El 20 de diciembre de 2015, se hicieron unas Elecciones Generales de las cuales salió un mapa político inusual en España, pues ese bipartidismo tradicional entre el PP y el PSOE, se rompió, y de esa rotura salieron cuatro partidos PP, PSOE, C’s y Podemos para comerse el pastel que es España y llegar a ser el presidente, con todo lo que ello significa.
Pero ninguno de los cuatro partidos pudo formar gobierno y los pactos poselectorales no llegaron a buen puerto, y ¡menos mal que fue así!, pues formar un pacto para gobernar entre las formaciones que no ganaron para poder gobernar, entre las formaciones que no ganaron, hubiera sido muy malo, como ya pasara en Valencia, por eso tenemos a Ribó. Que vuelva a pasar lo que pasó en Valencia; es como si la Liga de Fútbol la gana el Valencia C.F., y el segundo y tercer clasificado se juntan para quitarle la Copa, y encima lo consiguen… ¡Un sinsentido!
Y esta situación de no llegar a un consenso para poder formar gobierno, nos condujo a unas segundas elecciones que se realizaron el 26 de junio de 2016, con un resultado un tanto parecido, pero con un claro ganador que fue el PP, y con un gran perdedor que fue Podemos, pues a pesar de presentarse en coalición con Izquierda Unida, perdieron sobre un millón de votos. De hecho, desde entonces, Podemos parece la formación política perdida, no se sabe nada de ellos, o igual será que estamos en verano y están disfrutando de lo que ellos saben que disfruta la Casta, como ellos dicen, aunque ya no lo dicen porque ellos ya son parte de la Casta.
Mas, lo cierto es que en estas segundas elecciones, también comienza a estar muy mal el tema de poder formar gobierno, sobre todo por la negativa de Pedro Sánchez a abstenerse, y negarse frontalmente a que Mariano Rajoy forme gobierno, aunque históricos del socialismo como Felipe González, han aconsejado a Sánchez, que no haga ese bloqueo y que deje gobernar a quien pueda hacerlo, pero Sánchez no está por desbloquear nada.
Y eso nos conducirá sin remedio hacia otras elecciones, para las cuales se baraja la fecha del 25 de diciembre para realizarlas. Vamos a ver, el 25 de diciembre, Navidad, es para estar con la familia o haciendo lo que cada uno haga en ese día, pero no para estar hasta las 24:00 horas en un recuento de un colegio electoral, y lo sé por experiencia, por lo tanto, si llegan a hacerse las elecciones en ese día, seguro que el verdadero ganador, será la abstención.
Además, no hace falta ser un mago para saber cómo saldrían los resultados de esas elecciones; el PP subiría más, C’s subiría un poquito, el PSOE bajaría a mínimos históricos, y Podemos, si vuelven a salir a la luz, ellos solos o junto a IU… pues sacarán lo que puedan.
Por culpa de un político, que no quiero decir quién es, pero todos sabemos quién está bloqueando la negociación, España volverá a gastarse un buen montón de euros en unas nuevas elecciones, y ya veremos si en estas terceras elecciones, si se llegan a hacer, se puede formar gobierno, y si no es así, pues siempre nos queda entrar en el libro Guinness de los récords como el país que estuvo más tiempo sin gobierno, pues ahora uno de los países que más tiempo ha estado sin gobierno, es Bélgica, con 541 días.
Pero hay un tema que es muy importante, el de los partidos pequeños que intentan hacer todo lo que pueden para labrarse un porvenir en la política, ¿cómo les afecta a estos partidos unas nuevas elecciones? Pues muy mal. Ya hacer una campaña para unas elecciones, para un partido pequeño es siempre un tema escabroso por la cantidad de dinero que se han de gastar. Hacer unas segundas elecciones constituye prácticamente el no poder hacer casi hada de campaña. Pero si se hacen unas terceras elecciones, la campaña que puedan hacer los partidos pequeños será muy poquita, situación esta que no beneficia en nada a estos partidos emergentes.
Esperemos que nuestros políticos comiencen a tener un poco de sentido común y dejen de mirarse el ombligo, y comiencen a mirar por España.
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