Inmortal

(Jotabé Espejo Invertido)


El crepúsculo marca otro final
y lo vela la luna desahuciada
que agoniza en la sombra intermitente.

El color de la muerte es temporal,
el color de la vida es celestial.

Cuando oscurece más la madrugada
y llega el conticinio, de la nada,
la tierra vuelve a estar iluminada;
siempre revive el aura entusiasmada.

La flor que se marchita de repente
revivirá otras flores nuevamente.


Si de la tierra somos la simiente,
¿por qué no vemos más que lo evidente?

Despreciamos la nube anaranjada,
a la lluvia que baña la ensenada,
a las aves que vuelan en bandada,
al sonido sutil de una tonada...

Vivir tiene un cariz insustancial
a quien quiere a sus pies lo terrenal.

Yo del mundo no soy un indigente,
me alumbro con la luz esperanzada,
pues del cielo ya soy hombre inmortal.