Cecilia
Codina Masachs
Cataluña (España) |
Un turbio testimonio
(Jotabéjo)
¿Por qué me amáis con un y mil defectos?
Los hombres por miseria son abyectos.
Quieren tener el poder en sus manos
y orientar sus instintos provincianos,
contra la gente noble, siendo ancianos;
olvidando que todos son hermanos.
El manejo es un turbio testimonio
donde sin duda existe ese demonio.
Los hombres por miseria son abyectos.
olvidando que todos son hermanos,
donde sin duda existe ese demonio.
El triunfo
(Jotabé)
Un triunfo se asemeja al homenaje,
suele ser pasajero sin peaje.
Porque después se tiene que sudar
con mucho más talento por ganar,
teniendo siempre en cuenta no dañar
la labor de los otros sin faltar.
Disfrutemos de nuestro ingenio sano
manando como fuente a un hermano.
Demos lo que sabemos sin peaje,
no tengamos en cuenta ni el sudar.
Hagamos un regalo más humano.
La gratitud
(Jotabém pentasílabo)
Sin actitud
No hay gratitud.
Es un mal vicio
con un desquicio,
sin beneficio.
Solo un silicio.
Cierto que es grave
y nada suave.
Mas sin quietud
se pierde el juicio.
Ni vuela el ave.
A Mistium
(Jotabé)
Pienso cuánto te debo y lo agradezco,
porque a tu lado nunca desfallezco.
Sabes dar ese impulso necesario,
siempre tan generoso y solidario
a cuantos te rodean cual rosario,
con tu espíritu llano y literario.
En este libro el tiempo nos apremia,
los silencios nos hablan de bohemia.
Lo escribo en singular y te lo ofrezco,
pero somos legión y un operario
pues con tu gratitud, das academia.
Mentiras
(Jotabé)
Si me miras amor, no me desnudes,
no me quites la ropa, ni me ayudes.
Todo tiene su tiempo y su armonía,
a la fuerza jamás yo me daría
si tengo más que cierto que es falsía,
cuando dices amarme día a día.
Las mentiras me duelen con promesas
que nunca cumplirás, pues no hay sorpresas.
Pero bien te conozco, no lo dudes,
sé que no dejarás por cobardía
tu placentero hogar, nos tienes presas.
Es tu amigo
(Jotabém)
En el Crisol del desierto,
renace lo que está muerto.
Se nos curan las heridas,
Incluso las más sufridas
Y fueron tan bien cosidas,
que quedaron bendecidas
¡Alma, cuéntale a tu amigo!
Encontrarás gran abrigo.
Siempre estará muy despierto,
ve tus preces oprimidas.
Yo de ello soy, buen testigo.
Digo que no
(Jotabé)
Hoy no tengo el coraje ni el aplomo,
y en esta situación, me reconcomo.
Lobos entre mis carnes me devoran,
día a día resisten y valoran
la forma de acabar cuando empeoran,
sus ultrajes feroces que adoloran.
Pienso… ¡De qué sirvió tanto callarme!
Si al final la vil muerte ha de llegarme.
¡Pues no, digo que no! Sé cuándo y cómo,
y entre tanto mis ojos ya no lloran,
para no callar más y separarme.
Designios
(Jotabé)
Se desvela el enigma de la vida
cuando llega la muerte compungida.
Ponemos los crespones con acierto
en el carruaje negro recubierto,
por Cristo plateado, triste y muerto
visto así, es un enorme desconcierto.
Nos dejan nuestros seres más queridos
y nos desgarra el alma, entumecidos.
¿Pero por qué entendemos por cumplida,
que vivir en la tierra es un desierto
Cuando nos pone Dios tan bendecidos?
La viuda
(Jotabéa)
Me dices que es mejor llorar en compañía,
reclinar la cabeza sin sentir la manía,
del qué dirán al verme, si estoy con otro
hombre,
estando mi marido finado, y que no asombre
a la gente que plañe, perder un superhombre,
sin dejar descendencia para escribir su nombre.
Bien que me quedé viuda, sí pero viuda alegre,
no lo lloraré nunca, mientras se desintegre.
Fácilmente se entiende. Su trato me ofendía,
y no quiero que nadie ni siquiera lo nombre,
porque sin él mi vida, fácil será me integre.
Vanas promesas
(Jotabé con estrambote)
Un pasado imperfecto nos abruma,
no fue ni de algodones ni de espuma.
Cierto es que nos ayuda en el presente
a que seamos cautos con la gente,
eso sí, sin mostrar ser un valiente
y enfrentarnos con ella frente a frente.
Porque sé que hay sedales que esclavizan,
saben cómo exprimirte, te hipnotizan.
Y bajo sus efectos, bien te arruma
tal fueses su trofeo pertinente,
a esto yo llamo, abusos que suavizan.
