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Directorio de poetas que escriben en Rima Jotabé



Rima Jotabé



Directorio de poetas que escriben en Rima Jotabé en lenguas diferentes al Español

Directorio de Poetas que escriben en rima Jotabé en español
 
 
ARMANDO CONTRERAS CHALINCHONG
 
Poemas
 
Armando Contreras

Armando
Contreras Chalinchong

«Mandy»

La Habana (Cuba)

Versos tristes II

(Jotabe dodecasilabo)


La noche es corta para soñar contigo,
aunque intento abrazarte no lo consigo.

Dejo que la luna me envuelva en su manto,
los gorriones me despiertan con su canto;
pero las lágrimas otra vez no aguanto,
recuerdo, esos labios que deseo tanto.

Hay tanta tristeza en este sueño mío,
te sigo esperando en tu lado vacío.

Y en el tropel de los días te persigo.
Otra vez me dejo llevar por tu encanto,
aunque mis versos, mueran de tanto frío.



No quiero tu olvido


(2 Jotabems)


Si vas a amarme en enero,
también te quiero en febrero.

Quémame con sol radiante,
quiero ese beso embriagante,
que me deje delirante
cada día, cada instante.

Intenso quiero el latido,
en mi corazón dormido.

Quiero ese amor verdadero,
que no importa esté distante,
porque eres correspondido.


Quiero un aguacero entero,
de esos besos que ya espero.

Quiero ese adagio de amante,
con rima suave y constante,
en una danza ondulante,
bajo una luna brillante.

Quiero sentirme perdido,
quiero tu beso encendido.

Donde la tarde te espero
con el corazón vibrante,
porque no quiero tu olvido.



Desvaríos


(Jotabemo Espejo)


Por aquellos parques antes amados,
sonámbulos marchan mis pies cansados.

Son mis ojos cuencas de un seco río,
mi cuerpo yace, en el sepulcro frío
de un cuarto como un páramo sombrío,
donde la piel se viste de resfrío.

Con un piano sollozando tristezas,
sigo añorando tus labios cerezas.

Las noches sin esos besos amados,
con las rosas mojadas de rocío,
ya no tienen ardores, ni bellezas.


No sé de dónde saco fortalezas.
Yo grito, lo que calla el pecho mío,
grito, los «te amo» que llevo guardados.

Y son tantas, son tantas mis flaquezas,
ahogadas en vinos y en cervezas.

Aquel amor que ardió con tanto brío,
fue pronto muriendo de tanto hastío,
la cama se vistió de escalofrío,
me despertó con su abrazo vacío.

Son tus labios recuerdos olvidados,
desvaríos de sueños desvelados.



Congojas del alma


(Jotabé dodecasílabo)


Soy congoja, en las letras de una canción,
soy lágrimas de un quebrado corazón.

Solo me queda esta triste soledad,
donde siempre se pierde mi sobriedad,
quemándome lentamente sin piedad,
hasta dejar en mi alma su sequedad.

Soy la tarde, que comienza a perecer,
llevando el recuerdo de aquella mujer.

Comienzo a comprender que ella es la razón,
dulce amargura que deja esta ansiedad,
de amarle hasta que llegue el amanecer.



Flores tristes


(Jotabé hexadecasílabo)


Los días no son como entonces cuando tú me querías,
tristes sombras van oscureciendo mis noches y días.

Ya no me besan tus labios, ya no te besan los míos,
corren tristes mis lágrimas, como desbordados ríos,
no encuentro tus abrazos, solo encuentro brazos vacíos,
extraviados entre sabanas mudas y escalofríos.

Qué tarde, qué tarde me doy cuenta de que ya no existes,
que solo en mi sueño desvelado, otra vez te desvistes.

Qué tarde me doy cuenta, que extraño tus geografías,
que irremediablemente mis labios ya se han puesto fríos
y que las flores que están en el jarrón se han puesto
[ tristes.



Amor tardío

(Jotabem)

Tú llegaste a mí cuando me voy,
eres luz de abril yo tarde gris.
Charles Chaplin



Amor que llegas tardío,
llegas tarde al labio mío.

Eres suave luz de abril,
soy yo, apagado candil.
¡Ven, con tu roce sutil!
Ven y déjame febril.

Amor que tanto he buscado
¿por qué llegas demorado?

Sol en mi silencio frío
que me despiertas viril,
no me dejes apagado.



Poesía

(Jotabé hexadecasílabo de pie quebrado)


Y debajo del follaje infinito de las estrellas,
fue dejando sus huellas.

Con brisas de palabras, fue despertando la pasión,
fue conquistando el alma, llenó los labios de emoción
con esos versos, que dejan atrapada la ilusión,
latiendo el corazón.

Comencé a esperarle, mientras el rocío amanecía
y la flor florecía.

Comencé a seguirle, me enamoraron sus frases bellas,
desde entonces los días dejaron de tener razón;
si falta poesía.



Tengo celos de la brisa


(Jotabé hexadecasílabo)


Y descubrí poco a poco que me gusta tu sonrisa,
que tengo celos locos, cuando te despeina la brisa.

Brisa risueña, loco alboroto que baila contigo,
mientras que yo como un loco, hasta en mis sueños te
[ persigo,
esperando en la almohada encontrar el cálido abrigo,
que todavía en tus delicados brazos no consigo.

