Laura
Coronel Viana
Lomas de Zamora
Buenos Aires (Argentina) |
Recuerdos
(Jotabé)
En todos mis recuerdos importantes
hay cosas que no han tenido variantes.
Vuelve mi madre; sonríe al mirarme
dibujar… Con sus bellas manos, guiarme
para colorear. ¿Cómo olvidarme
del calor de su piel al cobijarme?
Manos de pan en fuente de frescura.
Manos plenas. La mágica locura
que el creador nos dio. Que no haya instantes
en que sea tan vil de acobardarme
o destruir, lo que Dios construir procura.
Fallido viaje
(Jotabem)
A viajar sin gran alarde
me preparé aquella tarde.
¡Seré feliz pasajero!
Me pensaba, el más viajero.
Me sentía cuan granjero,
aunque yo era un extranjero.
Con mi ropa de gitano
esperaba el tren puntano.
¡Fue un sotreta, por eso arde!
Me pinchó cuan abejero
y termine en un pantano...
Te veo huesuda
(Jotabea)
Sí, te veo huesuda, sobre el techo esperando,
como nadie te busca, conmigo estás jugando.
Siempre miras relojes. Y con tu autografía
revisas al segundo, siempre mi biografía.
Aunque parece absurdo nadie te desafía,
pero yo sí, te estudio, como a una epigrafía.
Le ruego a mis abuelos que allí en el Campo Santo
se sientan muy contentos pues rezo con su manto.
Flores y sus comidas traje y voy festejando
yo siempre los recuerdo con mi caligrafía.
Flaca, me desconfías, mas Dios dirige el canto.
Tierra de Palmares
(Jotabea)
Se ha desmayado el cielo sobre el agua del río
igual que tus cabellos sobre el invierno frío.
En Tierra de Palmares muy pronta y desplegada
vendrá la primavera de soles arraigada
a mirarse en tu río. Cantando tu llegada
alejará el hastío que te tiene embargada.
En medio de este viaje la luz en ti destella,
cuan remanso del río tu eres mi bella estrella.
Adorables cabellos con audaz señorío
dibujaremos huellas, buscarás mi mirada,
muchacha enamorada, mi adorada doncella.
Dueño del aire
(Jotabé)
Delicado mi rey de corazones,
por su quehacer tañen diapasones.
Un pequeño colibrí azul verdoso,
maravilla de Dios, bello, hacendoso,
su hogar construye con un veleidoso
volar de ángeles, siempre cuidadoso.
Todo su entorno es una preciosura.
Revolotea, viene, se apresura.
Como en juego nos regala versiones
de dulzura. Vaivén que habilidoso
canta al viento , con fugaz hermosura.
El amor
(Jotabem)
Lento, firme va tejiendo
su mantón te va envolviendo...
Sólo el corazón que ha amado
sabe ver en lo dorado
de la vida. Recatado
suelta luz al desolado.
Dulce fruto que palpita
de abeja que suave incita.
Nos salva, nos va envolviendo
el amor , dulce sagrado,
en hilos que el alma habita.
Tempranito
(Jotabé hexadecasílabo)
Cuando menos lo esperaba llegó temprano a casita,
lucía nuevo sombrero sobre el corcel que ejercita
¡Impertinente mozuelo dijo ser su noviecito!
Ella lo miró y callada fue a preparar cafecito.
Servía y coqueteaba con alegre bailecito
mientras yo desesperaba por no tener ni almuercito.
Pronto me puse a amasarles un sabroso panecillo
que se perdió en esa boca voraz como pececillo.
¡Cuánto correr por los hijos, miren aquí mi Rosita!
Detrás de mi florecita como loco el doctorcito
pues su boca de frambuesa lo enamoró pobrecillo.
¡Hijo mío!
(Jotabé dodecasílabo)
Hijo mío cuando niño te cantaba…
Ya sabía ¡Tu mirar alborotaba!
Magnánima tu bella naturaleza.
Mariposa de sublime gentileza,
me salvabas del dolor con tu nobleza,
con tus flores color de la fortaleza.
Tu cariño como canto de zorzales
es estrofa que despierta los maizales.
Por las noches soy feliz ¡Yo te contaba
que sembraron nuestros lazos de belleza
bellos cuentos de duendes y de sauzales!
Al niño
(Jotabem)
¡Angelito que tus lazos
cubran al niño! En abrazos
que sin pensarlo me entrega
a volar va. Se despega.
Como luz azul doblega
mi caminar. ¡Andariega
en su mirar encendida
la sonrisa desmedida!