Con promesas que hechizan,
a que sigas sus pasos sin preguntas.
Entonces… mira bien con quien te juntas.
Una boda con peso
(Jotabém con estrambote)
No ha de ser en vano un beso
ni por darlos en exceso.
Los sentimientos afloran
cuando los dos se acaloran,
y es que de hecho se enamoran.
Da gusto ver que se adoran.
Las familias con contento
ven por fin el casamiento.
Es una boda con peso,
y entre todos colaboran
en este feliz evento.
Mas lo cruento
llegará cuando esos besos,
se quedan sin embelesos.
Temo
(Jotabé con estrambote)
Temo siempre perder la maravilla
que es poderte besar esa mejilla.
La que apoyas en mí cuando deliras,
que me amas hasta el cielo y tú respiras
con sosiego en mis brazos y me miras,
sabiendo que no existen las mentiras.
Me veo como un príncipe encantado
levantando mi espada de soldado.
Mas me turba pensar ¿serás arcilla
que el viento esparcirá, mudas las liras?
Mientras…, yo quedaré tan desolado.
No estarás a mi lado.
Pero te esperaré sí, en mis recuerdos,
Y si ocurre al revés, nos serán muerdos.
Sin buscarse
(Jotabé)
Dos miradas se encuentran sin buscarse
más van a hurtadillas para liarse.
Mas con cierta cautela les sorprende…
que el amor les trasforma y más se enciende,
quitando las barreras que no entiende,
si herido el corazón no lo reprende.
Queriendo y no queriendo, se dan besos.
No sin cierto rubor, de estos sucesos.
Y sea como fuera, enamorase,
algo tuvo que ver ese buen duende
que les hizo cosquillas con excesos.
Receta
(Jotabém)
Como punto culinario
doy honor al herbolario.
Mejillones con cebolla,
hervidos en una olla
ajo, caldo de centolla,
perejil que emperifolla.
Con abundante tomate
sin que la acidez te mate.
Y todo es muy necesario,
pues este plato te enrolla
con un tinto de remate.
Promesas
(Jotabé con estrambote)
Las sabrosas promesas nos engañan
tal fuese sacarina, solo amañan.
Pero el sabor después del desengaño,
nos es indiferente, si es engaño
pues a todos nos tratan de rebaño,
sin buscar buenos pactos como antaño.
Y sin gobierno andamos ¿hasta cuándo?
El pueblo está más que harto de ir votando.
Y en la recta final… bien que lo apañan.
No uno ni dos ni tres, ¡difícil año!
para lograr la silla defraudando.
Les pondría pencando
con un recio bozal educativo,
sin tener que tragar lo conflictivo.
¿Por qué te vuelves espía?
(Jotabém con estrambote)
Háblame querida mía
¿Por qué te vuelves espía?
¿Qué buscas en mi cartera
si la conoces entera
y no eres mi carcelera?
Los celos son tu ceguera.
Si te pido explicaciones,
es que busco soluciones.
No pensé que ocurriría,
mas de esta mala manera
encontraste tus mechones.
Son unciones
pues tanto adoro tu pelo
que lo recojo del suelo.
Para ser valiente
(Jotabéa)
Diría que el valor es más que una valentía,
el miedo nos ofrece tan solo carestía.
Nos debilita tanto, que hasta la indiferencia
se apodera del alma si no tiene conciencia,
dejando los sentidos inertes con frecuencia
como si se rindiera sin lucha ni experiencia.
¡Coraje pido a gritos! arrojo si conviene
para saber vivir, pues el amor sostiene.
Primero amor así mismo, sin que haya sequía
a cuantos nos rodean, dando benevolencia.
Para ser un valiente, la gracia a favor tiene.
Otro mundo
(Jotabéa)
En los innumerables siglos que nos llegaran,
nuestras generaciones lastimadas lucharan.
Un mundo rudo astral, no sé si planetario,
con mil viajes a Marte, si es que eres
millonario
buscando comprar tierras, llevando un buen
notario,
que certifique ser, quien es el propietario.
Ilusiones de inventos, que de cierto van lejos,
en lugar de ocuparse de tantos desparejos.
Todas estas hazañas escritas se quedaran,
no sé si por alguno que haga de secretario…
dudo de los terrícolas, aunque lleguen a viejos.
Mi secreto
(Jotabé con estrambote)
Déjame que te diga mi secreto
sin que por ello sea ser discreto.
Tu vecino te engaña con tu esposa,
nunca te diste cuenta de tal cosa
porque ambos disimulan que es viciosa,
esa necesidad, nada amorosa.
Y como soy tu amigo, lo confieso…
tu mujer quita el hipo, incluso el seso.
