y cuando al arco llegaban:

disparaba un delantero
y el “aguilucho”, el portero,
echó a volar con esmero
atravesando arco entero

pero no alcanzó a cubrir
y un ¡gol…! Pudieron oír

que al frente lo celebraban,
entre asado de cordero,
invitados a venir.


Nada quisieron decir
en runrún al distinguir;

tenue, un susurro sonaba
de algún huaso que montaba,
y doña Rosa algo hablaba
entre sorbos que tomaba.

Los toques de cada bando:
lento fueron avanzando

y, ya casi por concluir,
el “aguilucho” sacaba
y el “chillo” se vio avanzando.


Los rivales fue esquivando
y cuando se vio llegando,

ahí, un gigantón lo espera
y lo enviste como fiera
y sin atender la esfera
hizo que ya no estuviera.

Con un minuto restante:
el árbitro fue tajante

y la falta fue cobrando:
del área, un metro afuera
y la barra aulló al instante.


Entre escándalo hilarante
cual “Apolo Pitio” errante

aquel juez permanecía
cuando la gente invadía
y doña Rosa ofrecía
botellazo que blandía

mas, nada habrían logrado,
el penal no fue cobrado

y ese grupo desbordante
hasta la pirca volvía
esperando haber ganado.


El “chillo” no fue auxiliado
dando vueltas lado a lado

y, dispuesto el “pate-lana”,
midió brisa de mañana
y con gracia que engalana,
creyó ver una ventana.

Pito: anunció proceder,
y un “puntazo” dio al correr…

Pero habría revotado
y la pelota, lejana:
el cielo no dejó ver.


Nadie podía creer
lo que quiso acontecer;

don Lucho se fue parando:
- Lo mato – dijo anunciando
y ya ebrio, tambaleando,
fue cual gallo aleteando

y a todos se oyó alegar,
y en eso quiso cruzar

doña Rosa en menester
y en el acto fue atrapando
puñetazos al pasar.


Sin siquiera preguntar
también se le vio atacar

y se armaba de repente
la trifulca efervescente
donde parecía urgente
cada golpe prominente;

los huasos también bajaron
y sus rebenques cantaron,

la pirca se vio estallar
y, en la batalla demente,
los vecinos se ensañaron.


Sin excepción se agarraron;
puños, no discriminaron

en una riña de aquellas…
Palabrotas nada bellas
ensordecían doncellas
y volaban las botellas

mientras, en cancha, expectantes
se empujaban contrincantes

pues el balón divisaron
viniendo de las estrellas
y aguardaban vigilantes.


Aquello fue delirante.
Con pugilato aberrante

sin dar tregua en un costado
y sin futbol terminado,
el “chillo”, ya incorporado,
vista habría levantado

y pelota fue cautiva
viéndola venir altiva

y, en su planeo rasante,
un tiro fue disparado
y red mostró perspectiva.


¡¡¡Gooool!!! Sonó en una voz viva
y el equipo se motiva;

afuera, aquellos leones,
cesaron los encontrones
reemplazando pasiones
por abrazos y emociones

remendando un sueño roto.
Luego, allí corría un potro,

ya sin serie deportiva:
que mostró futbol y acciones
con boxeo en alboroto.



Pronto será la reunión


(Jotabem)


Flinfilín dirá el flautín
suavemente flinflilín,

en la fiesta de don Juan
con guitarra y su ran-ran,
con un piano tin-ton-tan
y platillos planpalán;

bien sentado en un rincón
ron-ron-ron el guitarrón

que, con chirrín del violín,
muy felices sonarán
con jajá en celebración.



Nos habrían [,,,] ¿bendecido?


(2 Jotabem anillo)


Cuatrillizos han nacido,
cuatro y solo era uno el nido.

La verdad no lo esperaba
y asombrada me quedaba
cuando el doctor informaba
que aquel cuarteto llegaba.

Fueron cuatro corazones
que colmaron emociones

y sin creer mi marido:
¿Qué hacemos…? – Me señalaba –
son muchos los we […] llorones.


Divagamos reacciones
queriendo ver soluciones

y el tiempo solo avanzaba
y el doctor me despachaba,
mi marido improvisaba
y a la casa se arribaba;

todo se mostró encogido
y se perdía el sentido

pero, encontramos razones
y pronto el nido se ampliaba,
aunque, aún no hemos dormido.



Fiesta en casa del granjero


(2 Jotabem anillo)


Qué tal amigo cordero.
¡Pollo…! ¿Tú estás de portero…?

Antes te vi al divisar
y apenas pude arribar,
te encuentro en este lugar;
pollo: ¿Qué nos va a pasar…?

Yo, no logro discernir
pues no quería venir;

me obligaron, soy sincero,
me tuvieron que amarrar
y no pude resistir.


Hay fiesta escuché decir,
en grande, debo admitir

y nos quieren invitar,
no nos podemos reusar
pues, nos van a preparar.
Ayer, también vi llegar

a dos chanchos y un ternero
y yo, dijo el del sombrero,

con resaca voy a salir.
Pollo y yo, ¿me harán entrar…?
Tranquilo […] tú vas primero.



No la pretendo engañar


(3 Jotabem anillo)


Era un ángel, yo lo vi;
cuando llegó lo sentí,

creyó que estaba durmiendo
al mostrarse apareciendo
pero yo, lo estaba viendo
y mi sueño fui fingiendo;

luego lo escuché rezar
y parecía cantar…

Tan dulce vino hasta mí
que la luz yo fui encendiendo
antes que echara a volar.


Fue tan tierno al observar,
que le quise preguntar:

¿Quién eres tú? – fui diciendo
pero solo fue sonriendo…
Carlitos, me estás mintiendo;
tú crees que yo no entiendo

que ese brillo que advertí
era el juego que te di.

Carlos, te voy a castigar
porque me desperté oyendo:
¡Diablos, otra vez perdí!


Mucho antes te lo advertí…
Máaa… Lo que dije es así,

muy lento fue descendiendo
con alas que fue batiendo…
¡Carlos! No iré repitiendo
pues, ya estaba amaneciendo

cuando te oí rezongar
que no podías ganar…

Mamá es que yo descubrí,
cuando lo fui conociendo,
que, eeeh, le gustaba jugar.



Más vacilación comento


(Jotabem)


Quién eres tú visitante
que te ocultas al instante

sembrando duda nefasta
e incertidumbre desgasta
pues, par de luces no basta
para levantar el asta

blandiendo conocimiento
y, tal vez, solo eres viento,

tal vez un cometa errante
que si quiere nos aplasta
sin sentirlo ni un momento.



El bebé ya se ha calmado


(Jotabem)


Amor: ¿Qué le pasará…?
Dime: ¿Por qué llorará…?

