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ARTÍCULO 356

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LOS HERMANOS MACHADO

 

 
 

Debo comenzar por comentar que los hermanos Machado no fueron sólo dos, pues el matrimonio formado por Antonio Machado Álvarez, más conocido por su pseudónimo, «Demófilo» («Amigo del pueblo») y Ana Ruiz Fernández, tuvo seis hijos, Manuel (1874), Antonio (1875), José (1879), Joaquín (1881), Francisco (1884) y Cipriana (1885).
Cipriana murió en Sevilla a los 14 años (1899) debido a la tuberculosis.

Francisco también sintió inclinaciones poéticas, pero cuando estuvo en edad de estudiar, sus padres ya no estuvieron en disposición de pagarle sus estudios en la Universidad y, su posible genio como escritor y poeta, se quedó en la sombra para siempre. Aun así, publicó dos obras, «El reloj de la cárcel» y «Leyendas toledanas».

De Joaquín realmente se sabe muy poca cosa, por no decir nada.

De José también se sabe muy poca cosa, aunque sí sabemos que el libro «Caprichos» de su hermano Manuel publicado en 1905, estuvo ilustrado por José.

Y de Antonio y Manuel, vamos a comentar algo más ampliamente su vida y trayectoria, pues son los dos hijos del matrimonio Machado-Ruiz, que verdaderamente han pasado a la historia.

Antonio Machado Ruiz (Sevilla, España, 26 de julio de 1875 - Colliure, Francia, 22 de febrero de 1939) era un hombre serio, grave, introvertido y muy poco amigo de fiestas y de la vida bohemia. En cambio, Manuel Machado Ruiz (Sevilla, España, 29 de agosto de 1874 - Madrid, España, 19 de enero de 1947) era todo lo contrario, era un hombre bohemio, dicharachero y alegre al que le gustaba mucho la diversión y sacarle el jugo a la vida.

Debido a los diferentes caracteres de cada hermano, cuando ambos viajaron a París por motivo de trabajo Manuel en 1898 y Antonio en 1899, este último decidió volver pronto a España, aunque luego volvería en 1902. Y al poco de estar en su tierra publicó el poemario «Soledades» y su legendario poemario «Campos de Castilla». En cambio, Manuel decidió quedarse un tiempo más en París disfrutando de esa vida bohemia que tanto gustaba disfrutar, donde en 1901 publicó por primera vez su poemario «Alma» y al año siguiente en 1902 su poemario «Caprichos».

Quien haya leído poesía de ambos maestros, podrán coincidir conmigo en que las diferentes personalidades se notan muchísimo en sus poesías. Y para quien no lo haya hecho, aquí muestro un par de estrofas del poema «La copla» de Manuel Machado.

La copla

Hasta que el pueblo las canta,
las coplas, coplas no son,
y cuando las canta el pueblo,
ya nadie sabe el autor.

Tal es la gloria, Guillén,
de los que escriben cantares:
oír decir a la gente
que no los ha escrito nadie.

Y un par de estrofas del poema «A un olmo seco» de Antonio Machado.

A un olmo seco

Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.

¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.

Pero como apunté en mi anterior artículo, Manuel y Antonio Machado fueron dos poetas que estuvieron intrínsecamente unidos por la política y consecuentemente, marcados por ella y, eso los llevó a una deriva histórica que tuvieron que asumir en vida, y aun después de muertos los persigue y no los abandona.

Comenzaré diciendo que, tanto Manuel como Antonio, fueron personas de evidente tendencia de izquierda y republicana. Con respecto a esto, comentar que Manuel Machado en 1931 en un acto realizado en el Ateneo de Madrid, junto al compositor Óscar Esplá y Triay (Alicante, España, 5 de agosto de 1886 - Madrid, España, 6 de enero de 1976), presentaron un borrador de himno para la Segunda República Española, que decía así:

Es el sol de una mañana
de gloria y vida, paz y amor.
Libertad florece y grana
en el milagro de su ardor.
¡Libertad!
España brilla a tu fulgor,
como una rosa de Verdad

Además, Manuel Machado aparece en la lista de fundadores de la Asociación de Amigos de la Unión Soviética, la cual se fundó el 11 de febrero de 1933, en plena Segunda República española, la cual se extendió desde el 14 de abril de 1931 hasta el 1 de abril de 1939.