Tienes todo el derecho a un buen dueto,
más con gusto renuncio, aunque es hermosa
amigo tu señora, zanjo eso.
Lo nuestro fue un exceso
de lujuria traviesa, de locura.
Siendo buenos vecinos, hay factura.
Me derramo
(Jotabém con estrambote)
¡Cómo decirte mi amor
si es que Dios te hizo un primor!
Si te miro de reojo
es porque yo me sonrojo,
y me quedo sin arrojo
si te veo con enojo.
Si te digo que te amo
temblaré como un retamo.
No me juzgues con rigor,
que esto aumenta mi congojo
y deseo darte un ramo
Me derramo...
tal fuese un vaso de vino
que al quererte me fascino.
Levantemos el vuelo
(Jotabé con estrambote)
Cuando el miedo estrangula la razón
sentimos una extraña sensación.
El raciocinio niega la evidencia,
de nuestra realidad, la dolencia
que se clava afilada sin licencia,
en el centro del alma con violencia.
Vivimos confundidos y el flagelo,
nos hace ser airados en un duelo.
La venganza atenaza el corazón…
y solo en un instante la sentencia,
podemos olvidar, al ver el cielo.
Levantemos el vuelo.
Tendremos al final un buen sosiego
porque la vida nunca será un juego.
La esperanza
(Jotabéa con estrambote)
Parece ser que algunos piensan que la esperanza
es la prolongación del daño que se afianza.
Dicen que la esperanza trata de ser peor
que el mismo sufrimiento sin quitar el dolor,
porque todo sucumbe si se es conformador
y sin presentar lucha se queda sufridor.
Parece ser que algunos, los males desembuchan,
nos hablan por los codos y los tontos escuchan.
Mas veo que unos y otros pesan en la balanza
poco más que una pluma, pues no sienten pudor
de amargar esta vida si no se despeluchan.
Los hombres desembuchan
entre amigos y extraños todos sus sufrimientos,
nadie es indiferente con tantos desalientos.
En el recuerdo
(Jotabé)
Amor que me trasciendes de mañana
en tus brazos me tienes muy lozana.
El recuerdo del primer beso queda,
sé que el tiempo no borra aunque lo pueda,
si ambos no le dejamos que proceda,
envejeciendo juntos tal cual greda.
Somos arcilla en manos del artista
que esculpió su ternura en una lista.
Allí escribió los nombres de Juan y Ana
también todas las gracias con su seda,
que lo cose amorosa su modista.
El olivero
(Jotabé)
Y miré mi olivero providente
que regué con sudores de mi frente.
Sus aceitunas eran tan hermosas
repletas de suspiros como diosas,
que exhalaban aromas aceitosas
queriendo ser aceite muy gozosas.
Yo que soy jornalero de olivares
me apenaba arrancarlas de sus lares.
Mas sé que es un honor para la gente
aderezar lechuga y otras cosas.
Los alimentos ya no son vulgares.
El loco de la cultura
(Jotabém)
En la plaza de mi aldea
ya no hay nadie quien lo vea.
¡Vengan a ver a Luis Cuenca
en su revista flamenca!
más barata que una penca
y las chicas van sin trenca.
¡Vengan al teatro Apolo
y sin ningún protocolo!
El ambiente se caldea…
¡No me sea usted arenca!
Si viene, no estará solo.
Así voceaba el loco
sin sentir ningún sofoco.
No le pagaban ni un duro
de ello doy fe, se lo juro,
esto muy bien lo aseguro
era un hombre sin futuro.
Pero las Chicas Colsada
fueron de risa cascada.
El éxito no fue poco,
gracias al pobre de Arturo
que lo anunciaba por nada.
Esta es la historia de un hombre,
pocos sabían su nombre.
Se notaba que entendía
pues a todos convencía,
su voz nunca fue vacía
y todo lo agradecía.
Era de buena figura
pero con cierta finura.
Aunque puede les asombre,
hoy padecemos sequía.
Y el loco daba cultura.
El corral
(Jotabé con estrambote)
Cada gallo encerrado en su corral
orquestaba tal fuese un bacanal.
Los vecinos airados se quejaban,
y el alcalde atontado lo achicaban.
Se propuso un gran premio si acababan
con semejante entuerto, si triunfaban.
El consistorio en pleno caviló…
hacer una paella y funcionó.
Sonada fue la fiesta vecinal,
no quedó ni uno vivo, ni volaban
las plumas, pero el pueblo lo sintió.
¡Quiquiriquí murió!
El consistorio está pasando el duelo,
porque ve el desatino sin consuelo.
El buen humor
(Jotabém con estrambote)
Si despiertas de mañana
al toque de la campana…
Bien empieza la jornada
aunque venga camuflada,
con mil cosas enredada
y acabes harta y cansada,
Mas si pones mucho amor
siempre tendrás buen humor.