Tal vez, él logró saber
del mundo en que fue a nacer;
tal vez no pudo creer
lo que espera acaecer.

Su ángel le habría informado
y al oír quedó apenado

pues, la vida enfrentará…
Mejor […] me levanto a ver.
Aaay… Mi bebé está cagado.



Yo, solo miré un ovillo

(Jotabem)


¡Oiga! Mejor ni se atreva
pues, confunde higo con breva;

ni piense apretar ahí
o no respondo de mí;
no diga que no advertí
o que señales no di.

Eso que ve es un pestillo
que liberará al caudillo

y usted: patada se lleva.
Uuuy, perdón me confundí
pero […] tranquilo novillo.



Deje terminar primero


(Jotabem)


Eres copia que destrona
aquel arte que corona;

eres el cuadro entrañable
pintado en lienzo admirable;
eres sueño inagotable
del artista inolvidable,

magnánima soy sincero…
Juan, no seas zalamero

porque estoy un poco guatona…
No me interrumpa cuando hable:
Eres perfil de un Botero.



No hay nada… Me convencí


(2 Jotabem anillo)


Oye, dime: ¿Cuánto falta?
Ésta montaña es bien alta…

Ya deja de ir preguntando
solo, sigue caminando
que la reina está esperando
lo que hallemos explorando.

Pero yo, ya me perdí…
Hagamos lo que advertí;

qué dices, ahora, salta…
“No hay nada”: vamos contando;
dale, anda dime que sí.


Devolvámonos de aquí
y es que ya mucho subí,

y fuerte escucho sonando
a mi estómago anunciando
que el hambre lo está atacando…
¡Ya cállate y sigue andando!

Un espejismo me asalta
y veo azúcar y malta

y miel dorada en ají…
Aaaay… ¿Por qué te fui escuchando...?
Ya… Al hormiguero: ¡Salta!



Dulzor casi codicia… Manjar para comer

(Jotabea derivado)


Se aproxima el verano, se oye el agua cantar
y el sol se ve cercano con ríos al bajar

y al entregar calor: valles van alabando,
las flores dan color con cascadas sonando
y, abejas con furor gotas van atrapando
volando alrededor al verlas salpicando

con sus suaves caricias fundidas por doquier
convertidas delicias con un manto al nacer

viajando algo lejano queriendo deleitar
con frutos del amor a quién se vio esperando
sin alertar malicias queriendo disponer.



Sapos, sapos van a ser


(Jotabem)


Sapo-sapo saltarín
tienes casa con jardín;

sapo-sapo y en los charquitos
vas dejando los huevitos
que después serán sapitos:
sapos-sapos tan bonitos.

Su colita ha de crecer
sapos-sapos al nacer;

luego, croarán sin fin
sapos-sapos pequeñitos
cuando empiece a anochecer.



Canta que dicha se oiría


(Jotabem)


Canta-canta canarito
con tu trino tan bendito

que el sol comienza a salir
y con luz nos va a invadir
y silbando a compartir,
el viento querrá venir;

canta-canta todo el día
que tu voz nos dejaría

el corazón tan llenito
con las ganas de vivir
en bella paz y alegría.



Árbitro, qué va a hacer… Feliz como lombriz

(Jotabea derivado)


Él, finge su dolor, no pare de jugar
árbitro, por favor, que el tiempo va a acabar

no debiera cobrar dando fin al evento;
aunque lo oiga gritar no malgaste hora al cuento
él, quiere impresionar y ríe muy contento
y se va a levantar, mostrando dicha al viento:

no le quiera creer dando vueltas feliz
porque se puede ver disfrutando el matiz

que le pinta color dejándose llevar
para poder ganar pues, pasado el momento
haciéndonos perder esto, será un desliz.



Hijo, fui clara al hablar


(Jotabem)


Es un bello amanecer,
mamita, acércate a ver;

todo se aprecia calmado
y las olas se han cansado
y el océano ha mostrado
un semblante reposado.

Madre, quiero preguntar:
¿Puedo salir a nadar?

Uuf… Ya no voy a responder
Pues, mil veces te he informado:
¡Tú, eres un lobo de mar!



Nunca quieras desistir


(Jotabem)


Tú, solo escribe alcachofa
de nuevo otra bella estrofa

en un poema armonioso
que rime maravilloso
en Jotabé tan precioso
y que hable del prado hermoso,

de las flores al vivir
también, del sol al salir;

no te amargues por la mofa
que emite el cardo envidioso
porque él no sabe escribir.



Solo tienes que ver… Va cantando en creciente


(Jotabea derivado)


En todo hay poesía clamando la alegría
en cada nuevo día, cantando en armonía,

en aves con su trino, la cascada bajando,
las flores del camino con su luz destellando,
valles con manto fino de versos salpicando
en todo lo divino con color deslumbrando;

desde el blanco al nacer de montaña imponente
en tierno amanecer, con aurora relente,

belleza inundaría, pintando volaría
abrazando un destino de arcoíris brillando
con letras al poder dando vida al ambiente.



Será santo, pero debe ayudar


(8 Jotabé anillo)


Hoy, estoy feliz y quiero celebrar
pues, mi primer hijo pude comprar;

bueno, todavía no lo he pagado
ya que el crédito no ha sido aprobado
pero ya pronto estaré muy endeudado
y muy dichoso al tenerlo alquilado.

Verán, todo comenzó anteayer
cuando sufría dolor mi mujer,

con trabajo en parto por comenzar
que, entre su tormento y un grito ahogado,
dedujimos lo que iba a suceder.


Nuestro bello hijo quería nacer
y nervioso no sabía qué hacer

yo, solo corría de lado a lado
y un lamento sonó desesperado
y mi suegra habría cacareado
porque el hospital quedaba apartado:

- Vete a la clínica – pude escuchar –
o qué… ¿Será que no puedes pagar?

Aquella bestia me quiso ofender:
- ¡Claro que sí! – yo le habría gritado
entonces, allá fuimos a parar.


Al rato, apenas nos vieron entrar,
corrieron todos queriendo auxiliar;

una enfermera se habría acercado
exigiendo que dejara firmado
un manojo muy bien encuadernado
que, al verlo, quise dejar aclarado

que aquel valor no podía exceder
pero mi suegra se vio entrometer

llamándome “mediocre” al susurrar
y yo, sintiéndome tan humillado
de pura rabia quise proceder.


Así, ni siquiera quise leer
con la bruja diciendo: - es tu deber.

Luego, apenas habría terminado,
hasta una gran sala fui trasladado
donde por completo fui disfrazado
y como astronauta habría quedado;

a pasos lerdos me hicieron pasar
donde mi esposa se oía quejar

y allí, un hombre al cual nunca pude ver
porque tenía su rostro tapado,
me informó que tenían que operar.


