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ARTÍCULO 437

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LA CASA DEL RELOJERO

 

 
 

El 17 de enero de 2021, este prestigioso diario, El periódico de aquí, me publicó un artículo titulado, «El primer reloj público de Valencia, España y Europa», por lo tanto, no voy a volver a comentar sobre este primer y único reloj, pero como todos supondremos, un reloj de estas características debía tener una persona encargada de su cuidado y mantenimiento, y esta persona tuvo una casa para él y su familia frente al reloj, la cual desde siempre se ha conocido como: la casa del relojero.

El reloj se instaló en un lateral de la torre campanario de la Catedral Metropolitana de la Asunción de Nuestra Señora de Valencia, llamada «El Micalet» («El Miguelete»), recayendo en una calle bastante estrecha que toma el nombre del campanario, y frente al mismo se construyó el edificio que, posteriormente, estuvo destinado a ser la casa del relojero, siendo parte de una gran manzana con diferentes construcciones.

Los primeros datos que hay de esta edificación se remontan a 1418, cuando el campanario El Micalet, aún estaba en construcción, pues las obras finalizaron oficialmente el 28 de enero de 1429.

Posteriormente, en 1675, apareció referenciada esta edificación en el capítulo XI del libro de la «Fàbrica de Murs i Valls» («Fábrica de Muros y Fosos»). Esta institución foral valenciana nacida en 1358 tras la riada de ese año, denominada, «Golpe de agua», fue la encargada de realizar las obras públicas, reparaciones en los pretiles del río, etc. y además, cobranza de algunos impuestos. Podríamos decir que fue la entidad precursora de lo que actualmente sería Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo; el de Fomento, o nombres similares.

Esta construcción de fachada bastante estrecha, consta de cuatro plantas, y se corresponde con la típica construcción vecinal de obrador, destinada a una unidad plurifamiliar de clase burguesa. La última planta está abuhardillada, teniendo en la fachada principal, tan sólo dos ventanas realmente pequeñas. Y, las dos plantas intermedias tienen dos balcones cada una con una barandilla corrida entre ambos. El acceso entre las plantas se realiza por medio de una escalera interior. Se sabe que, entre esta casa y la torre del Micalet, había un pasadizo elevado que utilizaría el relojero para realizar sus quehaceres de reparación y mantenimiento, pero este pasadizo desapareció hace muchísimos años, siglos. Cuando esta edificación acogió al relojero, la planta baja la dedicó al taller que mantenía para su habitual quehacer.

En la fachada del edificio, entre el vacío de los balcones de la primera y segunda planta, hay un Escudo de Valencia, el cual en 2014 fue declarado BIC (Bien de Interés Cultural), y la edificación completa se encuentra dentro del Catálogo del Plan Especial de Protección de los Entornos BIC de Ciutat Vella, encontrándose a su vez dentro del entorno del Bien de Interés Cultural de la Real Basílica de Nuestra Señora la Virgen de los Desamparados.
En los siglos XVIII y XIX esta edificación modificó algo su estructura, llegado esta hasta nuestros días.

Al eliminar en la década de 1960 el reloj del campanario, ya no había necesidad de un relojero y, se dedicó a otros usos como una cerería, lo que llevó a que la planta baja fuera totalmente remodelada para adaptarse a las nuevas necesidades. Mas, con el paso del tiempo, la edificación quedó vacía, así como las otras edificaciones que constituían esa manzana y, poco a poco se fueron derrumbando. Citar a modo de ejemplo que, en 1999 se derrumbó una casa colindante para construir las oficinas y taquillas para la exposición «La luz de las imágenes», y cuando esta exposición concluyó, se derrumbó esa efímera construcción.

Llegó el momento en que la única construcción que quedaba en pie de esa manzana, era la casa del relojero, la cual era complejo derrumbar por su grado de protección y otros factores, pero la misma, poco a poco, sin que su propietario titular, el Ayuntamiento de Valencia, hiciera nada al respecto, se fue deteriorando hasta el punto de amenazar ruina, y esto condujo a que, realmente urgiera una solución al problema de esta edificación que se había quedado aislada en una explanada de unos 274,55 m2
Tras la rehabilitación que todos esperaban que se le hiciera, se barajaron varias posibilidades de uso, así surgieron propuestas como:

Academia de aprendizaje de la lengua valenciana
Sala de lectura y estudio
Academia de bailes valencianos
Centro de interpretación del Santo Cáliz
Servicio de información turística
Jardín
Centro cívico y social
Biblioteca especializada en autores valencianos
Biblioteca de cartografía
Restaurante de platos valencianos
Museo del mar
Sala de exposiciones
Regalos valencianos

Pero lo que a nadie se le ocurrió y nadie pidió, es que se realizara un «Museo del reloj», en el que la estrella fuera el reloj del Micalet, pues ese hubiera sido uno de los mejores homenajes que Valencia le hubiera podido dedicar al que fuera el primer reloj público de Valencia, de España y, posiblemente del mundo.

Finalmente, en junio de 2021 se iniciaron las obras de rehabilitación del edificio, al que le van a añadir en un lateral una construcción de nueva planta con un aspecto totalmente moderno que, bien podría desentonar con el entorno clásico y medievalista. Y, el uso que se le va a dar definitivamente será de ámbito socio-cultural, aunque desde la alcaldía aún no han comunicado exactamente qué uso específico tendrá.

A modo de conclusión comentar que, arquitectónicamente, la edificación en sí no destaca de las demás de su entorno o de las demás que se pudieran construir en la época, pero en lo que reluce con luz propia, es en ser la primera casa que albergó al primer relojero que se encargó del mantenimiento y cuidado del primer reloj público de España, y eso es de un valor incalculable. En la rehabilitación se ha anunciado que, para la fachada se utilizará un cromatismo tal y como sería originalmente, y las nuevas fachadas se realizarán en ladrillo con mortero de cal.

Valencia es sinónimo de primeras veces y siempre «a tiempo».

 
 
 

Fuente:
El Periódico de Aquí

 
 
 
 
     
   
 
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