Gozarás de mente sana
y de todos deseada,
querrán pedirte un favor.
Ruiseñor…
¡cántanos una canción
que nos hable de pasión!
Con exigencias
(Jotabé con estrambote)
Nuestras vidas tal fuesen un desierto
caminaban con pena y desacierto.
La cuestión era llevar la contraria,
era nuestra manera tonta y diaria
de discutir de forma temeraria,
cosas sin importancia culinaria.
¡Que si estaba insípido aquel asado
el que te cociné el año pasado!
Quieras o no, tus quejas son de un muerto,
y por más que lo quiera, mi plegaria…
no me sirve de nada, estás frustrado.
Eres un muy malcriado.
Y si estamos casados por la Iglesia,
parece que tu caso es más de amnesia.
Con el tiempo
(Jotabé con estrambote)
¿Por qué será que poco nos decimos?
Tú llegas del trabajo sin dar mimos.
También estoy cansada y te doy besos,
quizás mis besos son algo traviesos
pues los llevo ardorosos y están presos,
viviendo reprimidos, inconfesos.
Me consta que ambos fuimos muy felices
y ahora me doy cuenta que maldices.
Te callas demasiado y nos fingimos,
que seguimos amando incluso ilesos
aquel primer amor sin cicatrices.
¡Y comieron perdices!
Colorín colorado, que este cuento
se ha terminado mal y sin tormento.
Calma
(Jotabém con estrambote)
Ante las tribulaciones
contengan las emociones.
Para no perder la esencia
que demuestra su decencia,
si le insultan con frecuencia…
tómelo como demencia.
Al fin y al cabo de locos
no crean que quedan pocos.
Calma, seamos dulzones,
y aunque les pido prudencia
den contundentes sofocos.
Pues sus mocos
pronto verán en candelas,
caer incluso a sus suelas.
¡Adiós Amiga!
(Jotabé con estrambote)
Difícil es vivir en este mundo
cuando está mi dolor dentro y profundo.
Al perder una amiga en un momento
la sorpresa te invade en un lamento,
no nos basta en decirnos ¡Ay lo siento!
Lo cierto es que quedamos sin ungüento.
Pero la vida sigue con su ausencia
aunque jamás se olvida su presencia.
Conservo tu silencio en un segundo,
y tus escritos son un alimento
que me alivia la espera, mi creencia.
La muerte no es sentencia,
ni tampoco un castigo merecido.
Pues sé que ambas en Dios, hemos vivido.
Viviré
(Jotabém)
Haré todo lo posible
para vivir apacible.
Aunque la muerte me ronde
y disfrazada se esconde,
sin conocer cuándo y dónde
sé, que nadie la responde.
Para muchos no es consuelo
y a los vivos, es un duelo.
Pero nos es muy plausible
vivir como corresponde,
sin miedo esperando el cielo.
Un puente
(Jotabém)
Pongan sal siempre en el nido
y que nunca sea olvido.
Sea pues un buen remedio,
que la sal esté por medio
sin ser por ello un asedio,
que desbarate el promedio.
Porque vivir sosamente,
es como quedarse ausente.
El amor que es bien vivido,
necesita el intermedio
entre sal y miel, un puente.
Un beso de improviso
(Jotabé)
¡Un beso de improviso cómo alegra!
y más cuando te llega de tu suegra.
Pues suele presentarse algún recelo
que es poco sustancial, pero no hay cielo,
así que es cosa vieja tener celo,
y mantener distancias sin un duelo.
Muy felices serán si lo practican,
y alivien esos roces que critican.
Si con amor dan vida y se la integra,
la convivencia se hace caramelo.
¡Den besos cada día, que no pican!
Todo lo habrán disfrutado
(Jotabém)
Al débil lo cubre el barro,
y al rico por despilfarro.
El que tiene, lo ha ganado
y el que no, no ha trabajado,
no es propio del fracasado
pensar que está consumado.
Siempre habrá las excepciones,
la vida nos da lecciones.
Si saben tirar del carro…
todo lo habrán disfrutado,
con mejores ilusiones.
Siempre en lucha
(Jotabém)
Cuando el amor se fatiga
cuerpo y alma nos castiga.
En la noche te vegetan,
las dudas que tanto inquietan
quieres huir, pero te aprietan;
ellas el alma te agrietan.
Repasas tu vida entera,
es ir en una patera.
El mismo mar te atosiga,
y hasta las olas te retan.
Al fin…se vence a la fiera.
Sediento
(Jotabém)
Bebo en copa tus candores
sediento de tus amores.
Son tus ojos dos luceros
que cautivan por sinceros,
y tus pestañas veleros
soplando la diosa Eros.
Tu silueta fue creada
por el Hacedor amada.