Totalmente impactado y sin hablar
sentía que yo me iba a desmallar,

no tuve claro qué había pasado
sintiendo vivir en un mundo aislado
cuando de pronto: un llanto fue escuchado
y el mundo entero quedó iluminado.

Era el we… La bendición al nacer
tan, tan hermoso lo vi aparecer,

tuve ganas de reír y llorar
cuando al limpiarlo lo habrían mostrado
como un Santito al cual enaltecer.


Al salir la dicha me vi expeler
y abracé a mi suegra sin entender

y entre ese jolgorio manifestado,
un “tipejo” se habría presentado
diciendo ser el doctor señalado
y su boleta me habría entregado;

al verla, juro que quise arrancar:
- ¿Eeeestá seguro…? – Insistí preguntar.

Doctor – le dije – usted debe saber
que mi esposa trajo al bebé, embazado
y usted solo lo tuvo que sacar.


Allí sí que me tuve que aguantar
el mareo y ganas de vomitar;

miré a mi suegra estando anonadado
sin que nada le hubiera mencionado:
- Bueno, veré cómo – habría pensado
mientras a mi esposa había esperado.

Pasadas las horas se oyó toser
y feliz con ella me hice a correr;

fue tan divino verla amamantar
quedando con orgullo abotagado
y la gloria dominó mi querer.


- ¿Estás bien? – mi amor quería saber
al ver mi semblante palidecer:

- Sí – dije viéndome preocupado,
- Te conozco – me habría mencionado –
- dime lo que pasa – y estando obligado
entonces la cuenta habría mostrado.

Al verla, a nuestro hijo se vio mirar
y en un abrazo lo quiso apretar;

luego, su mirada se vio volver
y dijo: - Merece todo el cuidado
para que al crecer ayude a pagar.



De aquel verso me enteré


(4 Jotabem anillo)


Una tarde me senté
y: ¿qué es la vida…? Pensé;

y mientras no respondía,
preguntando qué sería,
en un sueño me envolvía
que lejos me llevaría…

Sin saber lo que pasó
la imagen me confundió,

siendo ignoto me encontré
en un sueño que dormía
y de pronto despertó.


Ante mi sentir quedó
aquello que se plasmó

y, fugaz destellaría
como luz que refulgía
y todo iluminaría
y el silencio sonaría.

Cegado, allí vislumbré
y su espacio contemplé:

Ahí, un verso me cantó
cuando en tono enmudecía
e impresionado escuché.


Yo, era sordo me enteré
y mi cuerpo lo extravié

pero su gracia sentía
cuando hermoso clamaría
lo que en oración decía
y que luego descubría.

Un suspiro proclamó
alzando paz se mostró

y sin verlo lo aprecié
con su ruido en armonía
cuando por doquier cubrió.


Belleza manifestó
y la respuesta me dio

de eso que meditaría
y que tan dulce exponía
en tan bella melodía
y donde declamaría

la verdad que atesoré,
cuando en un verso admiré

lo que mi alma comprendió:
que la vida es poesía
y, desde entonces, la amé.



Eres humo acusador


(Jotabem)


Humo, te ves ascender:
gris y tímido al nacer,

tan efímero al volar
que te logras camuflar
entre nubes del lugar,
sin pretender alarmar

a personas de un poblado;
pero hay que tener cuidado

cuando empiezas a crecer
porque quieres informar
que aquel fuego está enojado.



Cuidado con ese perro


(Jotabem)


Ladra, ladra fuerte perro
procura a todos destierro,

que sepan que allí, tú mandas
y que exiges tus demandas
y que con chistes no te andas
en los gruñidos que agrandas,

mostrando gran interés
en tu voz de gran danés

que se escucha hasta en el cerro
mas, no muestres por barandas
que tú, eres un pequinés.



Dime: ¿quién es el poeta?


(Jotabem)


Presta atención un ratito
y responde Juan Benito:

¿Quién es flamante poeta?
Que, brillante cual cometa,
le dio una nueva faceta
a poesía completa

y que hoy enluce como ve
con letras que, ahora sé,

llevan su nombre bendito
creando sigla discreta,
la que clama Jotabé.



Cuando cambiaba corrí


(Extracto de una obra de 47 Jotabem Anillo)


Del cielo precipitando
bajó un cometa volando

y la luz que destellaba
el firmamento alumbraba
y la estela que dejaba
de mí, muy cerca brillaba.

Presuroso la seguí
y al desplomar descubrí

el rastro que fue dejando
y cuanto más me acercaba
un lamento distinguí.


Queriendo indagar corrí
y cuando al fin llegué ahí:

a un ser alado encontraba
y herido se lamentaba
y un ala se acariciaba
con pasión que declaraba.

– ¿Quién eres? – fui preguntando
y su temor fue mostrando

y en mi pregunta insistí
y él, levantarse intentaba
pero se fue derrumbando.


Yo, lo quise ir ayudando
y entonces se fue apartando

y en la mueca que expresaba
un gran espanto mostraba;
también oí que él hablaba:
cuando huraño me evitaba.

Sus dichos no comprendí:
– No te entiendo – le advertí

y con gestos me iba echando
y el brillo que él emanaba,
opacarse distinguí.


Rápidamente invadí
e imprudente lo asistí;

comprobé que desmayaba
y sin saber qué pasaba
delante de él me inclinaba
y su mano le tomaba.

Muy sutil la fui apretando
mientras siguió susurrando.

No comprendo – repetí
viendo que él más se extraviaba
y de gris se fue pintando.



Madre no mereces llanto


(2 Jotabem Entrelazados)


Madre lloras tan lejana
por la imprudencia profana,

porque hermano contra hermano
van empuñando su mano
con un sentir poco sano
donde el odio es soberano

cargando dolor en ristre
y este, mi lamento triste,

comparte emoción hermana
que vive el horror humano
y que tú no mereciste.


Madre, amargura te enviste
y color sangre te viste:

porque se olvidó la pena
de la nefasta condena
que golpeó con cadena
y separó gente buena.

Madre, el sufrimiento es tanto
instalado tu quebranto:

cual tirano que tuviste
y de nuevo te envenena
ahogándote en tu llanto.



Amo… ¿Seré torturado?

(6 Jotabem)


¡Walawalalá, Modesto…!
¡No te demores que apesto!

Muy pronto ellos llegarán
y todos reclamaran;
los hombres lobo aullarán
y hombres niebla lanzarán

escupitajos relentes
y los gnomos imprudentes

querrán ocupar su puesto
y las brujas gritarán
al ver que estamos ausentes.


¡Modesto, trae mis dientes
los necesito eficientes!

Con una escobilla fina,
una que no esté cochina;
luego, sal de la cocina
y úntala con gasolina.