Vengan del cielo los trazos
al camino que sosiega
Tu mirada sorprendida.
Anilina
(Jotabea)
Casi no me di cuenta, ya cayeron las hojas
dibujan las veredas amarillas y rojas.
En medio de la tarde susurras Argentina
alborotas bufandas, parecen serpentina
Ocres anaranjados brillantes. Anilina
lavada por la lluvia detrás de la neblina.
La gente tiritando va puntual al trabajo
no vaya ser por frío que manchen su legajo.
Se nublan las ventanas reforzadas y flojas
Huelo sopa caliente, descorro mi cortina,
algún carente sufre ¡Sirve su plato majo!
Monedita
(Jotabea)
Dentro del azul cielo su blanca luz delata.
La famosa moneda me cuenta de su data.
¡Pobre peregrinar mi señora lunar…!
Siempre caminas sola, nadie ve tu penar
no te dieron un beso ni podrás acunar
pero guardas el don ¡Haces enamorar!
Pobre luna lunera muy triste tu reinado
donde nadie percibe, tu corazón helado.
¿Qué no darías luna, monedita de plata
por tener un amado? Por una vez amar
por poder abrazar… pues siempre fue soñado.
Devoción
(Jotabé Rebote)
Se visten de fiesta de devociones.
Hoy todos cantan, evocan canciones.
Sé de tiempos bellos que quedarán
sueños de niños al sol soltarán
con su mágico rosal salvarán
y la pena, la culpa, pasarán.
Respira calmo, puedes despertar
y con nueva música caminar.
Tienen almas mías, aspiraciones.
¡Amor dulce semilla, llamarán
a sembrar mil estrellas al altar!
La Puerta
(Jotabea)
Cada día temprano, pronto miro la puerta
por la que sólo paso, de mis sueños despierta.
Mil veces siento triste mi vida sin abrigos
de los que me cubrían mis queridos amigos,
felices como campos dorados por sus trigos.
Te miro puerta triste, tan sola sin testigos.
Esfumase mi rostro dentro de los espejos
que gritan mi dolor, esparcen mil reflejos.
Sigo, pinto bosquejos en mi tierra desierta
con ventanas abiertas, con mis mustios postigos
que guardan compungidos sus absurdos consejos.
Sin nombrarte
(Jotabea)
Golondrina de Prevert ¿qué te causa sorpresa?
yo, vengo desde lejos. Te traigo mi promesa;
me presento con mi fe, con mis sueños. Artista
caigo por tu belleza ¡mágica, trapecista!
Ni Van Gogh te perpetuó, ni ningún vanguardista
Tu padre Koechlin, y tú su gran arista.
Luz forjada, silente, querida cuan ninguna.
Edith Piaf con canciones, te bajó de la luna.
Siempre para tu patria la sublime princesa
Soñé pisar tu cuna, también pido persista
tu hierro, tu finura, mi tamaña fortuna.
Jardines I
(Jotabea)
En un jardín de rosas percibí los colores
bellas flores preciosas prometían favores.
En medio de las flores me distrajo notarte
y mi rostro rubores insistió recitarte.
Me vestí diferente fui pasión al cantarte
igual que las alondras que suelen levantarte.
Caminé sutilmente como luz alborada
en medio de la gente me marcó tu mirada.
Hoy ya no busco vuelo, ni sueño más amores
no procuro miradas ni suplico besarte
desangraste mis rosas. Fuiste la flor errada.
Lazo de amor
(Jotabea)
Me gusta ver al cielo llegar la alba canción
que los pájaros alzan a pura devoción.
Madre naturaleza tú a veces muy silente
me vuelves a la vida de manera valiente
me regalas el fuego dulce del sol naciente
y mi corazón salvas tan triste, tan doliente.
Veo brotar mil flores en todas las riveras
cuando visten mis años todas tus primaveras.
Naturaleza madre Dios, luz y creación
Eres sin igual lazo de amor que me consiente
Bendiciones y abrazos derramas sin esperas.
Poema
(Jotabea)
Poema que del alma, de los sueños naciste
Me tienes atrapada, mas no me lo dijiste.
En roja flor brotaste, cuan nueva primavera
que desata la brisa, la voz de la rivera.
Si mi corazón fuese la luz que persevera
cielo nuevo sería, verso, justo a tu vera.
Cada palabra rimas tornándola fragancia
Al dolor por perfume cambias con elegancia.
¡Poesía, reclamas, en qué me convertiste!
Me volvería flama, si tu verso viviera
alma mía, poeta, sutil extravagancia.
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