Y este amante con primores
ligero viene a tus fueros,
con el alma enamorada.
No vendrá a visitarte
(Jotabéa)
Sé que el tiempo perdido no vendrá a visitarte
al menos que le invites a que vuelva a hablarte.
Entonces una lucha voraz y silenciosa,
se instalará de pronto de forma cariñosa
en las puertas de tu alma siendo muy caprichosa,
con recuerdos de infancia de niña bondadosa.
Mirando los retratos… ¡Cuánto tiempo ha pasado!
se marchitó la niña, también el maquillado.
Porque viéndote vieja, nadie viene a curarte,
la soledad se cierne, punzante y dolorosa.
Mientras la vida pasa, de pie sin un candado.
No te pido que me quieras
(Jotabém)
No te pido que me quieras
cuando ni tú te toleras.
Si el amor se desvanece,
ni el recuerdo prevalece
y si la rabia acontece…
¡Calma! que sé que amanece.
Tienes plena libertad,
Te lo digo de verdad.
Yo, no te pongo barreras,
Aunque sigas con tus trece
Y llore mi otra mitad.
No nos olvida
(Jotabém)
Cuando la carne flaquea
No decimos: así sea.
Muy pronto a Dios nos quejamos
y con lloros le imploramos,
y si conviene le oramos
nos quite esos malos amos.
Pero es cosa bien sabida
que él nos ayuda y no olvida.
Nuestro querer es que vea,
que con su fuerza podemos
levantarnos en la vida.
No me acostumbro amor
(Jotabé)
No me acostumbro amor, no me acostumbro
al dolor de tu ausencia y mi quejumbro.
No, no es la soledad mi compañía,
es el miedo a tener melancolía
de tus besos sedientos que asumía,
tal fuese un elixir que me bebía.
Lúgubre está la estancia de memoria,
solo queda la mía cual la noria.
Y da vueltas y vueltas, mas vislumbro
que te veré en el cielo vida mía,
y juntos esta vez será en la gloria.
Lo inesperado
(Jotabém)
¿De paseo señorita
a caso tiene una cita?
Pues aún no caballero,
lo que es querer… bien lo quiero,
mi cita es con mi cochero,
aunque tiene usted salero.
¡Me sorprende su respuesta,
una dama tan compuesta!
¡Ay mi corazón se agita!
le pido sea el primero
en sostenerme la cesta.
Frío
(Jotabé)
Siento un tremendo frío que me poda,
llega sin avisar y me incomoda.
Viene como un puñal muy afilado,
me quita el poco aliento fatigado
tras buscar el amparo acurrucado,
entre las hojas secas exiliado.
Entumecido estoy sin esperanza,
fueron duras palabras de venganza.
De repente me dices, que no hay boda.
Y sin explicaciones, repudiado,
te esfumaste clavándome tu lanza.
En plenitud
(Jotabé)
Cual alma deleitosa te sonrío
pues dentro de mí vive un amorío.
Lo enardeció tu beso de improvisto,
ese que me llegó sin un rechisto
y aunque los que lo vieron fue mal visto,
paso de todos ellos, pues existo.
El amor no es cuestión de juventud,
también nos aparece en senectud.
Por eso no me achico ante el gentío
que me osa criticar y te conquisto,
siendo mujer madura en plenitud.
El sicario
(Jotabé)
Hay que ser arriesgado en esta vida
para alcanzar el triunfo en su medida.
Aquel que nunca lucha por temor
y en la seguridad busca el favor,
de cierto que no tiene ni el amor,
ni de propios ni extraños por rencor.
Vive en una burbuja, solitario
preso en su aburrimiento sin horario.
Su voluntad está más que tullida,
porque no quiso ser un soñador
y pensó ser él mismo su sicario.
El relevo
(Jotabém)
No existe mejor relevo
para hacer un mundo nuevo,
que criar mejor a los hijos
aunque sean con aflijos,
pero que no salgan pijos
que de estos los hay prolijos.
Que sepan comer lentejas,
y no nos den pie a las quejas.
Vean que a todo me atrevo…
no quiero niños canijos,
y sin un tirón de orejas.
El amor es ciego
(Jotabém)
Dicen que el amor es ciego
¡Desde luego no lo niego!
Hay cosas muy evidentes,
como ver dos invidentes
dándose besos ardientes,
así se ven de inocentes.
El amor no tiene agrados
solo son enamorados.
Es tener el alma en fuego
en la obscuridad carentes,
y sin ojos, ser amados.
Dolor de madre
(Jotabé)
Hay heridas que quiebran al más fuerte
Y a menudo nos traen mala suerte.
Cuando los dos gozamos descansados
al ver todos los hijos bien casados,
¡Zas! nos visita el luto apuñalados,
quitándonos dos hijos, los más fiados.
