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ARTÍCULO 452

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EL DRAGÓN DE LA CALDERONA

 

 
 

No todo lo que se puede considerar «monumento» se inicia siglos atrás, ni todo lo que merece la pena ver tiene un origen romano, griego, visigodo… Y este es el caso del tema central de este artículo, el Dragón de la Calderona, una construcción única en su especie que tiene una relativa breve historia, pero llena de todo tipo de matices que la convierte en ser digna de mención.

Todo comenzó cuando la escultora en piedra Rhea Marmentini de ascendencia húngaro-chilena, tras visitar diversos países y ganar premios en Hungría, Francia y España, decidió afincarse definitivamente en nuestro país, España, en la soleada Málaga donde dispone de un gran taller de escultura en piedra.

Mas, en 2004 comenzó a recorrer la Comunidad Valenciana en busca de un lugar idóneo para poder desarrollar un gran proyecto que se conoció como «Gaia», en el que pretendía combinar y fundir en un todo, arte y naturaleza. Su búsqueda concluyó en el municipio de Gilet, en la Comarca del Camp de Murviedro en la provincia de Valencia, en lo alto de una montaña del Parque Natural de la Sierra Calderona, la cual es una gigantesca extensión de terreno que se extiende por dieciocho municipios, siendo su pico más alto el Montemayor con 1015 msnm, y quizá uno de sus picos más famosos sea el Garbí con 600 msnm, el cual es objeto de escalada perpetua y muchos hemos caído en ella.

Nuestra escultora encontró en la Sierra Calderona, en Gilet, un espacio que había sido una mina de rodeno ya abandonada, pero donde se palpaba en gran medida que la acción del hombre había rasgado el entretejido natural de la naturaleza, agravado esto por el hecho de que aún existía una construcción rectangular de bloques vistos, que la escultura calificó de «grotesca». Y, donde todos vieron sólo una antigua cantera en la que se extrajo mineral, Rhea Marmentini con su mirada de artista vio el lugar perfecto para construir su casa dragón que pasó a denominarse el Dragón de la Calderona.

De esta manera, ayudada por su marido (hoy ex marido), el saxofonista Perico Sambeat Esteve y su madre, la pintora y antropóloga Judit Nador, comenzaron la construcción de la casa dragón en septiembre de 2005 con el fin de que fuera un centro de investigación en el que, además, se buscaran vínculos de fusión entre el arte y la naturaleza y se realizaran actividades artísticas y recreativas con las que enseñarnos a todos a convivir en perfecta harmonía con el entorno.

Todo iba bien hasta que, en 2014 se declaró un incendió en la Sierra Calderona que obligó a evacuar a más de trescientas personas (según fuentes) incluidas las personas que en ese momento residían en la casa dragón, devastando ese incendio 68 hectáreas de monte. Como apunte extra comentar que, detuvieron al saxofonista Perico Sambeat como posible iniciador del incendio. Pero lo cierto es que este incendio marcó el fin de esta casa dragón como estaba concebida y con ello el proyecto que tenía en mente nuestra escultora de crear un bestiario en piedra con multitud de esculturas de animales mitológicos alrededor del dragón.

Rhea Marmentini se volvió a Málaga y abandonó la casa dragón, la cual durante seis años fue vandalizada y utilizada para cualquier fin que uno pueda imaginar, incluso quitándole las «escamas» de la «piel» del dragón realizadas en trencadís.

Mas, la buena fortuna quiso que Rhea conociera a una pareja italiana de artistas, Alex, cocinero, y, Akuna fotógrafa, y entre los tres aunaron esfuerzos para volver a reavivar el proyecto de Rhea en lo que denominaron «el despertar del dragón», pues como bien dice nuestra escultora: «el Dragón de la Calderona es un proyecto de vida», y como tal, nunca se acabará pues siempre habrá algo que hacer, algo que añadir, algo que mejorar… Así, desde finales de 2020 la pareja italiana reside en el Dragón de la Calderona, siendo sus custodios permanentes, dándole en esta ocasión una orientación de vivienda privada estando, además, vallada en su parte delantera. Pero a pesar de ello, todos los últimos fines de semana de cada mes, hay una jornada de puertas abiertas para que quien se sienta interesado por conocer de cerca por dentro y por fuera al dragón, lo pueda hacer, aportando una módica cantidad de dinero.

Además, también se han propuesto realizar talleres y otras actividades para promocionar la casa dragón, pero no con ánimo turístico sino cultural, de hecho, si se quiere desarrollar un proyecto relacionado con las actividades de la casa dragón, se puede enviar la propuesta para que sea examinada y considerada para ser admitida.

El dragón en sí visto desde fuera es impresionante, la puerta es la boca abierta del dragón, como en un constante rugido, teniendo una de sus patas muy próxima a ella. Desde la boca, a modo de lengua hay un pequeño pasillo en varias alturas conformado con teselas flanqueado con sendas hileras de piedras rodeado todo por dos hileras de largos, blancos y puntiagudos colmillos. En lo alto de la cabeza, rozando el techo de la construcción, se hayan los ojos, siendo estos, dos ventanas semicirculares con un parteluz que hace las veces de pupila, dando todo el conjunto una gran impresión artística de dragón real.

Las escamas que constituyen la piel del dragón, como ya he citado, están realizadas con trencadís, pero además recorriendo el lomo encontramos unas hileras de púas y, a ambos lados del lomo se extienden dos grandes alas con un techo ondulante como si fueran los pliegues. Pero lo más bonito es que todo el conjunto, está integrado en lo que fue la antigua cantera al más puro estilo «land art», también conocido como Arte de la Tierra o Arte Ambiental. Realmente visto desde arriba, tiene un aspecto impresionante y, como está construido mayoritariamente con elementos de construcción propios del lugar, se mimetiza en extremo con su entorno, llegando a confundirse en ocasiones dónde acaba la construcción y donde comienza la montaña.

Pero, el aspecto exterior, no da a entender todo lo que se oculta en las entrañas de ese inmenso dragón.

Nada más entrar por la puerta, se accede al interior de la cabeza donde se encuentra un taller de serigrafía, realizándola sobre papel reciclado. De ahí se pasa a la planta superior, directamente bajo el lomo del dragón, que acoge una habitación que está cerrada al público, un «cuarto oscuro» para hacer cianotipias que utiliza Akuma para mostrar a todos su buen hacer. De aquí se pasa a lo que sería el pompis del dragón donde encontramos un taller de pintura y una sala que contiene un aire acondicionado natural.

El ala izquierda del dragón alberga una sala de exposiciones, un taller de grabado, un gran salón y una cocina que cuenta con bellos mosaicos de iridiscentes colores. También cuenta esta casa dragón con un huerto ecológico y un jardín que trabaja y mantiene Alex.

Más, según comenta la creadora de esta ensoñadora casa, «lo mejor está por venir», pues ha retomado su proyecto de realizar el bestiario anteriormente citado.

Si te gusta la simbiosis entre lo natural y el buen hacer del hombre para congraciarse con la naturaleza, sin dejar de lado la estética y el buen gusto por el arte contemporáneo, no dejes de visitar esta casa dragón pues, seguro que te sorprenderá.

Gilet con su «Dragón de la Calderona» es sinónimo de unión entre artista y natura.

 
 
 

Fuente:
El Periódico de Aquí

 
 
 
 
     
   
 
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