No seas “amermelado”
que, aprovecharé el lavado

con las plantas malolientes
que pusiste aquí, en la tina…
¡Escuchaste, ten cuidado!


Sí amo, ya quedé enterado;
manténgase remojado.

Mientras, beba su sangría
que yo en un momento iría
y un buen baño le daría,
antes que termine el día.

Muy pronto va anochecer
y tengo mucho qué hacer.

¡Amo! Llegó un invitado
pero no sé quién sería
espere, lo voy a atender.


¡Modesto quién podrá ser!
temprano llegó a comer…

¡Modesto! Estoy retrasado
y tú aún no me has bañado;
haz pasar a ese finado
y lo dejas instalado.

Ofrécele una gallina,
que la chupe en la cocina;

que espere le haces saber.
Siento un olor a quemado…
¡Walalalá, la bencina!


¡Idiota la gasolina!
¡El castillo se calcina!

Mira como quedó aquí.
Pero mi amo, yo no fui,
Juro que no la prendí;
fue cuando la puerta abrí

y encontré al dragón parado,
entonces, llegó resfriado

y le pasé una cortina
pero cuando se la di:
él, habría estornudado.


Eres un atarantado,
observa como ha quedado.

Las brujas arribarán
y vampiros llegarán.
El quemado me dirán
y de mí se burlarán

con sus risas estridentes
que sonarán muy potentes…

Amo… ¿Seré torturado?
Porque ellos se enterarán
que se quemaron sus dientes.



Un flamenco improvisado


(Jotabem)


Ya se oye el zapateado
de un flamenco improvisado

y en ruedo gitana hermosa
va en danza maravillosa
y ante garbo y talentosa
gritan: ¡Olé… Salerosa!

Baila, baila con pasión
que contagia la emoción

de aquel arte presentado;
saliendo otra tan preciosa
con más ¡Olé…! En ovación.



Seguiría equivocado


(4 Jotabem)


De niño fui preguntón
queriendo encontrar razón

de todo con interés
indagando como juez.
Pero ahora en mi adultez
vi que entendía al revés

cada idea cuestionada.
Recuerdo una madrugada

preguntar con emoción,
¿bajo el agua, qué hace un pez?
y contestaron: .–pues, nada.–


Cada cosa señalada
quedó mal relacionada,

por ejemplo, que el tractor:
era automóvil de Thor;
así mismo un bebedor:
era el hijo del hedor.

Fui creando enorme boche,
viendo al sol pasar en coche

y que la luna asomada
tenía que ser mayor
porque salía de noche.


Explicaba que el reproche,
era poner doble broche;

así también que un zancudo,
eran zancos con escudo
y que al hablar de forzudo:
era forzar que hable un mudo;

en contexto, doblegar:
era dos veces tu hogar.

Pero un sol de medianoche
su luz alumbrarme pudo
y logré desentrañar.


Al crecer pude explicar
cada cosa sin errar

y verdaderas razones
colmaron mis emociones,
claro que, aún hay cuestiones
que no comprendo en acciones:

como todo ese terror
donde guerra siembra horror

y que me lleva a pensar
que eran mejor ilusiones
cándidas, llenas de amor.



Muuuuy mal, decía una vaca


(Jotabem)


– Muuuuy mal– Se podía oír
a una vaca que al mugir

a una joven regañó
– Muuuuy frívola– Refirió
porque coqueta la vio
cuando un novillo pasó.

– Muuuuy feliz ibas primera.–
La acusaba en primavera,

queriéndola reprimir
y con descaro olvidó
que ella también fue ternera.



Lleva por nombre Alegría


(18 Jotabem)


En un jardín muy cercano
se tomaban de la mano

dos flores para atender,
en un lindo amanecer,
a un hada pronta a nacer
y las otras por doquier:

aleluyas entonaban
y las aves coreaban

gorjeando más lejano;
entonces pudieron ver
la luz que tanto esperaban.


Del asombro se inundaban,
todos lo que presenciaban,

cuando vieron que paría
la madre tierra una cría
y otro elemental nacía
y bellos ojos abría.

Todos de nuevo cantaron
y las flores preguntaron

con qué nombre la llamaban:
– Su nombre será Alegría.
Un enorme eco escucharon.


Un milagro ovacionaron
y mariposas llegaron

y una de ellas la tomaba
y feliz la cobijaba;
–Alegría– la nombraba
y ternura derramaba.

Después, el enjambre en vuelo,
se vio surcar por el cielo

y hasta su hogar la llevaron,
que, entre parajes estaba
justo abajo de un pomelo.


Creció con todo el anhelo
y un día salió del suelo,

entonces, quiso volar
y las alas se vio alzar
comenzando a aletear
y allí se empezó a elevar.

Muy alto emprendía al subir
admirada al distinguir

la tierra con fino velo
y algo empezaba a sonar
y el lugar se oyó invadir.


Muy claro pudo advertir:
–Niña Alegría– al oír

sin saber quién la nombró
– ¿Quién me llama?– preguntó
y rauda se volteó
y de pronto, apareció

una imagen tan hermosa;
era la madre preciosa

que empezaba a refulgir
y ante ella se presentó,
radiante y maravillosa.


Pintada de hiervas y rosa
y de agua clara armoniosa,

con tonos rojo perlado
y brillo azul y morado,
de violeta anaranjado
como en el cielo estrellado.

También, gris de atardecer
y niebla al amanecer,

color greda laboriosa,
de sol y día nublado
y luna llena al nacer.


De volcán se pudo ver
y mil flores al crecer;

era cascada y pradera,
era luz de primavera,
era viento donde fuera,
era madre tierra entera:

Alegría repetía
–hada Alegría, hija mía…

Fruto dulce en mi querer,
mi bella virtud sincera,
mi esperanza– le decía.


Tan enorme parecía
ante encogida Alegría,

que fue revoloteando
en su alrededor, girando,
mientras iba contemplando
tanta belleza emanando

y con grito de emoción:
– ¡Madre!– fue su afirmación,

cuando la tierra reía
al verla feliz volando,
tan llenita de pasión.


–Eres tú mi salvación–
se le escuchó en confesión

a la tierra que le hablaba
y Alegría la miraba
y la duda reflejaba
cuando con fe relataba.

Entonces quiso saber
lo que no pudo entender

y encontrando la ocasión,
Alegría cuestionaba
para poder comprender.


– ¿En qué puedo complacer…?–
Ella le dio a conocer,

conforme para aceptar
lo que iba a solicitar
y detenida al volar,
atención quiso prestar

y cuando madre la vio:
– bien niña– manifestó

mas, luego se vio exponer
lo que le quiso anunciar
y que al hada le encargó.