Me duele tanto el alma que sin llantos,
me quedo en el silencio de los santos.
Sé, que a todos nos llega dicha y muerte,
mas para la que es madre, son robados.
Y no hay Dios que consuele mis espantos.
Disfrutemos si podemos
(Jotabém)
Las huellas del entrecejo,
es lo propio de ser viejo.
Cuestan mucho de quitar,
ni se dejan maquillar
solo algo disimular,
es lo que toca pasar.
¡Disfrutemos si podemos
que otra vida no tendremos!
No miremos al espejo
que nos puede desalmar,
si las arrugas nos vemos.
Derechos y al revés
(Jotabé)
Hay heridas que quiebran al más fuerte
aunque mucho dependa de la suerte.
También de su carácter e instrucción,
le ayudan a enfrentarse con tesón
a las adversidades de un tirón,
sin ningún titubeo en su cuestión.
La vida nos enseña con sus palos
derechos y al revés, buenos y malos.
Pero solo una cosa, y es la muerte…
es lo que más le asusta, su aflicción.
No sabe ver que todo, son regalos.
Con los ojos vendados
(Jotabéa)
Mis letras se desgranan esperando respuesta
escribo mis poemas muchas veces traspuesta.
Mis dolores aciertan descubrir otros males,
aquellos que se ocultan en los miedos mentales
que van paralizando tantos buenos modales,
que desde antaño había como ejemplos usuales.
¡Siéntese señorita! Nos cedían asiento.
Y otras delicadezas… ¡Perdone, lo lamento!
¿Hemos cambiado tanto? La verdad es funesta.
Mucho queda de bueno, mas hay cosas fatales,
con los ojos vendados, digo mi descontento.
¡Adiós besos, adiós!
(Jotabé)
Con ansias te esperaba cada día
asomada al balcón, allí estaría.
Cómo olvidar la cita deseada,
si las horas de espera, no eran nada
comparando los besos que aferrada,
a tu cuerpo me asía enamorada.
Pero ya no me asomo, son recuerdos…
con el tiempo son menos y más lerdos.
El amor se escapó ¿Porqué de mí huía?
¡Adiós besos, adiós! mas fui besada.
En la soledad no hay más desacuerdos.
A la moda
(Jotabé)
¿Es posible alcanzar la eternidad?
Eso intenta la ciencia sin piedad.
Alcanzar la vejez con plenitud
dejando al natural la senectud,
hoy día no es la moda, ni es virtud.
Nadie quiere perder la juventud.
Consumimos productos de belleza,
disimulando arrugas con destreza.
La cirugía impera, es prioridad,
la silicona tiene pulcritud.
Mas pensemos un poco... ¡Qué tibieza!
A escondidas
(Jotabé)
Amor bello y hermoso renacido,
que jamás se ha soñado parecido.
Cuando miro tu cara reluciente,
mi mirada se torna tan ardiente,
que solo mi avidez es de impaciente,
suspira más de un beso, muy decente.
¡Mas no te ruborices, mi chiquilla!
No se apague la luz que tanto brilla.
Que no entre el desaliento retorcido,
pues mi amor es sencillo y penitente.
¡Nos vigila tu madre y con cuadrilla!
Los mejores
(Jotabém)
El tonto del pueblo ríe,
y una niña se sonríe.
Es la sencillez humana
aquello que nos hermana,
libre de locura vana,
que nunca al amor profana.
Si el pobre va por la calle,
puede encontrar un detalle.
Solo que un niño confíe,
la conciencia se hace sana
en este amargado valle.
Mis huesos
(Jotabé)
El día finaliza cuando llega,
el culmen del cansancio y no se niega.
Los huesos doloridos enmudecen,
los quejidos por fin, empequeñecen
cuando caen los párpados y recen,
descansar una noche. La merecen.
Veo que poco a poco se acostumbran
dormitar los dolores que quejumbran.
Todo es poner empeño, si se ruega,
que Dios nos fortalezca cuando crecen,
uno a uno los males que apenumbran.
Me sorprende
(Jotabé)
Se nos llena la boca de bondad
cuando en nuestro interior nada es verdad.
Las obras son amores sin razón,
cuando se abre de lleno el corazón
y se hacen muy calladas sin mención,
primero los cercanos, un montón.
Pues la misericordia no se entiende
cuando se siente gusto, es que se vende.
¡Qué fría concebimos la piedad!
Si buscamos contento sin visión,
dejando a los amigos…me sorprende.
La conquista
(Jotabé)
Tu sonrisa borró toda mi pena
haciéndome nadar tal cual sirena.
Y volviendo a sentir las fantasías
escuchando tu voz en poesías,
mientras en el jardín tú te crecías
dándome carantoñas, me prendías.
