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ARTÍCULO 476

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MASCARELL. MURALLAS ETERNAS

 

 
 

Son muchas las poblaciones que, en época medieval, e incluso antes, estuvieron amuralladas, pues era una manera de proporcionar a sus habitantes una defensa contra algún posible enemigo. E incluso la ciudad de Valencia tuvo tres murallas en diferentes momentos de su historia; la romana, la más antigua; la musulmana y; la cristiana, la más reciente, las cuales fueron creciendo en perímetro con respecto a su antecesora.

Mas, la mayoría de esas murallas con el paso de los años, se demolieron para dar lugar a una gran ciudad, como ocurrió con la muralla cristiana de Valencia, la cual comenzó a demolerse el 20 de febrero de 1865. Algunas ciudades como Ávila siguen manteniendo sus murallas, aunque la ciudad ha crecido extramuros enormemente. También cabría citar a Urueña en Valladolid que cuenta con algunas casas fuera de su recinto amurallado.
Ese mismo razonamiento se puede aplicar a las ciudades de Morella y Peñíscola en la Comunidad Valenciana, las cuales han dejado de estar totalmente amuralladas pues cuentan con algunas casas extramuros.

Tras esta introducción, la pedanía de Mascarell, en Castellón de la Plana, se erige como la única población en la Comunidad Valenciana y, muy posiblemente en España que, a día de hoy, tras 467 años de haber terminado la construcción de sus murallas, aún se concentra toda su población en el interior de las mismas y no tiene ninguna construcción extramuros.

Pero, para hablar de Mascarell, cuya población y murallas en su conjunto está declarada como Bien de Interés Cultural (BIC) desde 1995 y, en la que viven habitualmente unas 200 personas, debemos retroceder en el tiempo hasta 1233, año en que el rey Jaime I de Valencia (1208-1276) llamado «el Conquistador» conquistó Burriana, y tras ello expulsó a los moros de esta ciudad, asentándose estos en unas tierras entre Nules y Burriana, y ese asentamiento se conoció con el nombre de Mascarell, palabra musulmana que puede traducirse como «campamento».

Este asentamiento creció conformando un verdadero poblado, del cual se tiene su primera referencia en 1310. Allí los moros vivieron tranquilos gracias a la merced del rey Jaime I, pero a mediados del siglo XVI, participaron en el asalto al molino Cap de Terme en Vila Real. A casusa de ello los moros fueron expulsados de Mascarell, y María de Cardona, señora de la baronía de Nules, ordenó que se repoblara el lugar con cristianos, llegando en ese momento a ser tan sólo unos 30 habitantes. Además, con el fin de proteger a esta nueva población cristiana de los posibles ataques moros, también ordenó levantar una muralla alrededor del poblado. De esta manera, los moros se quedaron extramuros de Mascarell hasta que fueron expulsados definitivamente en 1609.

La muralla de Mascarell comenzó a construirse el 13 de diciembre de 1553, concluyéndose en 1555. Se construyeron con el sistema de tapial de costra con verdugadas, utilizando mortero, tierra y ladrillo. El perímetro es de forma trapezoidal, tiene una longitud de 620 metros, una altura media de 7 metros y un grosor medio de 1,20 metros. Hay que apuntar que esta muralla con el paso del tiempo ha ido reforzándose, mejorándose y rehabilitándose. Apuntar que, durante la Guerra Civil Española, tuvo graves daños que fueron subsanados en 1942.

En el centro de cada uno de los cuatro lienzos de la muralla hay una torre cuadrada almenada algo más alta que la muralla y, junto a ellas en los flancos este y oeste hay sendas puertas de entrada al recinto. La puerta este se denomina Portal de l’Horta (Portal de la Huerta) con un arco semejante al estilo conopial. La puerta oeste se denomina Portal de Valencia, y esta puerta constituida por un arco de medio punto y cuenta con una reja de hierro que siempre está abierta. Actualmente es la puerta principal de entrada a Mascarell, y ante la misma recientemente se ha realizado un bello jardín también llamado «Huerto de flor», que incluye diversos juegos infantiles.

Alrededor de la muralla había un foso para potenciar la protección, pero en la actualidad ese foso se ha reconvertido en una acequia para el regadío.

Extramuros de Mascarell está rodeado de campos de naranjos, siendo Nules, a un kilómetro, la población más cercana y, además, de la que depende. Esto se explica por el hecho de que al no haberse expandido nunca fuera de sus murallas, ha tenido complicado su crecimiento, pues los recursos que poseen para sobrevivir son limitados. Así pues, el Ayuntamiento de Mascarell solicitó al municipio de Nules su anexión al mismo, y la petición le fue concedida el 16 de julio de 1872, pasando a ser una pedanía de Nules.

Del interior de Mascarell, cabe destacar su Plaza Mayor, restaurada totalmente en 2010 y centro neurálgico de la población, donde se encuentra la Iglesia Parroquial de San Agustín, construida a finales del siglo XVII en estilo barroco valenciano. Sus muros internos fueron decorados con bellos esgrafiados semejantes a los que posee la Iglesia de la Purísima Sangre de Nules. Tiene una torre campanario y esta, una cúpula de tejas de cerámica azul. En el interior destacan sus pinturas. También encontramos en la Plaza Mayor, el Ayuntamiento construido en el siglo XVIII, obra de Vicente Gascó (1734-1802). Y además un pozo, un centro de ocio y biblioteca ubicada en las antiguas escuelas.

También en la década citada se derribó el cementerio que estaba adosado a la muralla.
Pero Mascarell ha sabido reinventarse a sí mismo y ha orientado todo el pueblo al turismo. De esta manera, tienen dos fechas importantes dentro de su calendario anual. Una de ellas son sus fiestas patronales en honor a su Santo Patrón, San Agustín, que se celebran el último fin de semana de agosto, en las que incluyen verbenas, toros, juegos infantiles y otros reclamos turísticos.

Otra de las fechas señaladas es la que constituye su Gran Feria Medieval, una celebración que se realiza a principios de noviembre y que se creó en 2007, en la cual se implica todo el pueblo realizando, además, extramuros algunas recreaciones de justas medievales. En los años que lleva realizándose ha conseguido reunir cerca de 60.000 personas en cada edición. Esta feria cuenta con multitud de puestos dedicados a la artesanía, alimentación, animación y otras muchas actividades.

Como nota curiosa, comentar que al ser tan pequeño el pueblo, tan sólo siete calles con cuatro nombres, las casas y calles son muy estrechas, así, dentro del recinto amurallado sólo se puede aparcar en la Plaza Mayor, pero, en detrimento de la vista exterior de la muralla, la misma se ha utilizado como parte de las edificaciones interiores y en ella hay numerosas ventanas, puertas de acceso a viviendas y puertas de acceso a garajes.

Si vives en Castellón o cerca de esta bella provincia, no tienes excusa para no visitar Mascarell, y si lo haces en domingo, podrás degustar una excelente paella, que es uno de sus platos estrella dominicales. Pero si vienes de visita, hacer un alto en el camino para ver esta población amurallada, te hará respirar un ambiente medieval y, sobre todo, te hará sentir cómo se viviría en los tiempos en los que todo el territorio para tus quehaceres diarios estaba delimitado por unas murallas. En cualquier caso, visitar Mascarell y recorrer sus calles, es toda una bella y gran experiencia. Además, a finales de 2021 se aprobó la realización de un itinerario interior marcado por unos paneles informativos.

Mascarell es sinónimo de vivir en la actualidad en un entorno medieval.

 
 
 

Fuente:
El Periódico de Aquí

 
 
 
 
     
   
 
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