– Estoy enferma– declaró
y Alegría horrorizó

cuando ella revelaría…
–Yo, me agoto día a día–
y expresó melancolía
con su tono en agonía,

– Madre, y yo, ¿qué puedo hacer?–
se le oyó compadecer;

–Algo especial– respondió
la madre tierra a Alegría
quién distinguía su ser.


– Tú, deberás emprender,
con la magia por doquier,

una sagrada labor:
irás repartiendo amor
a cada árbol, cada flor,
vertiendo aroma y color,

que me ha sido arrebatado
en un acto tan malvado

que dejó mi adolecer,
llorando un triste dolor
y que casi me ha matado.


Cada día declarado
irás por el bosque y prado

y despuntando la aurora
debes volar sin demora
y revivirás la flora,
porque eres la portadora

del don de felicidad,
que es pura divinidad,

que al gestar te fue otorgado
y que tu nombre decora
resaltando tu bondad.


Lidiarás con la crueldad
que entrega la hostilidad

de aquel ser de actuar impío,
con su corazón sombrío
que está sembrando el vacío
y tú: con sudor de frío

me devolverás la vida,
permaneciendo escondida

cubriendo realidad,
camuflada en el rocío,
para no ser abatida.


Deberás salir rehuida
y negarás dar cabida

a ese ser que está acechando,
que con todo va acabando
y desconoce ir pecando
contra quien lo fue creando

porque, olvidó al parecer,
a quien le obsequió su ser

y lo lleva en acogida,
en su seno soportando
que responda padecer.


Muy mezquino al proceder
vanidoso busca hender

sus puñales ponzoñosos,
que dejan indecorosos,
desenlaces horrorosos
por sus males caprichosos

con que insiste en agredir
y que debes corregir

e intentar sobreponer
los pasajes tenebrosos
que se puedan revertir.


No te dejes descubrir,
ten celo al intervenir;

no vaya ser un instante
que en tu vuelo vigilante
te encuentren allí campante
y procedan aberrante.

Cuídate mucho, hija mía
y sé un mito cada día

con recelo en tu existir
y no acaecer flagrante
que destrocen mi Alegría.

(Poema ganador de una Mención de Honor Especial en el II Concurso Internacional de Poesía El Mundo Suena en Jotabé)



Muy pronto va regresar


(Jotabem)


Mi papito está en el cielo
desde que emprendió su vuelo;

mamá insiste en consolar
pensando que voy a llorar
pero yo lo voy a esperar
pues, pronto va regresar

y siento en el corazón
enorme orgullo y emoción

porque es mi gran sueño y anhelo:
ser igual a él y volar,
piloteando un avión.



Dime cómo te subiste


(Jotabem)


Hijo, bájate de ahí…
Cómo llegaste hasta allí;

diga quién lo autorizó.
Pero papá, qué pasó…
Mi amiguito me invitó
cuando él también se subió

y me encaramé al instante.
Pero hijo, eso es aberrante

ese árbol no es para ti
él: es gato, ¿me entendió?
y usted, es un elefante.



La tragedia, Los Andes y el amor


(Jotabeí)


Ocho días ya había trascurrido
en busca del camionero perdido

hasta que, entre badén y una quebrada,
alumbró bajo nieve reposada
el techo de la máquina extraviada
ahí, completamente sepultada;

aquel caso derivó en alarmante
y la comisión estaba expectante

pues, todo aquello que había ocurrido
dejó a dos naciones con su alma helada
cuando una tormenta azotó aberrante.


Yo estaba de servicio en ese instante
y oí sonar el mensaje alarmante;

provenía desde la cordillera
y yo, siendo un oficial de frontera,
de inmediato dispuse acción certera
apenas escuché onda pasajera

que, muy débil, por radio se emitía
con voz desesperada que pedía

nuestro auxilio sonando palpitante
porque una nevada muy traicionera
lo varó en ruta y sin más cortaría.


En un minuto se confirmaría
cuando el teléfono allí sonaría,

identificando con mucho tino
a quien dijo ser gendarme argentino
y que también la oyó estando en camino
pero que ignoraba el detalle fino

desde dónde podría provenir
pero de igual forma intentaría ir

y que las coordenadas daría
si es que alcanzaba a llegar al destino
y horas después, informaba elidir.


- Atento Chile – lo escuché decir
- declaro que no pudimos subir

toda la ruta estaba bloqueada;
les informo que hay gente allí atrapada,
desconozco cantidad siniestrada
y la tormenta se ve empeorada –

- Muy bien, le copio – quise responder
- cuando amaine vamos a proceder… –

- Ché, acá intentaremos intervenir,
tenés que estar atento a la “chamada” –
me dijo – ahora debemos volver. –


Después, nada más pudimos saber
e investigamos quién podría ser.

Por días la tormenta se ensañaba
mientras, supimos de quién se trataba:
Juan Millaleo era aquel que extraviaba,
conductor chileno que regresaba

desde Argentina, donde registró
“Paso Aguas Negras” y desvaneció

en Los Andes al desaparecer
y ni un solo rastro de él se indicaba
luego, en el quinto día, el sol salió.


La escuadra argentina se desplegó
y en todo su territorio buscó

mientras en Chile los Carabineros
recorrían las rutas y senderos
apoyados por GPS mineros
pues, se ocultaron caminos enteros

haciendo difícil la travesía.
Yo, sus familiares contactaría

y pronto fue su esposa quien llegó
y, entre sus arrebatos lastimeros,
declaró llamarse Rosa García.


- Le dije que no viajara – decía,
mostrando un tormento que conmovía.

Relató que salió desde Rosario
sin parar y sin cumplir el horario
porque ellos estaban de aniversario
y desde entonces comenzó el calvario;

dijo que sintió molestia en la sien
e intuyó que las cosas no iban bien

cuando el teléfono no sonaría
y él, acostumbraba a llamarla a diario
y al tercer día sonaba recién.


Ella iba de compras al almacén
y al ver mi número, sin saber quién

la comunicaba del otro lado,
sintió su corazón como apretado
y sospechó lo que había pasado
y no fue sorpresa el comunicado;

que tuvo un sueño me confidenciaba,
donde una bestia feroz lo atrapaba

y que había muchas otras también
y entre todas lo habrían devorado
en una imagen horrible, contaba.


Rosa García paciente esperaba
mientras un grupo unido lo buscaba,

no había banderas que distinguir
tan solo, almas humanas al subir,
con distinto acento y un solo sentir:
aquel que la montaña logró unir.

Fuimos uno, Argentinos y Chilenos,
con la nobleza de los hombres buenos

sin burda frontera que separaba,
solo humanidad que puede vivir
dejando aquellos prejuicios ajenos.


Con fe recorrimos esos terrenos
y en pausas comimos juntos y amenos

hasta que por fin, en una quebrada,
encontramos la máquina tapada
con lo que dejó tormenta pasada,
cuando ensaño poderosa nevada.