Consigo que broten esos suspiros donde deliro,
cuando la tarde azulada, desde tus pupilas miro.

Miro con celos, como la brisa te envuelve sin prisa,
se escurre debajo de tu blusa y acaricia tu ombligo,
y en silencio, sin darte cuenta, se roba tu suspiro.



Quiero beber tu desnudez


(Jotabe hexadecasílabo)


No me importan las perfecciones y bellas simetrías,
tampoco que el otoño dibuje tu cuerpo de estrías.

Quiero delirar a mares y beber tu desnudez,
deshojar con mis dedos esa tímida madurez,
debajo de la luna y el ardiente sol, una y otra vez,
hasta que dulcemente, me pierda en tu húmeda estrechez.

Déjame con desvelo cabalgar tu cálido vientre,
sin importar que por la ventana la suave brisa entre.

Déjate llevar, acompáñame en esas horas frías,
cuando quiero que sudorosa resbales de embriaguez,
hasta que la mañana con su fragancia nos encuentre.



Vicio


(2 Jotabés)


No sé cuándo este alocado bullicio
que el pecho trae, se convirtió en vicio.

Vicio, del que no quiero ser esquivo,
corriendo como el viento fugitivo,
que entre nubes se desliza furtivo.
Quiero amanecer y sentir que vivo.

Vivo esperándote con esos besos,
que en mis labios se quedaron impresos.

Impresos de vicio, que nubla el juicio,
que va dejando el corazón cautivo,
con los suspiros en el pecho presos.


Presos en la mirada tus colores,
vicio sublime, que llena de olores.

Olores, de esos instantes desnudos,
donde los labios se quedaron mudos,
cuando te abracé, con mis brazos rudos,
hasta quedar atados como nudos.

Nudos de labios, carmín encendido,
que llenan de vicio y dejan vencido.

Vencido, me deja tu olor a flores
y esas caricias de dedos menudos,
que de placer me han dejado rendido.


(Jotabé ganador del Segundo Premio del I Concurso Internacional de Rima Jotabé «Jotabenado en México»)



Mis ojos tienen la culpa


(Jotabé hexadecasílabo)


Mis ojos la culpa tienen, enmudecen cuando pasas,
imaginan que voy muriendo tiernamente en tus brasas.

Cuantas horas deliciosas yo pasaría en tu ombligo,
si mis ojos desabotonaran la luna contigo,
contaríamos estrellas, mientras a tu oído digo,
esos locos versos de amor, que te harán soñar conmigo.

Luz mañanera, mi alma llenas de poemas y prosa,
de suspiros agitados, mi corazón se rebosa.

Mis ojos tienen la culpa, imaginan que me traspasas
con esos labios, con esos labios que nunca consigo,
eres la amorosa demencia, que en mi pecho reposa.



Versos tristes


(Jotabe dodecasilabo)


La noche es corta para soñar contigo,
allí, brotan los versos que no te digo.

Me envuelvo en el blanco velo de tu encanto,
los gorriones me despiertan con su canto;
pero otra vez a mis ojos vuelve el llanto,
recuerdo, esos labios que yo extraño tanto.

Hay tanta tristeza en este sueño mío,
quizás tu ausencia es la que trae mi hastío.

Y aunque solo en sueños tus labios persigo,
te escribo versos, para que sepas cuanto
necesita tu abrazo este cuerpo frío.



Los besos que me diste


(Jotabe tetradecasilabo)


No sé si aquella noche, fue de amor y locura,
quizás solo fue un sueño, quizás una aventura.

La ciudad nos esperó, la noche sonreía
ya llegaba el otoño, la piel aún ardía,
yo besaba tus labios; el sol nos sorprendía
y el corazón rendido, saltaba de alegría.

Mujer de besos hondos. ¿Dime por qué te fuiste?
En mi boca alegre, me dejaste un beso triste.

Le pregunto a la noche, con húmeda premura
manos hambrientas lloran, recuerdan todavía,
todavía recuerdan, los besos que me diste.



Feliz cumpleaños


(Jotabe)

a Lázaro Díaz Almeida (Puppy), en su cumpleaños


¡Un feliz cumple, estimado paisano!
Choquemos copas, alcemos la mano.

Que el Guateque dure la madrugada,
hasta que nos sorprenda la alborada,
con versos de esa pluma enamorada,
que en tus manos hayó feliz morada.

Hoy el monte se ha vestido con sus flores
y el cielo trae nubes de colores.

¡Feliz cumpleaños querido hermano!
Hoy el río te compuso una balada
y el campo te regala sus verdores.



Buenos días, mariposa


(Jotabe hexadecasilabo)


Buenos días, mariposa que en mi pupila te posas
y deja en la suave brisa, tus caricias sigilosas.

Suspira el pecho cuando pasas, con suave melodía
me dejo llevar, por el embrujo de la fantasía,
siento vas apagando el insomnio y la melancolía,
que dejaron tanto tiempo al corazón sin alegría.

Y soy ya, soy ya sin que sepas, tu amante clandestino,
ese que te escribe versos, en un largo pergamino.

Hasta el sol salta risueño, quiere decir tantas cosas,
tantas cosas quiere decir; que ya no le alcanza el día
y se marcha detrás de ti, como un loco peregrino.