Y antonio Machado a este respecto dijo:

«Moscú es hoy el foco activo de la historia (...) La Rusia actual, la gran República de los Soviets, va ganando de día a día la simpatía y el amor de los pueblos, porque toda ella está consagrada a mejorar la condición humana.»

Mas, una vez iniciada la Guerra Civil Española, que se extendió desde el 17 de julio de 1936 hasta el 1 de abril de 1939, a ambos Machado les sorprendió en lugares diferentes de España. Así Manuel junto a su esposa Eulalia estaban en Burgos de visita, ciudad donde el Bando Nacional liderado por el general Francisco Franco Bahamonde (Ferrol, España, 4 de diciembre de 1892 - Madrid, España, 20 de noviembre de 1975) estableció su Estado Mayor.

Y Antonio Machado se desplazó hasta Valencia, la cual durante gran parte de la contienda fue la capital de España y, por consiguiente, la capital de la Segunda República, donde participó en el II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura que tuvo lugar entre el 4 y el 17 de julio de 1937 en París (Francia) y en Valencia, Madrid y Barcelona (España), con el apoyo de la Alianza de Intelectuales Antifascistas.

Pero hasta aquí llegan las similitudes políticas de ambos Machado famosos, pues mientras que Antonio continuó siendo republicano hasta su muerte en el exilio francés, Manuel dio un giro inesperado en su ideología política, y sobre ello hay dos hipótesis. Una de ellas apunta a que simplemente se desencantó del régimen republicano en el que no vio un futuro prometedor para él y su familia. La otra hipótesis apunta a que se vio obligado por las circunstancias de la guerra y, de un comentario que realizó en julio de 1936 en el que dijo que:

«Esto [haciendo referencia a la guerra civil] puede durar siete años, como la guerra carlista».

Sea como fuere, lo cierto es que Manuel Machado fue apresado y estuvo en prisión entre el 29 de septiembre y el 1 de octubre de 1936, y posteriormente compuso un poema con tres espinelas titulado: «Al sable del caudillo», en el que alababa al general Franco y le da la bienvenida a Madrid.

Manuel Machado se congració con el régimen de Franco y pudo vivir bien el resto de la guerra muriendo en su tierra natal, España, mientras que Antonio lo hizo, como ya he comentado, exiliado en Francia.

Lo dicho hasta aquí hizo que, durante el régimen de Franco, Manuel Machado fuera muy apreciado y Antonio Machado silenciado, pero con la llegada de la democracia y el reinado del rey Juan Carlos I (Roma, Italia, 5 de enero de 1938), la cosa cambió, siendo Manuel quien pasó a estar muy alejado de todos los círculos poéticos, casi siendo un proscrito, y Antonio fuera elevado a los altares.

Pero al margen de las ideologías políticas, en un poeta, en todo escritor, deberíamos valorar su obra por encima de todo. Ahora, con todo lo comentado, que cada lector saque sus propias conclusiones y obre en consecuencia. Yo personalmente, me quedo con los dos, pues ambos me han regalado largas horas de buena lectura.

Y, no puedo acabar el presente artículo sin dejar constancia de la poesía que marcó a Manuel Machado para siempre.

Al sable del Caudillo

¡Bienvenido, Capitán!
Bienvenido a tu Madrid,
con la palma de la lid
y con la espiga del pan.
Dios bendice el santo afán
que tu espada desnudó
y la victoria te dio,
poniendo en esa victoria
toda la luz de la gloria
de un mundo que se salvó.

Con esa hueste triunfal
que tras tu enseña desfila
-y que lleva en la mochila
estrellas de general-,
de la barbarie oriental
vencer supiste el espanto,
y alcanza tu gloria tanto
que con tu invencible tropa
fue España escudo de Europa
como en Granada y Lepanto.

De tu soberbia campaña,
Caudillo noble y valiente,
ha resurgido esplendente
una y grande y libre España.
Que hoy sean tu nueva hazaña
estas paces que unirán
en un mismo y puro afán
al hermano y el hermano...
Con la sombra de tu mano
es bastante, ¡Capitán!

Y con esta última lectura poética, espero que sigáis leyendo a ambos Machado y hasta el próximo artículo.

 
 
 
Fuente:
Revista Esperanta
 
 
 
 
     
   
 
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