Poco a poco pudimos descender
hasta donde el camión quiso caer

cuando no le respondieron los frenos
y precipitó derecho en picada
dejando a Juan sin más nada que hacer.


Mucha nieve tuvimos que mover
y la cabina, al fin pudimos ver;

allí, las puertas estaban trabadas
y con mucho empeño fueron forzadas
quedando con emociones colmadas
las que, por la hermandad fueron mostradas,

y florecieron llantos de dolor
al ver que Juan, al perder su calor,

escribió una nota, la que, al leer
decía entre sus manos congeladas:
“Lo nuestro es eterno Rosa mi amor”



¡Por qué eres tan descuidado!


(6 Jotabem)


Préstame el auto naranja…
El otro cayó en la zanja

cuando iba de lo mejor
haciendo sonar motor,
me distrajo tu tractor;
Claudio, vamos, por favor…

Claudito dime que sí,
porque el otro lo perdí

al pasar por esa franja
y, te digo con dolor,
que ni siquiera la vi.


Pancho, ese yo te lo di
y ya antes te lo advertí:

que otro, no te prestaría
porque ya te pasaría,
el verde también caía
y el rojo se perdería;

ya me está saliendo caro
y me parece muy raro:

se te caen solo a ti…
Yo, un par de dudas tendría […]
muy sincero te declaro.


Claudio no seas avaro,
no pongas ojos de faro…

Fue por una distracción,
producto de la emoción
y en lo ocurrido en cuestión
no tuve mala intención.

Bueno te lo voy a prestar
pero lo debes cuidar

y si lo pierdes, ten claro
que en la próxima ocasión:
no te invitaré a jugar.


No me volverá a pasar
yo, te lo puedo jurar;

el naranja es más ligero
y […] dime algo compañero:
cómo es que tienes primero
cada modelo pionero

y alardeas novedad,
no es envidia la verdad

pero, me quiero enterar.
Me trae del extranjero
mi madrina Trinidad.


De otra nacionalidad
siempre llega en Navidad

y me regala un montón:
gris, azul, rojo, marrón
y me dio su afirmación
que me traerá un avión.

Tienes muchos puedo ver
ya los quisiera tener…

Son una exclusividad,
todos son de colección
y otro no puedo perder.


De éstos, jamás vas a ver
en tiendas para vender

tú, no los puedes comprar,
te lo puedo asegurar;
soy el único del lugar.
Te oigo fanfarronear

pero mi papá los vio,
dijo que no los compró

por malos al parecer…
Claudio […] el gris, ¿lo puedo usar?
el naranja eeeh […] se cayó.



El balón fue el campeón


(6 Jotabem)


Era ya el atardecer
cuando quisieron correr:

una flaca bicicleta,
que siendo ella muy indiscreta
diciendo ser veloz, reta
a una chata patineta.

- Soy más rápida – decía
y la otra lo negaría

asegurando vencer;
entonces una peineta:
a ser el juez se ofrecía.


Carrera declararía
tal como señalaría

y en una empinada calle,
en plena ciudad del valle,
revisaron en detalle
todo para que no falle.

De pronto, queriendo ver,
allí se vio aparecer

a un balón que llegaría
a la espera de que estalle
la ocasión de interceder.


Marcación se vio poner
y entradas quiso ofrecer

a otros que desconocían
lo que ahí organizarían
y cuando preguntarían
a ellos los embaucarían.

El balón les informó
que él todo lo organizó

e ignorantes, sin saber
a él, todos le pagarían
el monto que les cobró


- Que caro - alguien reclamó
y el balón no rebajó

y a cada uno le quitaba
la suma que exageraba
pues, el evento esperaba:
“ser único”, él anunciaba.

Cada quién cancelaría
lo que el balón exigía

y a ninguno permitió,
cuando lo solicitaba,
descuento en lo que excedía.


Todo listo parecía
y la audiencia gritaría:

- ¡comiencen ya […] qué esperamos
que en deberes retrasamos! –
Y ahí, justo al dar el “vamos”,
se oyó fuerte: - ¡ya pagamos!

La peineta por parlantes
aclaró a los expectantes

que todo gratis sería
y el balón, rodando tramos,
corrió tras los contrincantes.


Aquello fue delirante
y sonó un grito insultante:

- ¡para pelota maldita,
nos robaste la platita;
pillen a la redondita,
que no escape esa gordita…! –

Y cuesta abajo el balón,
raudo ante la conmoción,

cruzó la meta adelante
ganado la carrerita
convertida en maratón.



Al vendedor ambulante


(Jotabem)


Tú, vendedor ambulante:
que siempre estás expectante

pronto tener que arrancar,
al salir a trabajar
y con la calle luchar
para poder intentar

enfrentar vida contento;
arriesgando en el intento:

que inspector o maleante
no logren arrebatar
aquel humilde sustento.



Un consejo de doctor


(Jotabem)


Hola colega doctor
pase, aquí hay televisor;

sírvase un café o merienda,
usted es nuevo en agenda
por eso quiero que aprenda:
condición para que atienda.

Ve llena sala de espera
deje, siempre hay fila afuera.

Si uno no aguanta dolor:
espero que él, solo entienda
y saque la billetera.



Te lo afirmo


(2 Jotabem tetrasílabos)


Recordarte
y admirarte:

es pasión,
corazón;
por razón
de emoción.

Es soñar
y entregar,

como un arte:
bendición
al amar.


Querer dar
sin fallar,

lo que siento
en aumento;
sentimiento
es mi aliento

y acogida,
mi salida;

es volar
con el viento:
es mi vida.



Quién dijo que no quería


(3 Jotabem)


¡Quién dijo que no quería!
si yo, por eso venía

por seis meses lo soñé
y dice que, no alcancé
sepa que con nadie hablé
y hace mucho, yo avisé

entonces, quién le contó
dígame pues, quién habló

quién me perjudicaría
claro es cierto, me atrasé
la culpa no tuve yo.


El sol no me despertó
porque a la cueva no entró

fue cuando escuché un trinar
que ojos pude despegar
vi primavera brillar
y mariposas volar

ahí, muy raudo acudí
y en camino me perdí

más nadie me lo informó
cuando quise preguntar
y otra ruta yo seguí.


Por fortuna un colibrí
me ayudó cuando pedí

luego corrí presuroso
por el terreno boscoso
pero descubro horroroso
que ya no hay dulce sabroso

diga, a quién expongo queja
qué hago ahora, dime abeja

quién tiene miel que perdí
pues su amiga señor oso
ella fue, la comadreja.



