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ARTÍCULO 478

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CASTILLO DE ALEDUA

 

 
 

La Comunidad Valenciana, el Reino de Valencia, es tierra de castillos, pues los hay allá donde quieras mirar. Para los amantes de los castillos, es una tierra de la que nunca querría salir por su encanto e impresionante historia medieval.

Entre la larga lista de castillos, los hay de todas la épocas, construidos por los más diversos pueblos y en los más diferentes estados de conservación, teniendo castillos que están en perfecto estado de conservación, como el Castillo de Alacuás, y otros que están prácticamente en ruinas, como el castillo que nos ocupa hoy, el Castillo de Aledua, el cual está situado en un montículo muy llano, ubicado en uno de los lugares más bonitos de Llombay, el Parque Natural Municipal «El Tello», en la margen izquierda del río Magro a unos cuatro kilómetros de esta ciudad de la Ribera Alta.

Aunque actualmente Aledua pertenece a Llombay, no siempre ha sido así, pues a lo largo de la historia de este despoblado, el mismo ha pertenecido también a las poblaciones de Alfarp y Alginet.

Con respecto al topónimo «Aledua», se supone que proviene del árabe العدوة (al-ʿidwa), que vendría a significar «la orilla», siendo esta orilla la de un río, en este caso, la del río Magro.

Esta fortaleza árabe que tiene un carácter militar y defensivo, es una verdadera reliquia de la historia de nuestro pasado, la cual se estima que se construyó a finales del siglo XII.
Este castillo islámico medieval, es muy similar a otros castillos de esa zona de la provincia de Valencia, como el Castillo de Alfarp, la Torre Racef de Almussafes, la Torre Espioca de Picasent, la Torre Muza de Banifayó y tantas otras.

El perímetro de la muralla que rodea al castillo, tiene un trazado poligonal e irregular, y aunque dos de sus lados casi paralelos, estos son de longitudes muy dispares. La muralla no se encuentra en buen estado, quedando tan sólo algunos trozos de los diferentes lienzos que la componían y un cubo situado en la parte sureste de la muralla, y a la parte opuesta de este, la entrada actual que no está abierta en el lienzo correspondiente sino perpendicular al mismo entre dos tramos de lienzos paralelos.

La extensión de terreno que encierra la muralla es de unos 300 m2, y aproximadamente en el centro la misma, se encuentra la torre del castillo, a la cual se la conoce con el mismo nombre que al castillo, «Torre de Aledua». Esta torre es lo que más, por no decir lo único que se mantiene en bastante buenas condiciones de la construcción original.
La planta de la Torre es cuadrangular, midiendo cada lado unos 7,3 metros, y cuenta con una altura de unos 18 metros. Está construida en tapial sobre basamento de mampostería y cuenta con cinco plantas. Una de ellas es un sótano; tres plantas en superficie y una terraza, en la que se hallan vestigios de un parapeto y de que en origen este era almenado.

La entrada a la torre, enmarcada por grandes bloques de piedra, está en el lado sureste de la misma y la constituye una puerta elevada con respecto al suelo para evitar y entorpecer la entrada de cualquier asaltante que quisiera acceder a la torre. Sobre esta puerta hay dos ventanas que no están enmarcadas, siendo prácticamente ovalada la que se encuentra a más altura. En otros flancos de la torre tan sólo aparecen saeteras, cosa que pone claramente de manifiesto el carácter defensivo y ofensivo del castillo.

La verdad es que todo el conjunto está en bastante mal estado de conservación, amenazando ruina si no se actúa rápidamente en él.

Con respecto a la población, la primera vez que aparece documentado Aledua, o «Eleydua» como era conocida en aquel momento, es en el «Llibre del Repartiment» («Libro del Repartimiento») en 1237, como una alquería árabe que fue concedida por el rey Jaime I de Valencia y Aragón (1208-1276), llamado «el Conquistador» a uno de los oficiales que le había servido bien en sus campañas. Como dato histórico comentar que Aledua fue donada por Jaime I casi un año antes que Llombay.

Otra referencia al castillo o, mejor dicho, a la torre del castillo, la encontramos en 1256, donde se la nombra en el testamento del Señor de Carlet Pere Montagut.

En el siglo XIV el castillo pertenecía a la familia Centelles, quienes lo vendieron al duque de Gandía Juan de Borja en 1494, y este, gracias al rey Carlos I de España (1500-1558) llamado «el César», obtuvo el título de marqués de Llombay.

Hay que comentar que Aledua contó con parroquia propia, dependiente de Llombay hasta 1574, mas, el tiempo fue pasando y los moriscos seguían viviendo en los territorios conquistados por el rey Jaime I hasta que, definitivamente estos fueron expulsados del reino de Valencia en 1609, y el lugar de Aledua y las cuarenta casas que componían esa alquería se quedaron vacías.

Este fue el momento de inflexión para el castillo, pues desde ese momento quedó vacío, abandonado y dejado a su suerte y a la de los elementos climáticos y meteorológicos, los cuales, junto a la barbarie del hombre, han causado un gran destrozo en la construcción.

Años después, en 1625 Carlos de Borja le otorgó la Carta-Puebla a Aledua para que esta volviera a ser repoblada, pero esto nunca sucedió, y este despoblado ha seguido así hasta nuestros días.

Actualmente el castillo de Aledua es de acceso libre y se puede visitar en cualquier momento, de hecho, en algunas de sus paredes, como lo es debajo de la puerta de entrada a la torre, se pueden ver diversas pintadas de personas que no tienen ningún miramiento por el patrimonio de un lugar, ya que este castillo, a pesar de su estado de ruina y abandono, es Bien de Interés Cultural (BIC), desde 2010.

Pero esperemos que la suerte del castillo cambie, pues el alcalde de Llombay José Forés Sanz, ha contactado con los propietarios de este castillo, vecinos de Llombay, y tras unas negociaciones, en enero de 2021 se realizó la compra-venta del castillo y 27 hectáreas a su alrededor, con lo que desde 2021 que se firmó el contrato, el castillo con su torre y el terreno de su entorno, es patrimonio del municipio de Llombay, y su consistorio tiene el firme propósito de conseguir las ayudas necesarias para rehabilitar y reconstruir el castillo para poder ofrecerlo como un lugar turístico y con ello fomentar e impulsar a Llombay dentro de la Comunidad Valenciana y de todo el mundo.

Para los amantes del senderismo, hay una ruta circular que toma como centro el castillo de Aledua.

De cualquier manera, seas senderista o no, no tienes excusa para no verlo pues se puede llegar con coche muy cerca del mismo. Una vez allí te encontrarás en un lugar donde incluso el aire es siempre parte de esa historia que se ha escrito a través de siglos y, además, tendrás una impresionante vista de la ciudad de Llombay.

Además, podrás ver unos granados silvestres, cultivo que introdujeron los árabes y que nos hablan del pasado musulmán de esta construcción.

Si puedes, no dejes de ver este castillo.

Llombay es sinónimo de historia y patrimonio que hay que salvar y cuidar.

 
 
 

Fuente:
El Periódico de Aquí

 
 
 
 
     
   
 
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