Estimados amigos que utilizamos la palabra como medio habitual y vehicular para comunicarnos entre nosotros, tanto los que en estos momentos me están oyendo hoy aquí, como quienes en un futuro puedan leer este manifiesto en favor de la palabra como vínculo de la humanidad. Gracias por hacer uso de ese precioso don que es la palabra.
La palabra, como decía, ese maravilloso y preciado don de hablar, con el cual una persona pueda hacerse entender, es el mayor tesoro que cualquier persona puede tener y atesorar entre sus más preciados bienes, pues sin ella, sin la palabra, nada tendría sentido… textual y literalmente, nada tendía sentido.
Con la palabra puedes arrullar a tu niño cuando lo acunas en tu regazo y ver que con tus suaves palabras va entrecerrando los ojitos mientras sientes que se va acurrucando entre tus brazos.
Con la palabra puedes decirle a la persona amada, cuánto la amas, cuánto significa para ti, cuánto estarías dispuesto a dar por ella, y cuan vacía quedaría tu vida si por el azar de la vida llegaras a perderla.
Con la palabra puedes elevar a los altares a la mejor de las personas o bajar a los infiernos a quien piensas que se lo merece.
Con la palabra puedes reprender a toda aquella persona que en ocasiones no sabe diferenciar el bien del mal, según te dicta tu criterio.
Con la palabra puedes agradecer a cualquier persona lo que por ti o por los tuyos ha hecho, u ofrecer tu ayuda a cualquier persona en un momento de necesidad, de esos en que tan necesitados estamos en ocasiones de esa palabra amiga que sirva de hombro en el que enjugar tus penas.
Con la palabra, cada persona puede conversar con su dios, pedirle y rogarle o simplemente darle las gracias por un día más, que en ocasiones, cuando uno va sumando muchos años, no es poco.
Con la palabra, amigos míos, se puede hacer casi todo, se puede hacer reír y se puede hacer llorar, se puede murmurar y se pueden afrontar los hechos, e incluso con el maravilloso don de la palabra escrita, podemos componer bellas obras de teatro, bellas poesías y bellos relatos con los que poder compartir con todos, historias reales o ficticias, con o sin moraleja, llenas amor o de odio, llenas de esperanzas y ternuras o llenas de desazón y desconfianza… pero siempre impregnadas de un fuerte sentimiento que las hacen perdurar en el tiempo en quien las dice y quien las recibe.
La palabra es una preciada gracia que no debería tener un día en concreto para acordarnos de ella, pues todos los días hacemos uso de la misma desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, pero como vivimos unos momentos históricos en los que parece que todo debe tener su día, se eligió el día 23 de noviembre día que coincide con el nacimiento en Cádiz uno de nuestros compositores más celebrados e internacionales, Manuel de Falla, y así, en este día celebramos el Día de la Palabra como Vínculo de la Humanidad, día en que todos los que hacemos uso de la palabra, debemos dar gracias por este preciado don, sin el cual no podría estar ahora dirigiéndome a todos vosotros, y sin el cual la humanidad aún estaría en sus primeros albores.
Desde aquí, mi más sentido agradecimiento por poseer el don de la palabra con el que poder deciros a todos vosotros y a todo el mundo. Gracias por estar ahí y comprender el mensaje de paz y amor que os quiero transmitir con este Manifiesto en favor de La Palabra. |