Como aquella tarde


(2 Jotabés tetradecasilabos)

Y es tan triste, tan triste,
la lluvia en mi ventana.

José Ángel Buesa


Llueve y vuelvo a recordar, aquella tarde breve,
como aquella tarde breve, nuevamente llueve.

Y es tan triste, tan triste, la lluvia en mi ventana,
como aquellas lágrimas que nublan mi mañana,
cada vez que recuerdo, los ojos de gitana
de esa mujer ausente, de esa mujer lejana.

Esta tarde llueve, la piel está tan mojada,
tan mojada, como aquella tarde enamorada.

Las nubes van pasando con una brisa leve,
salpicando de recuerdos mi cabeza cana,
otra vez siento, que me desnuda su mirada.


Como aquella tarde, llueve en loco frenesí,
llueve el recuerdo, de aquellos labios carmesí.

Y es tan triste, tan triste, cuando se nubla el cielo,
la tarde va vistiendo de oscuro terciopelo,
la inclemente lluvia trae el olor de su pelo;
otra vez su cuerpo desnudo, me lleva al cielo.

Esa tarde, vibramos de amor, enloquecía,
fue tanto embrujo, tanto delirio. ¡Qué armonía!

¡No sé, no sé, si podre amar otra vez así,
como aquella tarde, de suspiros y revuelo,
cuando en la lluvia, nos arrancamos poesía!



Amarte


(2 Jotabés tetradecasílabos)


El solsticio de verano llega a mi ventana,
trae el viento en sus alas, tu fragancia lejana.

Voy despertando con el deseo repentino,
de desabrochar tu vestido de verde lino,
para bañar tu cuerpo desnudo en blanco vino,
mientras sediento bebo de tu rocío fino.

¡Oh! Mujer divina, en tu cintura hallo el convite,
a esconderme en lo oscuro de tu húmedo escondite.

¿Por qué no dejar que nos encuentre la mañana?
Haré de tus labios ese mágico destino,
que llenaré de besos para que no marchite.


Eres tibio amanecer que llega con la aurora,
que a degustar invita esa boca que enamora.

Deja que mi mano experta con suaves caricias,
te vaya llenando la piel con locas delicias,
aprisiona entonces mis labios con tus malicias,
dibujando con carmín los besos que propicias.

Amarte, que no sea algo que se lleva el viento
que repleta un poema de versos con lamento.

¡Abrázame! Siente que mi corazón te añora.
Deja que mi piel sienta otra vez que me acaricias.
¡En ese efímero; pero mágico momento!



Al fin, amor


(Jotabé)


La tarde azul le desnuda sin prisa,
su olor maduro se queda en la brisa.

Es tan bella Señor, porque no amarle.
¿Por qué me demoré tanto en hallarle?
mis ojos ya no dejan de mirarle,
son tantos los besos que quiero darle.

El corazón tuvo esta vez buen tino,
me ha regalado este amor tan divino.

Ella, atrapa mis labios con su risa,
yo su corazón ya quiero robarle.
¡Al fin, mi amor encontró su destino!



Bajo la luna


(2 Jotabés)


Deja por la ventana entrar el viento,
para que esparza lo que por ti siento.

Tu mirada desnuda cuando miras,
siento tus dedos... en mi piel respiras,
son tantos los versos de amor que inspiras,
música eres cuando suave suspiras.

Los sabores de tu piel no me dejan,
aunque mis brazos de ausencias se quejan.

De que sirve quedarme sin aliento,
cantándote tonadas y guajiras,
si tus besos y caricias se alejan.


Los dedos se estrujan de tanto hastío,
y las manos juegan con el vacío.

Aún, siento como se precipita
el corazón al tenerte cerquita,
vuelvo, otra vez a la primera cita,
cuando en mi alma te me quedaste escrita.

¡No perdamos entonces otro instante!
Por favor, no te quiero tan distante.

No me dejes con este cuerpo frío
y esta boca triste que se marchita.
¡Bajo la Luna vuelve a ser mi amante!



Desencuentro


(Jotabé)


La tarde nos encontró nuevamente
y nos quedamos fríos frente a frente.

Tú como primavera renovada,
que de intensa luz llena la alborada;
yo, como esa sombra desconsolada,
que poco a poco ya no será nada.

Tu voz en frío abrazo se convierte,
mi corazón se va quedando inerte.

Indiferente teniéndome enfrente,
vas disolviéndome con tu mirada.
¡Y yo… te sigo amando hasta la muerte!


(Licencia poética en el primer verso)



Valencia, tus calles quiero andar


(2 Jotabés octonarios con rima leonina)


Quizás yo me quedaría, si visitarte pudiera,
tus calles caminaría, si mi andar te descubriera.

Si me voy a L'Albufera, no demoro en abrazarte,
será la tarde primera, donde ya quiera besarte.
Aunque el Turia y su ribera, no me dejen olvidarte,
Barrio del Carmen me espera, con un cóctel para amarte.

Catedrales no te faltan para encontrar el sosiego,
arquitecturas que asaltan, las pupilas del más ciego.

Con Tapas y bollería sin dudarlo tan siquiera,
cuando la tarde se fuera, me gustaría esperarte.
Tantas bellezas resaltan, que a olvidarte yo me niego.


