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Directorio de poetas que escriben en Rima Jotabé



Rima Jotabé



Directorio de poetas que escriben en Rima Jotabé en lenguas diferentes al Español

Directorio de Poetas que escriben en rima Jotabé en español
 
 
NORBERTO RUBÉN CALUL
 
Poemas
 
Norberto Rubén Calul

Norberto Rubén
Calul

Wilde, Buenos Aires
(Argentina)
El bayo

(2 Jotabés dodecasílabos)


Vestían, las luces, del viejo mercado,
la humedad nocturna del adoquinado.

El frío de julio, de viento y helada,
golpeaba* en el lomo de la caballada
que, la diestra mano de la peonada,
conducía al tranco, desde la alborada.

En la corraliza, ya por la mañana,
oferta y demanda jugaron payana.

Primero fue el moro, después el tostado,
el zaino y la overa con la colorada,
sólo el viejo bayo volvió esa semana.


Ya no habrá subastas, cambió su destino,
tirando de un carro seguirá el camino.

Perdió aquellos brillos de potro salvaje,
que lucía al viento su dorado traje,
cuando el sol pintaba su blanco pelaje,
herencia y estirpe de un viejo linaje.

No más aventuras por el campo abierto,
cargará hasta el día que lo encuentren muerto.

Andará sus horas a paso cansino
hasta que la vida le cobre el peaje
que lo lleve al bayo por otro desierto.


(* sinéresis)



Por la lluvia al cejo

(3 Jotabés dodecasílabos)


Cántaros plomizos, en alas del viento,
perfuman la tarde, con su húmedo aliento,

se mueven feroces, chocando y gritando
que su capa oscura seguirá avanzando,
que irá por la fronda, que la irá diezmando
y al llegar al cauce, lo irá alimentando.

Sinuosos destellos, entre la estridencia,
prenderán candiles, luces de inclemencia,

llevarán su carga de acuoso sustento
y al ir por natura la irán derramando,
hasta hacer estragos sobre la impotencia.


Y cuando la lluvia se presente altiva,
gritando a la noche que aún sigue viva,

su densa cortina cubrirá el paraje,
a pura violencia moverá al follaje,
hundirá a la orilla, cambiándole el traje,
e indefensos juncos sentirán su ultraje.

Un sin fin de grises irán por el todo,
cederán los verdes al agua y al lodo

y con el entorno yendo a la deriva,
sólo una esperanza mantendrá al paisaje,
que el viento se escape por algún recodo.


Si eso así ocurriera, cuando huya la brisa,
devolviendo orillas, moviéndose aprisa,

desvestirá al cielo, quitando su manto,
ese que gritara su gris desencanto,
aún cuando ajeno de verde quebranto,
un sauce se ahogue con su eterno llanto,

besándolo al río, moviendo su espejo,
cual onda expansiva de nuevo reflejo.

Más tranquila el agua, correrá sumisa
lejos del misterio que dejó el espanto,
hasta que, en el alba, la gobierne el cejo.


(Jotabé ganador del Tercer Premio del XIV Certamen Poético Internacional Rima Jotabé)



El piano

(2 Jotabés)


Por ébano y marfil le fue la vida
a rellenar de arpegios una herida.

El tiempo y el recuerdo, a su manera,
pusieron en el piano una quimera,
la partitura gris de lo que fuera
un mundo que en colores reluciera.

No pudo ni el reloj, ni el calendario,
ni el resumen final de un obituario,

acallar esa música dormida,
la misma que en sus teclas repitiera
como cuentas benditas de un rosario.


Sus manos sobre el piano rescataron,
de aquel viejo rincón, lo que dejaron

aquellas que una vez, en otros días,
le arrancaran mil suaves melodías,
esas que hoy regresaban armonías,
sin poder evitar melancolías.

Las voces que en el tiempo se perdieron
a su modo, en acordes, revivieron.

Sensibles y sublimes se escucharon,
ajenas a mortales utopías,
ausencias que al partir nunca se fueron.


(Jotabé Finalista del XI Certamen Poético Internaional Rima Jotabé)



La espina y la rosa

(Jotabé dodecasílabo)


Estaba la espina diciendo a la rosa,
qué cosa más bella; qué flor tan preciosa.

La rosa halagada, dijo con agrado,
si soy lo que soy, es por tu cuidado;
siempre vigilante, siempre a mi costado
protegiendo el don que Dios me ha otorgado.

La espina, por ello, quedó sorprendida
de ver a la rosa tan agradecida.

Desde aquella tarde, firme y orgullosa
se observa a la espina, como fiel soldado,
dando, por la rosa, su cuerpo y su vida.



Amanecer

(Jotabé)


El alba, como lienzo enrojecido
cual sangre de un gigante malherido,

oculta una acuarela de azul velo,
que llegará a mostrarse en amplio cielo,
para vestir de escarcha al verde suelo,
con la noche escapando en lento vuelo.

Y todo será flor, senda, follaje;
mientras se despereza en el paisaje,

un campo, todavía adormecido,
que al ir serpenteando el arroyuelo,
despertará los trinos del ramaje.



Destino

(Jotabé)


A veces enloquezco y no consigo
concebir el amor, si no es contigo,

porque se ha vuelto oscuro mi universo,
al punto que, sin ti, todo es adverso;
porque en esta oquedad que vivo inmerso,
habita un corazón, solo y disperso.

Difícil convivir con esta herida
que, por amor, no creo merecida.

Cómo cuesta aceptar este castigo
que me escribió el destino, un triste verso,
que describe, final, a un ser sin vida.


(Poema ganador de un Accésit en el II Concurso Internacional de Poesía El Mundo Suena en Jotabé)
 
     
 
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