Poemas Jotabé

(5 Jotabés)


Se quedan vacilantes si no llegan a la meta,
los te quiero, que son firmeza que sujeta.

El rascacielos visto desde la gran distancia,
sus cuatro apoyos clavan dentro con elegancia,
de la mujer que airea falda sin vigilancia,
y ofrece sus contornos y su protuberancia.

Llena con sensaciones que son determinantes,
lo guardado no visto, ni después, luego, ni antes.

Así se contonea como una gran atleta,
que ganó compitiendo belleza y arrogancia,
para ser concernida por un mundo de amantes.


Más para mí no quiero tan solo la bondad,
que sea el colectivo reparta la equidad.

Que nadie se defraude por ser un maltratado,
trabajo y armonía redime al marginado,
por eso yo seré tutor del que han negado,
vida familiar, y derecho a ser amado.

De todo el que en la tierra su esfuerzo siempre arrima,
buscando el equilibrio con justicia que prima.

Cualquier cosa yo asumo si da felicidad,
si da valor humano por mi será apoyado,
de llegar al final sin odio que se esgrima.


Por ser mujer te canto toda la inmensidad,
enfrento tus valores con sensibilidad.

Un ser igual al mío pensador y custodio,
aunque la diferencia se quiera hacer con odio,
envuelto en la ceguera se cuenta el episodio,
del encuentro fallido que no llega hasta el podio.

Así transcurre el tiempo con grito y amenaza,
forjando el pedernal que araña a la templanza.

Que da paso a la acción llena de intensidad,
dejando remarcadas señales como el sodio,
en el cuerpo y el alma al que niegan confianza.


Muchos parecen dioses imponen su retórica,
toman a los incautos llenos de sed pletórica.

Arrasan en los prados de las grandes ciudades,
donde beben el humo que dan sus propiedades,
se suben a las cimas de edificios bondades,
entablando su diálogo con dios por sus verdades.

Actúan de marioneta que sube con los vientos,
para llegar arriba proponen muchos cuentos.

Proponen grades leyes su baza siempre histórica,
y guardan en reserva momentos novedades,
si fuera necesario convertirlos en cruentos.


Por ser mujer te canto, toda la inmensidad,
enfrento tus valores con sensibilidad.

Un ser igual al mío pensador y custodio,
aunque la diferencia se quiera hacer con odio,
envuelto en la ceguera se cuenta el episodio,
del encuentro fallido que no llega hasta el podio.

Así transcurre el tiempo con grito y amenaza,
forjando el pedernal que araña a la templanza.

Que da paso a la acción llena de intensidad
dejando remarcadas señales como el sodio
del cuerpo y del alma, que niegan la pitanza.



Proponen grandes Leyes

(Jotabea)


Muchos parecen dioses imponen su retórica
toman a los incautos llenos de sed pletórica.

Arrasan en los prados de las grandes ciudades
donde beben el humo que dan sus propiedades
se suben a las cimas de edificios bondades
entablando su diálogo con dios por sus verdades.

Hacen de marioneta que sube con los vientos
para llegar arriba proponen muchos cuentos.

Proponen grades leyes su baza siempre histórica
y guardan en reserva momentos novedades
si fuera necesario convertirlos en cruentos.



Contundencia en hacer

(Jotabea con versos franceses)


Y no se llamaría responsabilidad,
si se olvida, el manejo requiere habilidad.

Para que nuestra vida esté justificada,
hay que darle pasión y voluntad en cada
momento, que requiere todo el cuidado y nada
más, hasta conseguir una acción esmerada.

Que signifique gran poder de admiración,
en lo realizado sin tener privación.

Contundencia en hacer con racionalidad,
sabiendo que la buena obra nunca fue dada,
no debe introducirse jamás la confusión.



Por ser mujer te canto, toda la inmensidad

(Jotabéa)


Por ser mujer te canto, toda la inmensidad,
enfrento tus valores con sensibilidad.

Un ser igual al mío pensador y custodio,
aunque la diferencia se quiera hacer con odio,
envuelto en la ceguera se cuenta el episodio,
del encuentro fallido que no llega hasta el podio.

Así transcurre el tiempo con grito y amenaza,
forjando el pedernal que araña a la templanza.

Que da paso a la acción llena de intensidad
dejando remarcadas señales que parodio
del cuerpo y del alma, que niegan la pitanza.



Un gorrión busca patrón

(Jotabém)


Un gorrión busca patrón,
no lo quieren por gorrón.

Buscan buen trabajador
y que sea trovador,
del amor sea fiador
jamás avasallador.

Que coma granos de trigo
lo haga con algún amigo.

El agua beba en porrón
que se convierta en dador,
y que entienda lo que digo.



Tantos peces

(Jotabém)


Tantos peces relumbraban
que en su estanque acostumbraban.

A ponerse en los rincones
porque vienen los fisgones,
todos gordos y tripones
y se ríen los bribones.

Si el pez rojo descuidado
dejó el bañador colgado...

Así todos los pillos faenaban,
el pez negro sin calzones,
marcha como un engolado.



Siempre tuve un sensato

(Jotabé)


Siempre tuve un sensato y fiel discurso,
aunque no es fácil completar el curso.

Cuando cualquier acción lleva al engaño
se produce ese cierto desengaño,
y hay que ser muy ágiles en el apaño
así la espera no será de antaño.

La manera de que valga el colirio,
es hacerlo antes que se apague el cirio.

Porque si se contempla ese recurso
y queda abierto sin control el caño,
podemos ser expuestos al martirio.



Más para mí no quiero

(Jotabéa)


Más para mí no quiero tan solo la bondad,
que sea el colectivo reparta la equidad.

Que nadie se defraude por ser un maltratado,
trabajo y armonía redime al marginado,
por eso yo seré tutor del que han negado,
vida familiar y derecho a ser amado.

De todo el que en la tierra su esfuerzo siempre arrima,
buscando el equilibrio con justicia que prima.

Cualquier cosa yo asumo si da felicidad,
si da valor humano por mi será apoyado,
de llegar al final sin odio que se esgrima.

(Poema Finalista del,
V Certamen Poético Internacional, Rima Jotabé)
 


Me seguían las flores

(Jotabéa)


Me seguían las flores, me mandaban su aroma
que entraba dentro en mi, componiendo su axioma.

Nunca perdí el amor que siempre mantenía
a la naturaleza que ofrece cada día,
su enorme maravilla que su filosofía
la de darnos belleza, junto a dulce armonía.

Por eso yo me siento con colmo irreductible,
de todos los valores que amarlos son posible.

Nadie intente a la tierra, mar, imponer su doma,
porque aquel que lo intente siempre se frustraría,
llevando su impotencia, fracaso ineludible.



Me sentía muy triste

(Jotabé)


Me sentía muy triste en el santuario,
todo era consecuencia del mal fario.

Ocurrían las cosas por ser pobre
por más que quería batir el cobre,
tan solo conseguía que al fin obre
la esencia de la dignidad recobre.

Marchaba contra el viento cabizbajo,
metiendo la cabeza muy debajo.

Pronto deje lo que era estrafalario,
y mi frente erguida metí en un sobre,
aunque estuve llorando sin trabajo.