Avanzó ante tanto asombro, no me cabes en un verso,
plazas y calles que nombro, que al aire quedan disperso.

En Ruzafa me fui al cielo, donde esas terrazas bellas,
Malvarrosa fue desvelo, debajo de las estrellas,
y allá en la playa me cuelo, para probar sus paellas
mientras Pilar con revuelo, fue grabandome sus huellas.

Ciudad de horas infinitas, que invitan a regresar,
por esas calles chiquitas, donde te quiero besar.

Siento tu brisa en el hombro, mientras contigo converso,
en ese mágico vuelo, de las crónicas aquellas
que escribieron las visitas, que te empezaron a amar.


Ganador del premio «Fulla del Taronger» del II concurso Internacional de poesía «Canto a Valencia»



Desencuentro


(Jotabé)


La tarde nos encontró nuevamente
y nos quedamos fríos frente a frente.

Tú como primavera renovada,
que de intensa luz llena la alborada;
yo, como esa sombra desconsolada,
que poco a poco ya no será nada.

Tu voz en frío abrazo se convierte,
mi corazón se va quedando inerte.

Indiferente teniéndome enfrente,
vas disolviéndome con tu mirada.
¡Y yo… te sigo amando hasta la muerte!



Tus besos


(Jotabé)


Son tus labios, hechos para mis besos,
los que en sueños siempre me dejan presos.

Palpitando tu recuerdo en mi boca,
sintiendo como tu labio me toca,
despertando esta hambre que me sofoca,
poblándome la noche de ansia loca.

Quiero, de tus labios ser ganador,
aunque tú pienses, que soy pecador.

Mis labios ya son culpables confesos,
de este deseo febril que me aloca,
pensando en tu beso cautivador.



Beso a beso


(Jotabé hexadecasilabo)


Con labios que son delicias, senos que son como cimas;
sutilmente, me acaricias para despertar mis rimas.

Tus pupilas misteriosas, siempre me dejan inerme,
con las manos temblorosas, sin saber donde ponerme.
Tanto, tanto huele a rosas, que siempre quiero perderme,
por esas costas sinuosas que al final suelen vencerme.

Me atrapas con tu derroche de tanto amor en exceso,
que cuando llega la noche, quedo en tu capullo preso.

Y me robo las caricias de esas horas que te arrimas,
con las olas impetuosas que el amor quieren hacerme,
porque con la medianoche... quiero amarte beso a beso.



Canción de Otoño


(2 Jotabés)


Hebras de plata pintan tu cabello,
salpicando tus hombros y tu cuello.

Tristes las hojas se van con la brisa,
corren las horas ahora con prisa
y el espejo con parsimonia avisa,
que el tiempo irá arrugando tu sonrisa.

¿Qué importancia el tiempo puede tener?
Si a tu lado espero el amanecer

Quizás el sol va perdiendo destello;
pero te espero aún con esa risa,
con que enamoras el atardecer.


Se va apagando el alegre verano,
el otoño está llegando temprano.

Una vieja canción, el viento entona,
la tarde se va poniendo tristona;
pero amarnos todavía emociona,
hasta la Luna nuestro amor pregona.

Los senos que al sol solían bailar,
hoy se esconden, no se dejan mirar.

Sin embargo, trotando va mi mano,
tu blusa sin prisa desabotona,
con caricias roba tu suspirar.



Acompáñame


(Jotabemo)


Acompáñame en mis noches oscuras,
a llenar con estrellas mis locuras.

¡Ven, quiero sucumbir a tus encantos!
En la tibia cobija de tus mantos,
cuando en mi oído dejes esos cantos,
que me hacen olvidar tantos quebrantos.

¡Ven, no quiero seas una utopía!
Que llene mis noches con poesía.

Déjame cabalgar por tus llanuras,
por esos oscuros senderos santos,
donde quiero que nos sorprenda el día.


Tú me haces tanto bien con tus ternuras,
que me llevas volando a las alturas.

Solo mi alma maltrecha sabe cuántos,
fueron los llantos y los desencantos.
¡Oh, cuántos desengaños, fueron tantos!
Que llenaron noche y día de espantos.

¡Ven, llena mis rincones de alegría!
Que se vaya tanta melancolía.

Dejemos que se rompan las costuras,
quiero suspiros, no quiero más llantos,
que mi vida dejen en agonía.


(Jotabé ganador del Sexto Accésit del XII Certamen Poético Internacional Rima Jotabé)



La tarde


(Jotabé)


Una tarde me atreví y fui a mirar,
aquellos bellos ojos frente al mar.

Fui entonces un beso desenfrenado,
juntos los dos, abrazo demorado.
Le amé como jamás había amado,
mi pecho latió… latió acompasado.

Ahora lloro, lloro sin querer,
sé que se marchó, para no volver.

Cada tarde, la vuelvo a recordar,
porque en el corazón llevo guardado,
aquellos ojos que no he vuelto a ver.



En mis pupilas


(2 Jotabé)


Amo mis años con sabor añejo,
no importa si me estoy poniendo viejo.

Amo mis fantasías, el anhelo
de besarte en las noches de desvelo,
cuando tus mariposas van al cielo,
en tu tibio vientre de terciopelo.

