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ARTÍCULO 473

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LA CALLE VINATEA Y SU ENIGMÁTICO POZO

 

 
 

En no pocas ocasiones, cuando diseñamos una ruta para visitar una ciudad, siempre intentamos que en esta se encuentren los monumentos más emblemáticos de esa ciudad y todas aquellas construcciones, museos y otros valores que suelen ser la «postal» de esa ciudad, y en pocas o ninguna ocasión nos acordamos de esos pequeños detalles que hacen grande a una ciudad. Y este es nuestro caso, pues el pequeño pozo de la calle Viciana no suele estar en el diseño de las grandes rutas turísticas de la ciudad de Valencia, a pesar de estar a pocos pasos de la Iglesia del Salvador y, a 3 minutos de la bulliciosa Plaza de la Virgen con todos sus bares, turistas y actos de todo tipo; de hecho, es como si fueran dos mundos diferentes, pues en la calle Viciana se respira una calma y tranquilidad como si nos encontráramos en un pueblecito apartado de cualquier gran núcleo urbano y donde la vida discurre apacible y convidándote a sentirla acariciándote la cara y el alma.

La calle Viciana de encuentra en el barrio de La Seu (La Catedra), en el distrito de Ciudad Vella. Tiene su inicio, su número 1, entrando por la calle del Salvador donde hace unos años se encontraron restos de la Vía Augusta Romana y de un poblado romano y, concluye en la plaza del Conde de Carlet, siendo en la actualidad peatonal o, mejor dicho, semipeatonal.

La actual calle Viciana se rotuló con este nombre en 1872 para rendir homenaje a este prohombre castellonense, pero desde el siglo XV al XIX ha tenido otros nombres como, de las Abadías; sobre 1760, de la Baronesa, por doña Violante de Aragón (1236-1301); Luz; y, de Luis Cristóbal; llegando finalmente al nombre con el que ha llegado hasta nuestros días, Viciana.

La calle es bastante angosta y tiene una longitud de unos 69,5 metros. En ella encontramos frente al número 7 la fachada lateral del que fuera el palacio de Joaquín Manglano y Cucaló de Montull (1892-1985), más conocido como el Barón de Cárcer, el cual fue alcalde de Valencia entre (1939-1943), y cuya puerta principal recae en la calle del Salvador. En el número 5 se encuentra la Escuela Superior de Arte y Tecnología (ESAT), y en los bajos del número 6 la empresa de artesanía de marcos y molduras de Ana Medrano.

Pero lo más impactante, curioso y sobresaliente de esta tranquila calle es que a mitad de la misma, exactamente frente al número 5, se abre una plazoleta de unas dimensiones contenidas pero generosas para la calle donde se encuentra. Esta plazoleta, que ya aparece documentada en el plano del cartógrafo Antonio Mancelli (¿?-ca. 1645) de 1608, se denomina con el mismo nombre que la calle en la que se encuentra, aunque popularmente se la conoce como la plazoleta del pozo. Esta plazoleta hace años tenía en la linde con la calle Viciana dos grandes jardineras con sendos árboles plantados, y un banco para el reposo de los viandantes, pero hoy en día han desaparecido.

La plazoleta tiene la cara norte abierta a la calle Viciana y, sus otros tres flancos en un principio estaban cubiertos con casas, pero en la actualidad el flanco sur, en el que había una edificación de 432 m2, hace tiempo que esta desapareció y el solar lo separa de la plazoleta una tapia que sirve como lienzo para grafiteros, y tras de ella se pueden ver los escasos restos que muestran la antigua construcción. Y gracias a la ausencia de esta casa, es posible divisar la cúpula del antiguo Seminario Conciliar de Valencia y antigua Facultad de Teología de Valencia que se encontraba en la calle de Trinitarios 1 y 3, actualmente la Facultad de Teología San Vicente Ferrer, se encuentra en la calle de la Sénia (Noria), número 10.

La casa del flanco oeste consta de planta baja y tres alturas, mientras que la del flanco este consta de planta baja y dos alturas, ambas en bastante buen estado de conservación y habitadas. Pero lo más curioso es que en el centro de esa plazoleta hay un pozo de extracción de agua que en la actualidad se encuentra cegado y seco.