Te confieso alegre Miguel


(4 Jotabem)


Miguel, mi mejor amigo
siempre has estado conmigo

la vida nos ha juntado
y más nunca me has faltado
tú, cuánto me has consolado
el corazón destrozado

cuando no podía amar
a quien quiso despreciar

has sido mi fiel testigo
de todo mi cruel pasado
al quererme enamorar.


Pero debo confesar
y ya no puedo callar

por respeto soy sincero
y tu molestia la espero
tal vez un golpe certero
pero te diré primero

antes que chisme malvado
deje todo alborotado

y tú, niegues escuchar
todo mi relato entero
que de dicha me ha llenado.


Yo, por siempre te he estimado
como hermanos, lado a lado

por eso te contaré
que un día te visité
en casa no te encontré
y esperando me quedé

y por cosas de la vida
cuando ciega consentida

por la pasión fui inundado
y Miguel… yo me acosté
con tu mamita querida


Miguel, guarda arremetida
no me muestres la salida

porque aún yo no termino
descorcharé rico vino
que lo que quiso el destino
fue darnos largo camino

Miguel ya baja tu mano
agredirme será en vano

mejor, dame bienvenida
que digo con mucho tino
seré el padre de tu hermano.



Un consejo de doctor


(Jotabem)


Hola colega doctor
pase aquí hay televisor

sírvase un café o merienda
usted es nuevo en agenda
por eso quiero que aprenda
condición para que atienda

ve llena sala de espera
deje, siempre hay fila afuera

si uno no aguanta dolor
espero que él, solo entienda
y saque la billetera.



Dicen que discutirían


(Jotabem)


Dime qué haces senador
sentado ahí, gran señor

qué dijo, que discutía…
contingencia día a día
luego que el pueblo elegía
y el estado pagaría

al igual que el diputado
que también fue nominado

para que viva mejor
con esa platita mía
por la que yo he trabajado.



La leyenda perdida del pueblo Nabur


(11 Jotabé dodecasílabos)


- ¡¡¡IROS AL INFIERNO!!! – fuerte se escuchó
Y como ecos de mil trombones sonó.

Mientras la joya en báculo era mostrada
Destellando ante aquella bestia escamada
En ese justo instante en que era extraviada
Aquella tierra, otrora hermosa y amada.

Donde los Nabur, que eran pueblo aguerrido
Desde muchos siglos habían vivido.

Y con una medida paz avanzó
Formando la ciudadela destacada
Y que erigía en aquel valle perdido.


Pretendieron haber desaparecido
Cansados de guerras habrían partido.

Pero el propósito, nadie recordaba
Cubiertos por riscos, cascada bañaba
Y por mucho, ninguno salía o entraba
Y como el único mundo se mostraba.

Por generaciones el pueblo elegía
Un representante líder que regía.

Solo en sociedad habría intervenido
Procurando dictar leyes que ordenaba
Los temas comunitarios que exigía.


Pero otro liderazgo también había
Los Nur, creadores de tecnología.

Con origen místico y muy respetado
Desarrollaban en enclave apartado
Donde todo su secreto era guardado
Y luego, como magia era revelado.

El Nur mayor actuaba de consejero
Y cada cosa lo aprobaba él primero.

El avance de los Nabur guiaría
Pero nunca doblegando lo ordenado
Por el elegido como jefe austero.


Siempre acataban al líder pasajero
Aunque ante los Nur él, perdía su fuero.

Aquellos eran sabios conocedores
De grandes secretos como constructores
Que con unos diamantes destelladores
Fundían rocas de los alrededores.

Con su báculo podían controlar
El agua y la tierra para cosechar.

Formaban en su valle nuevo sendero
Que los mismos rayos cubrían de flores
Con esa joya en báculo al destellar.


A pesar que ellos podían dominar
Ese gran poder de destruir o crear.

Aquellos sabios cargaban humildad
Toda magia era para la sociedad
Nunca sobrepasaban la voluntad
Procurando dichosa felicidad.

Pero sucedió en un fatídico día
El anciano jefe Nabur moriría.

Y el pueblo triste tuvo que nominar
Otro líder para dar continuidad
Y fue su hijo Secor el que asumiría.


Con Secor al mando, todo cambiaría
Pues el joven extravagante exigía.

Les ordenó que un palacio se levante
Aludiendo que un digno representante
Tenía que vivir en algo elegante
Y se levantó un edificio gigante.

Caprichos de Secor fueron aumentando
Con empleados para él trabajando.

La comunidad entera aborrecía
La malcriada actitud tan arrogante
Del joven Secor que estaba gobernando.


El mayor de los Nur le fue aconsejando
Si era jefe, no podía ir abusando.

Que al ser elegido debía entregar
Un ejemplo noble para gobernar
Como lo hacía el padre antes de faltar
Pero el joven Secor, no quiso escuchar.

Continuó con su práctica, desmedido
Y a su pueblo Nabur habría oprimido.

Como un cruel tirano se fue comportando
A un empleado lo quiso castigar
Entonces el pueblo se sintió ofendido.


Al enclave Nur habrían acudido
Para pedir que fuera destituido.

Pero el noble mayor les dio a conocer
Que su casta no podía interceder
Que a las leyes tenían que responder
Que respetándolas pudieron crecer.

Secor, al saber lo que había pasado
Buscó venganza e hizo lo peor pensado.

Fue a la casa Nur e ingresó escabullido
Luego, ahí un báculo quiso coger
Y con él, muy veloz habría escapado.


Se dio la alerta y por todos fue buscado
Pues con maldad no podía ser usado.

Mientras muy aislado, Secor descubría
Que el poder de la joya le obedecía
Y a criaturas el rayo dirigía
Y abominaciones de horror crearía.

Allí, embriagado con ese poder
Dispuso el rayo sobre su propio ser.

Transformándose en un gran dragón alado
Formó ejército y muy pronto atacaría
Destruyendo todo cuanto pudo ver.


De esa gente ninguno alcanzó a correr
Convirtiéndose en presas para comer.

El dragón en tanto rasante volaba
Dirigiendo el batallón que comandaba
De pronto un rayo a los monstruos los mataba
Eran del enclave Nur que disparaba.

El dragón les ordenó la arremetida
Las bestias acudieron en estampida.

Cada uno de los Nur, se vieron caer
Solitario mayor aún batallaba
Pero se hacía evidente su caída.


Con ciudadela completa destruida
El Nur daba su último aliento de vida.

Cuando en su frente el dragón apareció
Y mostrando sus fauces lo amenazó
Báculo en mano un rayo le disparó
Y esquivándolo, la bestia arremetió.

Aquel Nur por última vez quiso ver
Ese hermoso valle que lo vio nacer.

Sabiendo que no le quedaba salida
Entonces: - ¡¡¡IROS AL INFIERNO!!! – sonó
Y un brillo el valle hizo desaparecer.