Vuelve a enamorarme con tus miradas
y dejemos las noches agitadas.

No espero milagros en el espejo,
ni tintes que perduren en mi pelo;
pero sí espero tus costas amadas.


Espantemos juntos la soledad,
no me dejes con esta sequedad.

Quiero que dejes los labios henchidos,
ahogados en gritos repetidos,
después de esos excesos consentidos
que nos dejan tan fuertes los latidos.

En mis noches y mis lunas desfilas,
como un poema con olor a lilas.

Eres un mar azul sin tempestad,
que ha enamorado todos mis sentidos
y viaja ahora siempre en mis pupilas.



Fugaz amor


(Jotabé)


Porque sus labios nunca más sentí,
me doy cuenta de que ya le perdí.

Fue su amor como una estrella fugaz,
que me dejó ese deseo voraz,
de otra caricia que fuera capaz,
de alborotar en mi pecho la paz.

No sé si otros labios podré querer,
como los de aquella bella mujer.

Tantos placeres con ella viví,
que no sé, si otra vez seré capaz,
de esperar con otra el amanecer.



Llegó la Navidad


(Jotabé)


Con la brisa llegó la Navidad,
trayendo un soplo de felicidad.

Celebremos henchidos de contento,
de Jesús, su divino nacimiento,
inundemos de paz el sentimiento,
abracémonos todos un momento.

Juntos podemos hacer tantas cosas,
que harán volar hasta las mariposas.

No es difícil vivir en equidad,
el corazón se sentirá contento
y alegres, se abrirán hasta las rosas.



Quémame


(Jotabém)


Se me apaga el corazón.
¿Acaso eres la razón?

Como el agua escurridiza
huyes, mi piel agoniza,
sin esa boca cobriza
que mi cuerpo paraliza.

No dejes mi vida oscura,
entre delirio y locura.

Quémame con la pasión
de aquélla tarde rojiza,
cuando perdí la cordura.



Descubrí que te amaba


(Jotabé)


Y descubrí que en las noches soñaba
que con cálidos abrazos te amaba.

Por eso quiero amarte, te persigo
con la esperanza de vivir contigo,
sentir que tus dulces labios consigo.
Es mi sueño que despiertes conmigo.

Yo sé que tus besos se quedarán
y que tus abrazos me amarrarán.

Aún sin conocerte, te esperaba
y pongo a la Luna como testigo.
¡Tus lindos ojos no se borrarán!



Nostalgias


(Jotabé)


Hoy descubro en mis labios tanta ausencia,
no sé cómo escapar de tu presencia.

Las nostalgias ahora se desbocan
y sueño que tus labios me convocan
a esos besos que sabes me sofocan,
porque dejan deseos que me alocan.

Y trato de olvidarte sin olvido;
pero aún llevo adentro tu latido.

De ti tengo antojos, esta demencia
de encontrar esos ojos que provocan,
que mi vida tenga otra vez sentido.



Dicha


(Jotabé)


Qué dicha, perderme en su mediodía,
ganar su húmeda tierra en la porfía.

Como lluvia el sudor corrió en la frente,
mientras la piel se me quedaba ardiente
y aquella flor ahora floreciente,
se quedó como un dibujo en mi mente.

Ella en los labios me dejo su miel,
yo le entregué mis versos en papel.

Porque quiero que otra vez sea mía,
debajo de aquella Luna inocente,
que me vio desnudo sobre su piel.



Loco antojo


(Jotabé)


Esta noche tuve este loco antojo,
de irte quitando aquel vestido rojo.

Y aunque corrí hasta perder el aliento
cuando mis deseos sentí en aumento,
ahora son lamentos lo que siento,
porque dejé te fueras con el viento.

¡Pero si nos volvemos a juntar,
tantas cosas vamos a disfrutar!

Mis besos te llenarán de sonrojo,
inolvidable será ese momento
en que los dos nos podamos amar.



Acordes


(Jotabé)


Fuiste la de los besos demorados,
que mis latidos puso apresurados.

Con esa sonrisa en tus labios rosas,
me fuiste despertando hermosas prosas
y por tu talle, fueron presurosas
mis manos, buscando tus mariposas.

Descubrí cuando tu mano me agarra,
que es tu música la que nos amarra.

¡Cuantos acordes fueron olvidados,
de aquellas melodías amorosas!,
porque nadie, tocaba tu guitarra.



Después de aquella mañana


(Jotabé tetradecasilabo)


Después de aquella mañana del primer encuentro,
los latidos son fuertes, le siento tanto adentro.

En mis noches, en mis días, sentí que reinaba,
quizás fuera embrujo, lo que en mis labios dejaba,
aquella boca que hasta el delirio me estrujaba,
aquella boca que mi cuerpo tanto esperaba.

Aunque esta en su tierra lejana, está tan cercana,
ahora es la luz que va entrando por mi ventana.

Creo que no sabe cuánto amor le guardo dentro,
de este alegre corazón que hasta ayer se quejaba,
que va corriendo hoy, como un corcel por la sabana.



Conjuro de amor


(Jotabé)


Siempre tu suave beso me motiva,
porque poco a poco mi fuego aviva.