Fueron sedosos hilos de tu miel,
los que me erizaron toda mi piel.
Entonces yo te abrí sin la cadena
que trababa mi puerta, pues sabías
de sobras, que jamás di mi vergel.
¡Luchen!
(Jotabé con estrambote)
Cuando escucho las quejas de la gente
mi corazón se achica balbuciente.
No sé cómo decirles… ¡Luchen, luchen!
Para que mis palabras siempre escuchen,
y se vuelvan valientes y no embuchen
por la garganta, y más agrios se achuchen.
Si tenemos problemas inquietantes
démonos por favor unos instantes.
Para matar de un golpe la serpiente,
y con esta manera desembuchen
todo aquello que amarga y cuanto antes.
Pues si estamos radiantes…
no seremos cansinos con amigos,
porque mucho nos quieren, sin castigos.
Las apariencias
(Jotabéa)
¿Por qué nos presentamos en puras apariencias?
Si se nos ve el plumero con nuestras apetencias.
Queremos que nos vean inteligentes, buenos,
pero en fondo vamos con selectos venenos
y poco nos importan los dolores ajenos,
cuando llevamos dentro nuestra vida sin frenos.
La historia lo constata, Caín y Abel se
enfrentan,
haciendo que los hombres con tretas se
resientan.
El mal quiere vencer, es doctorado en ciencias
el bien poco se ve, parece que son menos,
pero sé que en el trono de Dios, todos se
sientan.
(Poema ganador del Noveno Accésit del,
VI Certamen Poético Internacional, Rima Jotabé)
La indiferencia
(Jotabeí)
I
Ante la indiferencia que molesta
tenemos un remedio que algo cuesta.
Y es darle un buen saludo generoso,
como si no nos fuese pesaroso
desearle un buen día venturoso.
Al final ya no será ni penoso.
La vida nos enseña a dispensar
muchos comportamientos y mediar
para que la arrogancia que protesta,
pueda quedarse muda sin acoso.
Y de esta forma puedes hoy triunfar.
II
Pero si nos ponemos a su altura
seremos unos fachas sin cordura.
Caminando la misma acera vemos
inminente el encuentro y no cedemos,
ni un palmo para ver como usaremos
la forma natural para que actuemos.
Nada fácil resulta, es la verdad,
más sí, con un poquito de humildad.
Frente a frente lo tengo con postura,
le extiendo mi mano, pues nos queremos
Y aprovecho el desmán de su bondad.
III
Un apretón de manos tan sincero
salió del corazón, libre y ligero.
Tras una discusión nos separó,
y desde aquel instante se acabó
siendo como hermanos… nada quedó,
solo fuimos extraños ¿Qué cambió?
La indolencia crecía sin motivos
siendo unos enemigos, hiel de esquivos.
Cuando te di mi mano, me di entero.
El desencuentro de años se borró
pues dejamos de ser los dos altivos.
IV
Si son enemistados conocidos,
es estar alejados sin sentidos.
Pero si estos se miran los ombligos,
jamás serán de amor buenos testigos
pues estos si es que pueden, comen higos,
sacando un buen partido de tus trigos.
Que delante de panes con mendrugos
piensan… ¡qué se los coman los verdugos!
Por ello la amistad es de nacidos,
que todo lo perdonan, sin castigos
aunque bien sea dicho, son tarugos.
V
No seré tal fue mi abuela cansina,
que negaba el saludo a su vecina.
Nunca pude entender, siendo de Misa,
y ayudando a los pobres sin camisa.
Son cosas que de niña di premisa
y fui en ello muy consciente y concisa.
No fue un buen ejemplo, pero pensé…
que ante Dios y mi abuela, lo negué .
Fue siempre el evangelio medicina
No importa ir a Misa con tanta prisa.
Es cosa de fe y nada más, lo sé.
VI
Por eso aprendí tanto siendo niña
llevando la contraria con la riña.
Nunca vi lo blanco negro, hay matices;
Yendo tras la bondad y directrices,
todos podemos ser muy, muy felices
si con todo el amor mucho bendices.
Así hemos madurado con pasión
a lo que es verdadero en posesión.
Ceñimos la amistad tal fuese piña
y si esta nos fallara, están raíces
que nos apoyan siempre ver unión.
VII
Más si ves que te ignoran, tú serénate,
Y al momento si puedes ve y trasvénate.
Porque no encontraras otro incentivo
pues al ponerte en pie es muy positivo
dejando la actitud solo al derivo
para mostrar con gozo ser plausivo.
También la ciencia ayuda en esta vida
porque mejor se va suelto sin brida.
Así será la guía, solo entrénate
y encontrarás la paz, en un archivo
donde escrito verás que estás medida.
VIII
Cierto que hay muchos sabios en el mundo
pero si no hay templanza me confundo.
