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ARTÍCULO 463

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ERMITA DEL POUET: LA GRANDEZA DE LO PEQUEÑO

 

 
 

En ocasiones siempre hablamos de lo más rápido, de lo más antiguo, de lo más monumental… olvidándonos que en ocasiones quizá lo más lento, moderno o pequeñito, también tienen algo que aportar a nuestras vidas y a la historia mundial, y ese es el caso que nos ocupa, la Ermita del Pouet (Ermita del Pocito), la cual está considerada como la ermita más pequeña de Valencia y quizá de España, pues su interior sólo tiene entre 3 a 4 m2. Y esto también la sitúa entre las más pequeñitas del mundo, aunque este honor, según el libro Guinness de los Récords, le corresponde a la iglesia del Castillo de Colomares, situada en Benalmádena, Málaga (España), la cual cuenta tan sólo con 1,96 m2.

La Ermita del Pouet, calificada como Bien de Relevancia Local (BRL). Está situada en la Partida del Pouet en el actual barrio de Campanar de Valencia, en lo que hoy se denomina «Nou Campanar» («Nuevo Campanario»), una zona que, hasta la década de 1990, era prácticamente una zona agrícola donde entre otras cosas se cultivaban cebollas, patatas, hortalizas y el famoso «nabo de Campanar», el que, según los expertos, era el mejor nabo para realizar el «arròs en fesols i naps» («arroz con alubias y nabos»), tan típico de las tierras valencianas. Como apunte histórico cabe recordar que, Campanar fue un municipio independiente entre 1836 y 1897, año en que se anexionó definitivamente al municipio de Valencia.

La ermita está situada en la actual calle Evaristo Crespo Azorín, la cual está situada en parte de lo que fuera el Camino del Pouet, hoy engullido, tanto el camino como todas las huertas, por el crecimiento imparable de la ciudad de Valencia. Pero, para que quede constancia de ese antiguo y emblemático camino, hay unas placas cuadradas de gran tamaño en el suelo, donde junto al Escudo de la ciudad de Valencia, se pude leer:

«Antic camí del Pouet» («Antiguo camino del Pocito»)

Hoy la Ermita del Pouet se encuentra sola y aislada entre un maremágnum de modernidad, pero hay que destacar que hasta la citada década 1990, estaba en un entorno rural donde las alquerías y las huertas, por donde pasaban las conocidas acequias de Rascaña y Mestalla, eran lo único que había. Y, de entre esas alquerías, había una conocida como «Alquería del Pouet», la cual se caracterizaba por que tenía un pozo, que de hecho aún existe, y de la cual toma su nombre.

Como apunte histórico comentar que la Alquería del Pouet y otras muchas de Campanar, fueron derribadas para dar paso a la modernidad con numerosos y altos edificios, pero tras hacerlo, algunos expertos comparecieron ante el Juzgado de Instrucción número 12 de Valencia donde reiteraron el valor arquitectónico e histórico de las construcciones derruidas en el barrio de Campanar.

La historia de la Ermita del Pouet es curiosa y llena de fervor. Cuentan las crónicas, quizá mezcladas con algo de leyenda, que durante una riada del río Turia, llegó hasta ese pozo de la Alquería del Pouet, una cruz de madera, de la cual los vecinos desconocían su procedencia y, de esta manera, lo tomaron como algo divino, quizá como «una señal», y con un gran fervor por la recién encontrada cruz, en el mismo lugar donde la encontraron, levantaron una diminuta ermita para venerarla. Al Cristo de la cruz lo llamaron: Santísimo Cristo del Pouet.

Con respecto a la fecha del citado evento, todos, incluso la Catedral de Valencia, como anuncia en su cuenta de Twitter, dan como origen del mismo el año 1802, aunque en realidad en 1802 no hubo ninguna riada en Valencia, siendo la riada más próxima la ocurrida en 1783. Aunque la verdad es que según nos dicen Pilar Carmona y Joan Olmos en su libro «Río y ciudad: el caso de Valencia»:

«Entre 1321 y 1957 se registran 22 desbordamientos del Turia, 11 crecidas y 15 noticias de inundación sin referencia a la magnitud o alcance del acontecimiento».

Pudiendo haber ocurrido en 1802 alguno de estos eventos. Aunque también cabe la posibilidad de que no se construyera la ermita el mismo año de la citada riada, crecida o inundación del Turia de 1802.

Sea como fuere, la Ermita del Pouet, dedicada al Santísimo Cristo del Pouet, como lo indica en azulejería en el imafronte de la ermita, tiene planta rectangular pintada en el exterior completamente de blanco salvo una cenefa en tono marrón, que también actúa como rodapié, que circunda la puerta de arco escarzano de entrada y los laterales de la fachada principal. El techo está realizado con teja roja árabe a una agua o vertiente, teniendo su inclinación hacia la fachada principal, la cual tan sólo cuenta como elementos decorativos, dos retablos de seis azulejos cada uno. A la izquierda encontramos el retablo del Santísimo Cristo del Pouet, y a la derecha el retablo de Nuestra Señora de Campanar.

En lo alto de la fachada principal encontramos un acroterio escalonado, el cual en su centro conforma una espadaña que tenía una campana, quizá muy grande para el tamaño de la ermita, aunque hoy en día no está la campana. En lo alto de la espadaña hay una gran cruz también de un gran tamaño.

Debajo de la espadaña hay una pequeña placa metálica que conmemora la restauración a que fue sometida la ermita en 2000, y el segundo centenario de la ermita, aunque este sería en 2002. En la placa podemos leer:

«Clavariesas 2001
Mª Carmen Vila Garrido
Amparo Santamaría Torrijos
Carmen March Roselló
Teresa Rico Falcó
2º Centenario»

Es de agradecer que la puerta disponga de una gran abertura por la cual poder ver su diminuto interior y con ello las bellas imágenes que alberga, pues en el mismo, bajo un techo plano, encontramos un altar hecho en obra en la pared opuesta a la puerta, y sobre el mismo, y con un fondo carmesí enmarcado del que están colgadas varias fotos alusivas a temas religiosos, una cruz de madera con los símbolos de la pasión. A la izquierda del altar, sobre una peana hay una imagen del Santísimo Cristo del Pouet, al que también se denomina, Santísimo Cristo de la Agonía, aunque esta no es la imagen original pues la misma fue destruida en la Guerra Civil Española. La imagen que hoy en día podemos admirar es obra del escultor Pascual Gimeno, vecino de Campanar y miembro de una gran familia de artistas falleros y escultores, en la que encontramos al famoso Salvador Gimeno Torrijos «Tio Boro».

Este cristo tiene la particularidad de que no está mirando hacia abajo, de lado o levemente hacia arriba, sino que está mirando directamente hacia arriba con la cabeza hacia atrás.
En las diminutas paredes laterales hay sendas imágenes ancladas a la pared por unos soportes ornados, una de ellas de la Virgen de los Desamparados y la otra de Nuestra Señora de Campanar.

Las fiestas en honor al Santísimo Cristo del Pouet se remontan a 1802. Se celebran el último viernes de septiembre, realizándose el traslado de la imagen del Santísimo Cristo del Pouet desde su ermita hasta la iglesia de Campanar, donde permanece hasta el domingo siguiente en que vuelve de nuevo a su ermita.
Si pasas por la parte nueva de Campanar, no te pierdas esta pequeña gran maravilla.

El barrio de Campanar en Valencia, es sinónimo del fervor en Cristo.

 
 
 

Fuente:
El Periódico de Aquí

 
 
 
 
     
   
 
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