Me asaltas con caricias sigilosas,
y las noches ya no son silenciosas,
cuando me dejas ese olor a rosas,
que traen tus alas de mariposas.

¡Cuantas noches y días de clamor,
atrapado en tu conjuro de amor!

Siento que has dejado mi alma cautiva,
con esas caricias tan deliciosas,
que no dejan entrar el desamor.



Versos a fuego dibujados


(Jotabé Espejo)


Me gusta andar de las manos tomados,
que sepan que estamos enamorados.

Por cada rincón me iría abrazándote,
con pasión, estaría devorándote,
días... días enteros esperándote,
porque quiero esperar el fin ¡Amándote!

¡Ay amor! tu suave aroma me hipnotiza
y siento como la piel se me eriza.

No podemos vivir tan separados,
porque me paso las noches soñándote,
con esa mirada que me esclaviza.


Eres tú... eres tú quien el alma hechiza,
esas noches en que vas desnudándote
y me entregas tus labios perfumados.

Quiero esperar el día que agoniza,
sintiendo que la noche se desliza.

Mientras mis dedos irían robándote
esos suspiros que irían surcándote,
iría entonces mi amor entregándote
rítmicas danzas que irán atrapándote.

Porque dejaré mis besos tatuados,
como versos a fuego dibujados.



Loco de amor


(Jotabé tetradecasílabo)


Esperé toda la noche, para ser tu amante;
pero parece es mi destino seguir errante.

Me siguen consumiendo, las ganas de tenerte,
de amarte toda la noche, hasta quedarme inerte
de beber esa boca roja, que me pervierte,
no te miento, yo te amaba antes de conocerte.

¡Qué hacer, qué hacer! no logro sacarte de la mente,
no concibo la mañana, sino estás presente.

Me desespero... soy como esa alma en pena andante,
sino vas a amarme, porque me dejas quererte,
al fin encontré ese amor, que me vuelve demente.



Tú eres mi sol


(Jotabé tetradecasílabo acróstico)


Te elegí, cuando me derrotó esa suave brisa
Ungida de alegría, que trae tu sonrisa.

Escogí guardarte para siempre en la mirada,
Robándote cada suspiro de la alborada,
En eternos versos grabe mi alma enamorada
Soñando cada noche, con hacerte mi amada.

Me fuiste atrapando con encanto y con dulzura,
Invadiendo mi cuerpo de deseo y locura.

Siento que los atardeceres no tienen prisa,
Orquídeas y prosas de una ardiente balada
Lentamente fueron desnudado tu hermosura.



Versos errantes


(Jotabé tetradecasílabo)


En tonadas te guardé aquellas tardes de té,
para recordar tu sonrisa cuando no esté.

Dibujé la mañana donde no ibas a estar
y los rincones donde me solías besar,
sobre piedra talle esa noche sin olvidar,
esa noche estrellada donde te aprendí amar.

Llorar y beber fueron robando mi razón,
Cupido con su dardo robo mi corazón.

¡Maldita aquella tarde, en que otra boca besé!
Me apagaste tus luces, triste y errante es mi andar,
hoy llevas odio donde ayer había pasión.



No quiero olvidarte


(Jotabé Espejo)


Lagrimas robaron mis alegrías,
llenan de tristeza mis poesías.

Noches enteras contigo soñando
y mañanas continuas esperando
volver a quedarnos allí, mirando
como nuestros cuerpos se están amando.

En el recuerdo, aquella vez primera,
cuando me envolviste en tu primavera.

Me dijiste entonces que me querías,
y me quedé enamorado, rogando
por esa boca que me desespera.


Ahora en las noches la Luna espera
hallarte en las estrellas caminando,
porque el sol te roba todos los días.

Qué tonto soy, eres sólo una quimera,
una fina llovizna pasajera.

De mis noches te seguirás fugando;
pero siempre despertare pensando,
que a tu cintura me estas abrazando
porque tu ombligo me sigue gustando.

No logro olvidarme de aquellos días,
que siguen poblando mis fantasías.



Arcoiris de amor


(Jotabé)


Hoy llueve despacio, hace un leve viento
que le despeina, en mis dedos le siento.

Ondulante me trae su armonía
compartiendo su fulgor y alegría,
en mi desarreglada cama fría
donde hasta ayer en mis sueños dormía.

Ahora arcoiris y soles persigo
y nuevos cielos renacen conmigo.

Alegres colores toman aliento
en donde tantos ardores llovía,
mientras el amor nos presta su abrigo.



Encontrarte fue un privilegio


(Jotabé)


Quizás fuiste, acierto de un sortilegio,
quizás encontrarte fue un privilegio.

De tus embrujos me sentí atrapado,
quizás porque nunca fui tan amado
y cada instante fue tan disfrutado,
que en el cielo tu nombre fue bordado.

Llegaste como luz del horizonte,
como un riachuelo baje por tu monte.

Y las venas entonan como arpegio
cada momento de amor derrochado,
que el corazón cantó como el sinsonte.



Efímero amor


(Jotabé)


Una mañana azul y florecida,
con mariposas y soles vestida.

La brisa curiosa llegó callada
y en la tinta de una carta olvidada,
encontró una canción desesperada
con lágrimas azules dibujada.

Y el arroyo murmura aquélla historia,
de ese amor que aún guarda su memoria.