Porque escuchar a sabios es sencillo
mas llevarlo a la práctica es de pillo
si no encaja en el dedo tal anillo
ni en tu cuerpo el vestido menudillo.
Se aprende con los palos siempre a diario
Y con ellos hacer nuestro santuario.
Sin perder la alegría ni un segundo,
pintemos en color, verde amarillo,
esperando alcanzar el relicario.
IX
Si un amigo se pierde por minucias,
hay que intentar que vuelva sin astucias.
No existe mejor forma que ser francos,
decirle que lo sientes sin ser mancos.
Unas buenas palabras sin atrancos
Y sepultar el mal en los barrancos.
Nuestros ojos con luz, otros serán,
de esta forma los dos lo borrarán.
Y como corresponde, cosas sucias
no tendrán más cabida en nuestros bancos
aquellos de la Rambla, fiel diván.
X
Hay amigos que dicen ser hermanos,
pero a la hora de ser, nos son profanos.
Podemos hacer dos cosas, sin duda:
Si es que este personaje nos defrauda
lo ideal es dejarlo como viuda,
que en la soledad piense en qué se escuda.
Tremenda decepción que nos ahoga
Tal cual nos colocaran una soga
Y la segunda opción, abrir las manos,
confesar sus maldades, después muda.
Pero eso sí, dejarla sin la droga.
XI
Porque ciertas personas necesitan
de nuestra comprensión, pues lo suscitan.
Y les doy un consejo; fin a un punto.
Atiendan su problema, no es su asunto,
pero si no hacen caso, les pregunto…
¿Para qué meterse con su presunto?
Nos hacen perder tiempo con su antojo
Y nos cansan a todos cual manojo.
Así que les exhorto, si nos gritan
ayuda, vayan sin demora, y adjunto:
A explicarle al psicólogo, que es flojo.
(Poema ganador del Segundo Accésit del,
V Certamen Poético Internacional, Rima Jotabé)
Con coraje
(Jotabém)
Con valentía y coraje
prosigo con este viaje.
Me enfrento con más arrojo,
y quito fuera el congojo
de mi cuerpo más bien flojo,
y lo que venga… lo acojo.
No tengo otra alternativa,
mi tozudez me motiva.
La vida cobra un peaje,
por lo tanto no me enojo
ni estoy en la defensiva.
(Poema ganador del Octavo Accésit del,
IV Certamen Poético Internacional, Rima Jotabé)
Lo que quieras
(Jotabé)
Doy por un solo beso, lo que quieras,
te doy más y mejor, si consintieras.
Te digo que te quiero sin cesar,
y estiras tu esqueleto para airar,
todo tu cuerpo hermoso y bien ganar,
de mi boca un piropo singular.
¡Amor que me traicionas por un rico!
El más viejo del pueblo, un cacarico.
¡Qué penita me da que me mintieras!
Pero piensa mi niña, que es vulgar,
Casarse sin amor, por un tantico.
(Poema ganador del Décimosegundo Accésit del,
III Certamen Poético, Rima Jotabé)
Estaré contigo
(Jotabéa)
Han pasado los años y te sigo pensando,
tu mirada risueña me sigue traspasando.
Y cuando fuiste madre tu gozo fue divino,
envolviste al pequeño con el mantel de lino
el que te regaló mi madre cuando vino,
mas hoy lloro el amargo desfile del destino.
¡Qué dolor y qué pena! Te llevaron al cielo.
Pero sabes querida, soy feliz siendo abuelo.
Hoy miro tu retrato, lo beso y te lo mando,
de cierto que te llega, curtido vellocino.
Pronto estaré contigo, mi dulce caramelo.
(Poema ganador del Octavo Accésit del,
III Certamen Poético, Rima Jotabé)
¿Por qué ahora?
(Jotabé)
Divago cada noche tu mudanza
dejaste en la mesita nuestra alianza.
¿Por qué nos separamos siendo ancianos,
tras tantos años juntas nuestras manos
pasando mil apuros cotidianos,
creciendo nuestros hijos tan cristianos?
Querido, no te entiendo… ¿Por qué ahora?
Esta petición es muy tentadora.
No quiero ver en ello tu venganza,
sé muy bien que seremos dos gusanos
cuando llegue la muerte seductora.
La duda
(Jotabé)
La duda es un gusano que nos mata,
de tal forma y manera que nos ata.
Su arrogancia golpea en el ambiente
y sabemos de cierto que es la mente,
la víbora que muerde en el presente,
un ayer tan herido por la gente.
Nos encanta dañarnos, siendo ciegos,
el pensamiento tarda en ver sus juegos.
¡Qué miedo da de entrar en esta cata!
El demonio, sin miedo bien nos miente,
para hacernos sus presas. Ser sus legos. |