Patrick mi amor

(Jotabé tridecasílabo)


Estás cerca y a la vez lejos, mi corazón,
por qué el amor me hace ponerte en un renglón.

Cuando voy a ti, mi verso y flor se desvanece,
me pierdo en tus caricias hasta que amanece,
me envuelvo en tu boca que de miel no carece,
resurjo desde tu mirada que me acrece.

Amor fiel, escondido, triste y solitario,
entre tus gemidos, escucho al campanario.

Soy volcán ardiente, que ruge sin razón,
hasta el cielo mi corazón te pertenece,
amor dulce, amor amargo…mi pasionario!



Quietud

(Jotabé eneasílabo)


Sentada sobre mi ventana,
el tiempo pasa con desgana.

Todo se paró en un instante,
mantente del otro distante,
deja de pasear campante,
me dijo una voz arrogante.

Está el virus por todas partes,
llevando gente sin baluartes.

Quietud mi corazón allana,
rogando a Dios no entre el actuante,
¡vida, vuelve a brillar en artes!


(Poesía ganadora de una Mención de Honor del III Concurso Internacional de Poesía El mundo suena en Jotabé)



Deseo

(Jotabem hexasílabo)


Tardes de añoranza,
llenas de esperanza.

Vida de ilusiones,
de ignotas pasiones,
que encierran canciones,
de antiguas lesiones.

Volver al camino,
hablando al destino.

Tejiendo bonanza,
entre mis facciones,
siento lo divino.



Avante en la senda

(Jotabé pentadecasílabo)


De tus sentimientos, por qué los debes explicar,
A nadie le interesa, de eso puedes descansar.

Que no te agoten esas caídas y levantadas,
Mujer, si el ingrato traicionó con otras andadas,
No busques nada de esas caricias contaminadas,
Camina por la senda, sin doctrinas enquistadas.

Pues a nadie le importa, solo vive corazón,
Aborda, mira al amor sin ninguna explicación.

Vida… solo una, casi siempre se vuelve a empezar”,
Soy mujer, soy tú. Por la vida que somos sagradas,
Así elegante y airosa, vivamos con pasión.



Ven a mí

(Jotabé heptadecasílabo)


Eres el recuerdo más lindo, lo guardo ardiente en mi
[ pecho,
Imborrable vives corazón, te siento vivo en mi lecho.

Pronuncio en silencio tu nombre, que lo has tallado en mi
[ piel,
Cada día te reclama y te añora mi corazón fiel,
Arden mis labios de deseo, extrañando tu dulce miel,
¿Por qué me alborotas todos mis sentidos amor infiel?

Ven a mi otra vez, oh dulce dueño de mi día y mi noche,
Ven, por favor, que necesito entregar mi amor en derroche.

Al no ser tuya amor, mi corazón yace yerto y desecho,
Acariciar tu alma deseo, con mis besos de aguamiel,
Ven locura mía, que mis manos te anhelan sin reproche.

(Poema ganador de la distinción de Mejor Poeta Local (Loja - Ecuador), en el II Concurso Internacional de Poesía El Mundo Suena en Jotabé)