Amores que aunque te dejan su herida,
sigues esperando hasta la alborada
esa brisa con que tocas la gloria.



Por mis recuerdos vagando


(Jotabé)


A tu puerta, rosas vine a dejarte,
soy el loco que no dejará de amarte.

Aunque en los amores nunca fui un santo,
como un río me ha inundado el quebranto
y la lluvia es mi inconsolable llanto,
cuando recuerdo que te amaba tanto.

Soy como el árbol que se va secando
y las hojas mustias se van volando.

¡Cuanta culpa llevo por traicionarte
y en tu alma dibujar el desencanto!,
que ahora en mis recuerdos vas vagando.



Soñarte


(Jotabé)


Despacio a llovido, un leve viento hace,
la noche se despierta y me complace.

Con sus besos y sus caricias sueño,
con el retozo en su ombligo pequeño,
y ese pubis juguetón y risueño,
que me invita con prisa a ser su dueño.

Como si fueran sueños milagrosos,
tengo esos despertares animosos.

Siento que algo dentro de mí renace
y salgo a encontrarle con todo empeño,
¡quiero morir...en sus labios carnosos!



Aniversario


(Jotabé)


Muy pronto de aniversario estaremos
y con Rima Jotabé viajaremos.

Acompáñame, te invito a este vuelo,
quizás descubrirás un nuevo cielo,
cuando atravieses ese terciopelo
y nuevas rimas serán tu desvelo.

Verás como tus ojos se deslizan
por esos versos que pronto te hechizan.

No te demores, muy pronto saldremos
quiero que vengas conmigo, es mi anhelo,
en el mundo nuestras banderas se izan.



Morbo


(Jotabé)


Hay veces que lo prohibido te llama,
solía pasarme con esta dama.

Un hondo deseo me recorría,
cuando su torso desnudo lucía
como piel erizada en tarde fría,
imaginé entonces que florecía.

Y su flor quería oler al abrir,
quería... su misterio descubrir.

Flotando en ese nimbo que derrama
blanca savia en la mano que sufría,
mi vigor sueña... en su boca morir.



Hay amores...


(Jotabé Espejo)


Hay amores que le das la bienvenida
como al sol de invierno... lleno de vida.

Cuando su tibio abrazo perfumado
va dejando el latido apresurado,
y entonces ya vas quedándote atado,
porque el corazón ya está enamorado.

Dejas entonces que su poesía
llene de versos tu cama vacía.

El roce con tu piel ya no se olvida,
recuerdas cada beso demorado
que a llenado tu pecho de alegría.


Y como esa orgásmica melodía
que a tu oído suspirando a llegado,
el alma canta, el alma esta rendida.

Aunque no sabes si se quedaría
este amor que crece día tras día.

No puedes amanecer separado
de ese rocío que llega callado,
cuando de ropas ya vas despojado
y su boca tu anhelo a deshojado.

Son sus besos como agua bendecida
que va sanándote de aquella herida.



Madre Santa


(Jotabé)


Del silencio me dejaste salir,
he visto en dos tu corazón partir.

La alegría llego entonces al cielo
fui entonces razón para tu desvelo,
el brote que esperaste con anhelo
para amarme noche y día con celo.

Guardas tanto amor, como olas el mar,
¿Por qué Santa no te puedo llamar?

¿Qué más se podía entonces pedir,
quien solo con su abrazo da consuelo?
gracias, gracias por enseñarme a amar.



Noches humedas


(Jotabé)


Espantas mis noches de soledad,
mis labios se han llenado de humedad.

¡Cuantas notas a tocar aprendí
en los rincones donde me perdí!,
esas noches que tu piel encendí
con ésos besos que nunca antes di.

Ahora es cuando logro comprender
que fuiste quien trajo el amanecer.

Después de esas noches de tempestad,
cuando el amor de tu boca bebí
y entonces, ya no te quise perder.



Noche de poemas robados


(Jotabé)


Eres como esa musa que soñaba
que en largas noches en vela esperaba.

Le arrancamos estrofas a la luna
y en cada verso... tu boca oportuna,
no podía quejarme... que fortuna,
como tus rimas no había ninguna.

Y los suspiros quedaron grabados
dejando los pechos emocionados.

Fue entonces que descubrí que te amaba,
porque nuestras almas eran sólo una
una noche de poemas robados.



No quise olvidarte


(Jotabé)


Yo no quise el abismo de olvidarte,
quise la necesidad de nombrarte.

El discurso de frases amorosas
desvistiendo esa suave piel de rosas,
hasta rozar las partes más fogosas
y delirar con rimas asombrosas.

En ríos de versos que desembocan
sobre los tibios pechos que convocan.

Quise debajo de la luna atarte
y gozar de esas noches silenciosas,
yerto en esos labios que me desbocan.



Corazón herido


(Jotabé Espejo)


Muchas veces me he sentido perdido
casi a punto de caerme rendido.

Después de un amor loco y fulminante
es entonces cuando pruebo mi aguante,
para revivir mi alma agonizante
y devolver la risa a mi semblante.

Otra vez se me fue el amor con prisa,
sin dejarme tan siquiera la brisa.

Aún no entiendo como a sucedido,
porque aunque de la cama me levante
me demoraré en recobrar la risa.