Este pozo tiene una historia que se pierde en la noche de los tiempos y realmente nadie sabe quién lo construyó, pero a todas luces, es una construcción muy antigua dados los escudos que luce. Además, hay quien supone que sería uno de los numerosos pozos de los que disponía la ciudad amurallada de Valencia intramuros y cerca del río Turia, para abastecer de agua dulce a la ciudad en caso de que, por alguna contrariedad, no se pudiera salir de las murallas de la ciudad.

El pozo en la actualidad está situado en lo alto de tres círculos concéntricos que actúan a modo de peldaños, ofreciéndole cierta prestancia al pozo. El círculo más alejado del pozo y el que su peldaño tiene menor altura, está circundado por ocho bolardos cuadrados de piedra para resguardarlo, para resguardar el pozo de los posibles vehículos que puedan circular, sobre todo motos.

Tanto las paredes del pozo como el brocal del mismo, tienen planta octogonal, dándole esta característica una personalidad propia, alejándose de los pozos mas habituales de planta circular.

Dos lanzas verticales de hierro alineadas con la calle Viciana, sujetan en lo alto una bella cruz, donde en los tiempos en que el pozo estuviera en funcionamiento, estarían situadas las carruchas para la extracción del agua.

La conservación del pozo ha pasado por numerosos estados, desde un impecable cuidado del mismo y la vegetación que nace del hueco cegado y relleno de tierra, hasta los estados en que la mala hierba y enredaderas diversas han cubierto prácticamente la totalidad de la altura del pozo. Como apunte, comentar que, en mayo de 2022, lucía un estado en el que todas las plantas y malas hierbas que se estaban apoderando del pozo, habían sido eliminadas, dejando ver muy claramente su figura, y con ello, el estado de abandono en el que está sumido el pozo, pues el brocal luce unas grandes grietas, de las cuales se desprenden algunos grandes trozos de piedra, y las lanzas de hierro están muy oxidadas, sobre todo donde se unen al brocal de pozo, estando en tan mal estado que llegan a moverse con bastante holgura.

Como comentaba al inicio, el pozo luce cuatro escudos, de los cuales algunos son bastante reconocibles y otros son muy representativos.

Uno de ellos reproduce el antiguo escudo del Reino de Valencia en el que sobre unas líneas que representan el mar, se sitúa un castillo de grandes dimensiones con dos torreones flanqueándolo. En este escudo podemos ver que algunas de las líneas de agua aún muestran un policromado azul, cosa que nos da a entender que los escudos y quizá algo más del pozo estaría pintado a todo color.

Otro de los escudos muestra algo que podría interpretarse como una polilla, abeja o insecto similar con las alas extendidas, que bien pudieran ser las armas de la persona o familia que construyera el pozo.

Actualmente el pozo está en un estado de gran abandono a pesar de que se incluyó en el Plan Especial de Protección (PEP) de Ciutat Vella de 2020, siendo uno de los elementos urbanos protegidos, apareciendo como un bien no inventariado con protección integral en el plano de ordenación «O-11.1a Catálogo. Sección patrimonio cultural. Niveles de protección».

Como apunte histórico citar que Rafael Martí de Viciana nacido en Burriana (Castellón), (1502-1584) fue un historiador, notario y cronista de la ciudad de Valencia, constando desde el 13 de mayo de 1559 en el Llibre dels Avehinaments (Libro de los avecindamiento) de la ciudad de Valencia su acta de avecindamiento en la ciudad. Este prohombre escribió varios libros de referencia, como la «Crónica de la Ínclita y Coronada Ciudad y Reino de Valencia» y el «Libro de las alabanzas de las lenguas hebrea, griega, latina, castellana y valenciana».

Si tienes el tiempo necesario para pasear con tranquilidad por esta bella e histórica parte de Valencia mirando a todas partes con ojos curiosos y ganas de saber más de la historia de Valencia, no dejes de pasear por la Calle Viciana y ver de cerca este histórico pozo, el cual, sin ninguna duda, te transportará a épocas medievales.

Valencia es sinónimo de bellas obras incluso anónimas.

 
 
 

Fuente:
El Periódico de Aquí

 
 
 
 
     
   
 
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