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ARTÍCULO 387

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EL MESTER DE CLERECÍA

 

 
 

Otra de las grandes Escuelas que surgieron en la Edad Media, entre los siglos XIII a XV, fue el llamado Mester de Clerecía, en lo que podríamos denominar como el momento más álgido en toda la historia de la poesía con una métrica y rima más perfecta y escrupulosamente bien realizada.

Esta Escuela surgió en contraposición al Mester de Juglaría, en el que los versos eran anisosilábicos y heterométricos, pues en esta Escuela, como veremos más adelante, los versos eran escrupulosamente isosilábicos e isométricos.

En esta estrofa de El Llibro de Alixandre, atribuido a Gonzalo de Berceo (ca. 1198-ca. 1264) o a Juan Lorenzo de Astorga (s. XIII), podemos comprobar que el Mester de Clerecía trata de separarse lo más posible del Mester de Juglaría.

«Mester trago fermoso, non es de ioglaría
mester es sen pecado, ca es de clerezía
fablar curso rimado por la cuaderna vía
a sílabas cuntadas, ca es grant maestría.»

(Libro de Alexandre, segunda estrofa)

El Mester de Juglaría lo componían personas que, en la mayoría de los casos sólo contaban con los conocimientos del Trívium o Triviales, que lo podríamos catalogar como los estudios elementales de la época, por lo tanto, eran personas no demasiado instruidas, mientras que los poetas del Mester de Clerecía eran personas que habían cursado los estudios de Quadrivium o Cuadrivio, que eran lo que hoy en día podríamos catalogar de estudios superiores.

También es preceptivo comentar que, a pesar de su nombre «Clerecía», no todos los miembros de este Mester fueron clérigos, sacerdotes o personas relacionadas de una u otra manera con la iglesia católica cristiana como lo fue uno de sus máximos exponentes Gonzalo de Berceo, sino que también se incorporaron a este Mester multitud de poetas de clase noble sin ningún tipo de relación con la iglesia como Pedro López de Ayala (1332-1407), judíos como Sem Tob ben Ishaq ibn Ardutiel (ca. 1290-ca. 1369) o musulmanes como el escritor anónimo del famoso Poema de Yusuf, uno de los más grandes exponentes de este Mester.

«Non querais que finque de sin padre e sin madre,
e non querais que muera de sete ni de fambre;
dadme agua de fuente, de río o de mare;
miémbreos lo que os dijo el cano de mi padre».

(Poema de Yusuf. Estrofa 17)

Las características principales de las composiciones del Mester de Clerecía fueron la utilización de una abundante retórica, que en algunos casos podrían llegar incluso a dificultar la lectura de los poemas y, el uso frecuente de multitud de cultismos, llegando incluso a utilizar palabras directamente escritas en latín.

Los temas utilizados fueron cambiando con el paso de los siglos hasta que desapareció el Mester al final de la Edad Media. Pero hay que comentar que, en un principio, sobre el siglo XIII, los temas eran puramente religiosos, hagiográficos e historiográficos, con un marcado carácter moralizador o bien con un fin puramente docente, muy alejado de una función de divertimento como eran las composiciones épicas del Mester de Juglaría.

Mas, en el siglo XIV su espectro de temas se abrió algo más y se introdujo cierta crítica social, dejando entrever alguna sátira social contra el poder. Buen ejemplo de esta fase del Mester de Clerecía es Juan Ruiz (ca. 1283-ca. 1350), más conocido como el Arcipreste de Hita, en su conocido Libro del buen amor.

«Cruz cruzada panadera
tomé por entendedera
tomé senda por carrera
como andaluz.

Cuidando que la habría,
díxielo a Ferrand Garçía
que troxiese la pletesía
e fuese pleités e duz.

Díxome que l' plazía de grado
e fizo se de la cruz privado;
a mí dio rumiar salvado,
él comió el pan más duz.»

(Libro de buen amor, est. 116-118)

Mas, ya en el siglo XV, siglo que vio desaparecer al Mester de Clerecía, se vuelve de manera muy fervorosa a los temas morales y religiosos.

La estructura estrófica utilizada principalmente por el Mester de Clerecía fue el Tetrástrofo monorrimo, nombre este que viene a decir que la estrofa consta de cuatro versos y que su rima era igual en todos ellos, aunque a esta estrofa también se la denomina Cuaderna Vía, según los estudiosos del tema, seguramente por semejanza fonética con los estudios que habían cursado los miembros de este Mester, el Quadrivuim.

De cualquier modo, eran versos de catorce sílabas separados en dos hemistiquios isosilábicos e isométricos de siete sílabas cada uno compuestos con rima consonante o perfecta, la más compleja de realizar de todas las rimas que hay en el ámbito poético.

Es preceptivo comentar que, en el siglo XIV, coincidiendo con la época de apertura a otros temas no religiosos o morales, también se utilizaron los poemas estróficos llamados zéjel y se coqueteó con versos pentadecasílabos, los cuales sus hemistiquios eran unos heptasílabos y otros octosílabos, y también se coqueteó con los versos hexadecasílabos cuyos hemistiquios debían ser ambos octosílabos. Pero ya en el siglo XV, y de vuelta a los temas religiosos y morales, se retorna de nuevo a los versos tetradecasílabos con cesura, los cuales en la actualidad se denominan versos alejandrinos, con lo que podríamos definir al Tetrástrofo monorrimo o Cuaderna Vía, como una estrofa compuesta por cuatro versos alejandrinos de igual rima consonante.

Para concluir este segundo artículo dedicado a los tres mesteres nacidos en la Edad Media, dejo una nueva estrofa de este Mester, de Juan Lorenzo de Astorga, extraída de su Scriptorium:

«Si quisierdes saber quien escrevió este ditado,
Jhoan Lorenzo, bon clerigo e ondrado,
natura de Astorga, de mannas bien temprado,
el día del iuyzio Dios sea mio pagado. Amen.»

En el próximo artículo comentaremos sobre el Mester de Cortesía.

 
 
 
Fuente:
Revista Esperanta
 
 
 
 
     
   
 
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