Ser cauto creo será mi premisa,
aunque enamoré su andar elegante,
no quiero ser otra vez sorprendido.

Aunque la vida casi nunca avisa
y te vuelve a destrozar la sonrisa.

Me cuidaré de ahora en adelante,
no quiero más amores de un instante,
que me dejen a sus pies suplicante
cruzando los caminos como errante.

Quiero dulces gotas de amor surtido
sobre mi pobre corazón herido.



Amor bajo luna menguante


(Jotabé)


Me dejaste el corazón palpitante,
cuando te amé con la luna menguante.

Descubrimos con la boca sabores,
desnudamos la noche con licores,
bebimos el cáliz de los sudores,
nos entregamos a locos amores.

Después de este delirio disfrutado,
me quedé locamente enamorado.

Ahora no puedo estar tan distante
sin disfrutar de todos tus ardores,
porque tu sabor me tiene alocado.



En mis ojos te espero


(Jotabe)


Quizás siempre pienses que no te quiero;
pero siempre recuerdo aquel enero.

Llenaste el corazón de tu armonía
y besarte se convirtió en manía,
la distancia fue entonces agonía,
ya no aguantaba tanta lejanía.

De tierno amor llenaste mi alma inerte,
mis brazos ya no quisieron perderte.

Ahora en mis ojos siempre te espero,
para llenarme de tu sinfonía,
porque no nos separa ni la muerte.



Pasiones muertas


(Jotabé)


Abierta como una cueva profunda,
tengo está tristeza que mi alma inunda.

En el silencio de las rosas muertas
quedaron cerradas todas las puertas,
de aquellas noches cómplices e inciertas
que dejaron manos y venas yertas.

Ya no iremos cogidos de las manos,
¿porqué refugiarme en consuelos vanos?

¿Porqué dejar que esta pasión me hunda,
cuando quizás hay sabanas despiertas
donde encontrar otra vez los veranos?



Antojos


(Jotabé)


Recuerdo te llenaste de sonrojos
la noche que deje tus labios rojos.

Con prisa me invitaste a ser tu amante
aquel día de luna delirante,
y cuesta abajo como río errante
te esperé donde sale el sol radiante.

Aquella noche regresó el latido,
al pecho de donde antes ha partido.

Y los labios quedaron con antojos
de volver por esa zona abundante,
donde esa noche quedé sin sentido.



Versos entre cuerdas


(Jotabé)


No necesito de flores y tragos
o finas palabras llenas de halagos.

Hoy traje un par de versos entre cuerdas,
esos que te gustan, se que te acuerdas,
esos que no dejarán que te pierdas,
en las largas noches que me recuerdas.

Yo te adoro mujer como a ninguna,
solo tengo estrofas como fortuna.

Ya en mi pecho vienes haciendo estragos,
sino logro que con rimas me muerdas
me quedaré sin esperanza alguna.



La magia del amor


(Jotabé)


De su fuego sutilmente contagia
con esa mirada llena de magia.

Exploro su piel con mi mano ansiosa,
me hago besar por su boca amorosa,
cuando en la tarde se viste de diosa
y hasta le confundo con una rosa.

Quizás es un soplo de primavera,
que poco a poco me deja a su vera.

De mi orilla se marcha la nostalgia,
a salido a volar la mariposa,
porque el amor no admite más espera.



Amor fugaz


(Jotabé)


Me dejaste con tus ojos grabados,
en esos despertares abrazados.

Inolvidables mañanas vivimos
en esos rincones que conocimos,
me dejé arrastrar por todos tus mimos,
con las mariposas a volar fuimos.

No pude olvidarte, no fui capaz,
en tu recuerdo había tanta paz.

Aún voy por caminos inundados,
con ese apacible amor que bebimos
y que a pesar de todo, fue fugaz.



Ebrio de amor


(Jotabé)


Aunque detrás de tus pasos yo vengo,
ando alocado porque no te tengo.

Aunque tu desinterés me mostraste,
no importa que mi pecho se desgaste,
esperando esa risa que dejaste
aquella tarde que mi amor labraste.

Seguiré con esa ebriedad del ron,
que acompaña como si fuera un son.

Qué importa si en mis pies no me sostengo,
sólo se que en mi pecho te quedaste,
aunque se quede vacío el jarrón.



Con un clavel


(Jotabé)


Su perfume me enamora la piel
y le escribo versos en el papel.

Quiero perderme con ella en excesos,
llenar su cuerpo y sus labios de besos,
porque mis latidos ya son confesos,
de este loco amor que los tiene presos.

Ya mis ojos le esperan cada día,
para borrar mi mirada sombría.

Espero su paso con un clavel
y los dedos se están quedando tiesos
porque espero que pase y me sonría.



Destinos diferentes


(Jotabé)


Su mirada en el aire permanece,
aún cuando recuerdo me estremece.

Desde que nos vimos ya lo supimos
aunque ni un ligero beso nos dimos,
y sin mayor razón nos despedimos
sin saber el amor que nos perdimos.

Nuestras vidas sus pasos eligieron
y caminos diferentes siguieron.

El tiempo pasa y la duda se mece,
sobre aquellas vidas que no escogimos
que con el viento y la bruma se fueron.

 
     
   
     
 
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