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ARTÍCULO 429

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MONUMENTO A ISIS

 

 
 

Valencia cuenta con multitud de curiosidad que debemos descubrir para conocer mejor la tierra que nos vio nacer, la tierra de acogida o simplemente, ese bello rincón del mundo donde vamos a pasar nuestras merecidas vacaciones. Y así, con ese espíritu de saberlo todo, nuestros pasos en algún momento nos deben conducir hasta el Complejo Polideportivo de la Pechina, situado en el Paseo de la Pechina, 42, y justo en a la puerta que da acceso a su jardín, en el pretil del río Turia que hay frente a ella en la acera de enfrente, nos encontraremos con el Monumento a Isis, el cual tiene trazas de estilo barroco y no es excesivamente grande, pero en cambio, sí que es muy significativo, sobre todo a la hora de saber algo más sobre la historia más desconocida de Valencia.

Pero antes deberíamos saber quién fue Isis, llamada «La diosa del trono» o «La gran maga». Isis fue la esposa del dios Osiris al cual lo mató Seth, el hermano de Isis, y cuenta la leyenda que esta se convirtió en gavilán y batió las alas hasta que el aire que produjo insufló a su marido el aliento vital para volver a la vida, y una vez vivo de nuevo, antes de que desapareciera la magia, se quedó embarazada de su esposo, pariendo al dios Horus para que este pudiera vengar la muerte de su padre. A Isis se le considera la diosa egipcia de todos los ritos relacionados con la muerte.

Desde que Egipto pasó a ser una provincia romana en el 30 a. C. tras la victoria de Octavio (63 a. C.-14 d. C.) (futuro emperador César Augusto), derrotando a Cleopatra (69 a. C.-30 a. C.) y Marco Antonio (83 a. C.-30 a. C.), como era costumbre en el pueblo romano asimilando a su cultura cuantas creencias eran de su agrado de los territorios conquistados, incorporaron a su cultura el culto a Isis, y de esta manera este culto se extendió con bastante rapidez por los dominios romanos llegando hasta Valencia, pues en 138 a. C. el cónsul romano Décimo Junio Bruto Galaico (180 a. C.-113 a. C.) la fundó bajo el nombre de Valentia.

Según el historiador Jaime Alvar Ezquerra (1955), el culto a Isis pudo haber sido transmitido a Hispania por comerciantes o militares y, evidentemente por simples ciudadanos y personas de paso.

Tras esta inmersión en la historia antigua, en algunos momentos incluso con tintes de leyenda, llegamos hasta 1759, año en que se renovó uno de los paredones del azud de Rovella y, justamente el día 17 de octubre, en el trascurso de las obras, se encontraron dos lápidas romanas en mármol negro saguntino, las cuales en el momento de su hallazgo se encontraban en bastante buen estado. Este extremo lo tenemos documentado en el libro de acuerdos y documentos de la Fábrica Nueva del Río, que se llamó «Murs i Valls de Valencia» («Muros y Valles de Valencia»), en el año 1760, en el folio 4, firmado por los maestros canteros Andrés Soler y Diego Cubillas, se puede leer un texto que da fe del hallazgo de esas lápidas y los textos que en ellas había.

El monumento en sí consta de una obra de estilo barroco en la que hay encastradas tres lápidas una puesta bajo la otra. La que se encuentra en lo más alto es una lápida redonda que no es de origen romano y se cree que data del siglo XVIII. En el centro de la misma en un bajo relieve se puede ver el Cuerno de Almatea, más conocido como cornucopia o el cuerno de la abundancia, que está cruzado por los rayos de Júpiter, emblema este en su conjunto que fue el primer escudo de la ciudad de Valencia en época romana. A su alrededor encontramos la leyenda:

«CO JVIT VALENTIA»

Que según historiadores lo traducen como:

«Valentia Colonia Juris Italici» («Valencia Colonia de derecho itálico»)

o

«Valentia Colonia Julia Italica»

Bajo esta placa encontramos la que hace referencia propiamente dicha a la diosa Isis, una placa rectangular de no muy grandes dimensiones en la que podemos leer:

«Sodaliciv vernarvm colentes isid»

Aunque los historiadores piensan que en un principio pondría:

«Sodalicivm vernarvm colentes isidem»

La traducción de este texto sería algo así como:

«El colegio de los vernas de los adoradores de Isis»

Los «vernas» o «esclavos domésticos», eran los esclavos que nacían en la casa de los amos ya como puramente esclavos desde su nacimiento. Estos esclavos eran mejor considerados que los que se podían comprar. Se piensa que esta lápida pudo ser realizada por una cofradía de vernas imitando las creencias de sus amos.

La lápida que está más abajo también es de la época romana, pero se estima que se sobrescribió en el siglo XVIII dado que la leyenda que hay sobre ella viene a contar la manera en cómo se encontraron las lápidas.

La leyenda es la siguiente:

«Siste antiquitatis amator, diu socii in alveo sepulti lapides A. D. MDCCLIX inventi, et sequenti in hunc proximorem locum positis, Dic quando primum erecti»

Según el historiador Manuel Gómez Marco, la traducción sería:

«Detente amador de las antigüedades. Estas dos lápidas sepultadas en el álveo del río, fueron descubiertas en el año del Señor 1759 y en el siguiente se colocaron en este más próximo lugar. Di en dónde y cuándo fueron colocadas».

Y, bajo esta última lápida, casi a ras del banco del pretil que hay a su pie, encontramos tallado en la piedra el número 13 en grandes dimensiones.

El monumento se encuentra en un estado de casi total abandono, al que se unen todos los actos vandálicos de las personas que no saben valorar el patrimonio histórico-cultural de su ciudad o de la ciudad donde residen, y esto está haciendo que todo el conjunto se esté deteriorando con extrema rapidez.

A todos los amantes de la historia, sobre todo de la historia de valencia, no os perdáis la visita a este Monumento a Isis y sacar alguna foto de él, antes de que ya no exista engullido por la dejadez y la brutalidad.

Valencia (España), es sinónimo de patrimonio histórico-cultural.

 
 
 

Fuente:
El Periódico de Aquí

 
 
 
 
     
   
 
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