Habla un popó político tartamudo


(Jotabé dodecasílabo)


Queridos coco compañeros de estado
Como caca candidato a diputado.

Me meo me honra ser representante
Y en mi popó política relevante
Con mi orto ortografía tan elegante
Dictaré tete tenaz y avasallante.

Todos me la mama mandarán copiar
Y romperé cucu cuadros sin dudar.

Soy un hijo de pupu pueblo esforzado
Y robo robotizaré en adelante
Cuando decidan por mi bobo votar.



Qué te pasa Nicanor


(3 Jotabem)


Qué sucede Nicanor
Te noto muy pensador.

Así, me haces recordar
Algo vivido al pasar
Y que me hacía soñar
Negándome a despertar.

Tanto tiempo que ha pasado
Pero nunca he olvidado.

Que tu abuelo Floridor
No dejaba de increpar
Y a diario era regañado.


Él, al mirarme en tu estado
Me reclamaba enojado.

Muy furioso me decía
- Deja tanta tontería –
Y su fusta mostraría
Porque azotes me ofrecía.

Obligándome a correr
Gritando: - ¡no puede ser! -

- ¡Pareces burro castrado! –
- ¡Que muy triste quedaría! –
- ¡Viendo prado florecer! –


Pero usted debe saber
Que no tiene que esconder.

Porque aquello lo viví
En pasado que advertí
Y a tu abuelo le mentí
De eso, cuando lo sufrí.

Y le digo como padre
Le doy mi apoyo compadre.

Que ahora puedo entender
Que como usted me sentí
Al conocer a su madre.



Madre, gracias del alma


(Jotabem heptasílabo)


Madre escuche con calma
Lo que nace del alma.

Que por usted anida
Y grita ser oída
Con pasión encendida
Buscando su acogida.

Porque es algo importante
Para mi fascinante.

Y tocando su palma
Doy mi gracia sentida
Al tenerla delante.


Madre es rosa fragante
Color de luz errante.

Desde el cielo bajando
Y dicha va inundando
Cuando voy contemplando
Su ternura emanando.

Sin poder evitar
La ruta al recordar.

Donde fuiste baluarte
Y amor fuiste dejando
Al tener que avanzar.


Madre, y al declarar
Quiero comunicar.

Que alrededor del mundo
No existe más fecundo
Que cariño profundo
Ese, del cual me inundo.

Y que das aguerrida
Gracias, pide salida.

Por todo al entregar
Madre, gracias difundo
Gracias por darme vida.



Soy chileno, orgulloso latino


(Jotabé decasílabo)


Aunque parezca que alguno ladre
Somos hijos de la patria madre.

Hablamos un idioma precioso
En "sudaca" latino orgulloso
Y hacer distinción resulta odioso
Somos hermanos de Edén glorioso.

Bajo tiranía de un cretino
Sangre indómita hay en nuestro camino.

¡Pero el "roto" chileno compadre!
Siempre será cordial y amistoso
Cariño, lo añeja junto al vino.



Un pasaje en silencio


(2 Jotabem)


El silencio no me deja
y desistir aconseja.

Cuando pasas caminando
y me quedo contemplando
luego, me voy acercando
y tu voz voy escuchando.

Y compartimos salón
palpita mi corazón.

Y del alma solo queja
boquiabierto voy mirando
aquel milagro hecho un don.


Sueño con verme en acción
y que vuele mi emoción.

Cuando yo te voy amando
y veo tu luz brillando
luego, me voy despertando
y lento va menguando.

Y el silencio lo festeja
mustio mi corazón deja.

Y eres quimera pasión
callado me voy quedando
con el amor tras mi reja.



Al poeta Juan Benito


(Jotabem)


Gran poeta es Juan Benito
exponiendo arte bendito.

Crea sueños con sus dones
los que entregan sensaciones
de ver volar emociones
con dicha en los corazones.

Andando nueva avenida
en los versos, magia y vida

vio que, no todo está escrito
y con bellas variaciones
rima, luz quedó fundida.



No te engañes ratón


(Jotabem)


¿Qué haces cándido ratón?
agazapado al rincón.

¿Acaso miras la gata?
cómo se lame la pata
y con gestos arrebata
tu curiosidad ingrata.

Que te llama puedo ver
Incitándote a correr.

En ardid de invitación
pues te diré que maltrata
luego te querrá comer.



Eres tú quien yo esperaba


(Jotabem)


Eres mi luz y mi vida
un bello idilio que anida.

Eres sol cada mañana
eres mi estrella cercana
la que mi dicha engalana
dejando pena lejana.

Frena tormenta pasada
al mirarte en mi almohada.

Eres pasión encendida
eres la magia que emana
eres mi imagen soñada.



Te lo advierto detergente


(Jotabem)


Detergente que al lavar
la mugre quieres quitar

y cuando el agua se agita
dejas ropa limpiecita
muy fragante y suavecita
al recogerla sequita

pero si tú, ya has actuado
y enjuague te ha eliminado

volverás a trabajar
si una mancha no se quita
siendo de nuevo aplicado.



Gran placer es orinar


(Jotabem)


Que connotado placer
queda al escuchar correr

cuando aparece con gana
chorro o descarga liviana
por la noche o de mañana
la vejiga siempre sana

nada mejor que el mear
y la orina al despertar

se usa hasta para beber
y solo será profana
si ropa quiso mojar.



Eres un bote de pesca


(Jotabem)


Bote de pesca relente
en el oficio aliciente

que sales de madrugada
llevando red y carnada
para coger en celada
la jábega atiborrada

esperando ser llenado
con aquel fresco pescado

cuando extenso mar es fuente
y bahía tu morada
donde quedas reposado.



Angustiosa eres ausencia


(Jotabem)


Eres tan malvada ausencia
más nunca admites clemencia

al dejar abandonado
con tristeza desolado
y corazón torturado
al sentirse atribulado

queriéndolo asesinar
la soledad al actuar

que carcome conciencia
en el llanto derramado
cuando no quieres marchar.



Canta pajarito


(Jotabem hexasílabo)


Viendo amor nacer
canta tu querer

canta pajarito
canta seguidito
allí tan bonito
tu ser tan bendito

que suene al alzar
tu voz al trinar

que haces florecer
con canto clarito
dicha al escuchar.



Querer me mata


(Jotabem pentasílabo)


Qué puedo hacer
a éste querer

que me apasiona
que me traiciona
que me aprisiona
y me destrona

el sentimiento
con un lamento

que jura hender
daga que encona
mi sufrimiento


un gran tormento
es lo que siento

que me arrebata
que desbarata
que me desata
tortura ingrata

por esa flor
hecha dolor

y va en aumento
pena que mata
mi dicha y amor.

 
     
   
     
 
    Amigos conectados     Arriba