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ARTÍCULO 432

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LA BELLA LOLA

 

 
 

Para los nacidos en Torrevieja y los turistas, unas paradas del todo imprescindibles son la estatua de «La Bella Lola», y la estatua llamada «Monumento a la mujer del marinero», también llamada popularmente la Bella Lola. Pero además de estas dos estatuas de la Bella Lola, situadas en esta bella ciudad alicantina al sur de la Vega Baja, separadas entre sí pocos metros, existe una tercera estatua con el mismo nombre de la Bella Lola, pero no situada en Torrevieja sino en Oviedo. Las tres esculturas son obra de la escultora Carmen Fraile.

Mas, realicemos un breve paseo por la historia. A finales de 2000, se inauguró el Paseo Marítimo de Torrevieja que lleva el nombre de «Juan Aparicio» (1906-1987), paseo que también es conocido por el nombre popular de «Paseo de las Rocas» dada su construcción mayoritariamente sobre peñascos de la costa del mar Mediterráneo. Hay que apuntar que, sobre algunas de las citadas rocas, en la década de 1940 se instalaron numerosos bancos de ladrillo, cemento y cal, que han tenido que ser restaurados en alguna ocasión por el deterioro que les produce estar situados en la orilla del mar. Este original Paseo Marítimo se extiende desde la playa del Cura hasta el Paseo de la Libertad, y simultáneamente con él, se inauguró el Dique de Levante, situado en su extremo sur.
El Paseo Marítimo es obra de la arquitecta Carmen Pinós (1954), el cual se va adaptando al sinuoso trazado de la costa, estando situado en ocasiones sobre un lecho de rocas y en otras ocasiones sobre el lecho de la arena de la playa. Así de este modo, el paseo está repleto de rectas y curvas y, durante todo su trazado podemos encontrar numerosos bancos, unos miradores que nos muestran una impresionante vista del mar mediterráneo, algunos «brazos» del paseo que se adentran en el mar otorgándole una gran belleza al mismo y mucho más.

La escultura de la Bella Lola se encuentra en el extremo sur del paseo, cerca del Bufador Torrevieja y del nuevo emplazamiento de la escultura llamada «Monumento al hombre del mar» y, es una obra en bronce que representa a una mujer sentada en uno de los grandes bancos blancos citados anteriormente, mirando con insistencia hacia el mar. La estatua, de tamaño real, tiene un semblante que podríamos calificar de sereno, aunque no falto de cierto componente de tristeza. La estatua está totalmente recostada en el respaldo del banco con la cabeza girada y apoyada en su mano izquierda, la cual a su vez se apoya en el reposabrazos del banco. Cabe apuntar que desde el Paseo Marítimo esta escultura se ve solitaria y algo ensoñadora.

La estatua «Estatua a la mujer del marinero», llamada también la Bella Lola, es de tamaño real y se encuentra en la mitad del Dique de Levante, representando a una mujer que está en posición de caminar hacia el mar con un pañuelo en la mano derecha, como si se quisiera despedir de alguien, y en realidad, así es, pues ambas esculturas representan a la mujer torrevejense que en los tiempos en que Torrevieja era un lugar eminentemente pesquero, salían a despedir o a recibir a sus esposos, hijos, padres… a sus hombres queridos. Y esas son las dos posturas que adoptan las dos estatuas, la que está próxima al Bufador de Torrevieja, representa a la mujer que esperaba que viniera su hombre, y la que está en el Dique de Levante representa a la mujer que despedía a su hombre.

Pero estas estatuas, sobre todo la que se encuentra sentada en el banco encalado al extremo sur del paseo, tiene una romántica, tierna y trágica historia, pues cuenta la misma que una mujer torrevejense, la Bella Lola, vio partir un día a su amor, a su esposo Antonio, junto a nueve marinos más adentrándose en la mar a faenar como hicieran habitualmente, pero un día «La Gaviota», el barco en el que pescaban, nunca regresó a la playa. Tras esto se organizó una amplia búsqueda de los marinos hasta que definitivamente el 12 de mayo de 1919 se canceló la búsqueda de los hombres, dando por sentado que todos los hombres habían muerto y los había engullido la mar hasta lo más profundo de la misma. Además, del barco tampoco se encontró nunca ningún resto. Sigue contando la historia que la Bella Lola ese día salió con un camisón blanco y su larga melena oscura recogida en un moño a esperar a su marido, y que a partir de ese día salió a esperar su llegada todos los días de su vida, pero su amado Antonio nunca volvió. Ahora con esta estatua la Bella Lola podrá esperar a su amado Antonio in eternum sentada en su banco de piedra encalada y con la mirada fija obsesivamente en el mar.

Pero como comentaba, aún hay una tercera estatua, la cual también fue creada por la escultora Carmen Fraile, pero esta fue regalada en 2009 por Torrevieja a Oviedo, capital del Principado de Asturias, sellando con ello el «Hermanamiento» entre ambas ciudades españolas, siendo alcalde de Oviedo Gabino de Lorenzo y alcalde de Torrevieja Pedro Hernández. Esta estatua se instaló en un banco municipal de madera de la Plaza de Fontán y es una réplica casi exacta de la estatua de la Bella Lola que en Torrevieja está sentada mirando continuamente hacia el mar, solo que la replica de Oviedo no mira al mar al estar en una plaza del interior de la ciudad.

Como anécdota comentar que existe una habanera que lleva por título «La Bella Lola» y que habla de una mujer que espera a su marido que es marino, coincidiendo con la historia torrevejense, y cuyo estribillo dice así:

«¡Ay, qué placer sentía yo
cuando en la playa sacó el pañuelo y me saludó!
Pero después, vino hacia mí,
me dio un abrazo, y en aquel lazo creí morir».

Para todos los visitantes y nativos de Torrevieja, visitar las dos estatuas es una parada imprescindible, pues en cuanto se conoce la historia de Lola, se hace casi imposible no buscar ambas estatuas para poder hacerse una foto junto a ellas, de hecho, sentarse en el banco junto a la estatua de la Bella Lola mirando al mar, es una de las fotos más habituales entre los turistas de Torrevieja.

Torrevieja es sinónimo de misterio y tradición marinera.

 
 
 

Fuente:
El Periódico de Aquí

 
 
 
 
     
   
 
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