Omar Enrique
Gambio Morillo
Venezuela
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El niño Jotabé
(Jotabé)
Allá va Juan Benito en su fragata.
Ayer fue saltinbanqui, hoy es un pirata.
Hace unos días era mosquetero
también ha hecho magia: ha sido hechicero.
En su avión ha volado el mundo entero
y con su espada el más fuerte guerrero.
«Cuando vuelva, iré hasta la luna». Ha dicho.
Dejó su cohete colgado al nicho.
¡Ay Jotabé! ¡Qué etapa tan, tan grata!
no quieras crecer pronto compañero
esta vida de adulto es un pasticho.
Adiós
(Jotabé dialogado dodecasílabo)
Un niño parecido a mí me reclama.
Me convida explorar; a jugar me llama.
— Ya no me queda tiempo. Digo al infante
— Te olvidaste de mí. Ya eres un gigante.
Responde con tristeza y agrega arrogante:
— Eres muy aburrido. Yo soy fascinante.
— Eres inocente; no entiendes la vida.
— Tú complicado; ser feliz se te olvida.
— ¡Vamos, llévame a las estrellas! Se inflama.
— No puedo. Tengo que hacer algo importante.
El niño se va y deja mi alma afligida.
Añoranza
Jotabem
¿Qué mar lo tendrá guardado?
¿Dónde estará soterrado?
Tesoro con que pagar
al tiempo y me haga fugar
a la infancia, aquel lugar
donde es soñar y jugar.
Y ser libre como el viento.
Ser feliz, vivir contento.
No vivir mecanizado.
No tenerme que entregar
a la vida y su tormento. |