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ARTÍCULO 406

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EL IMPONENTE CASTILLO DE PETRER

 

 
 

La Comunidad Valenciana, dada su larga historia como ciudad y luego como reino, (taifas musulmanas y luego cristiano), fue en el medievo un lugar codiciado por todo tipo de pueblos por su gran riqueza y su enclave estratégico, convirtiéndose en un verdadero paraje sembrado de imponentes fortalezas y castillos desde los que se realizaron todo tipo de gestas en las más épicas batallas. Hoy, nos vamos a realizar un breve paseo por la historia de uno de esos castillos, el Castillo de Petrer.

Para sumergirnos en sus orígenes, tenemos que irnos un lugar que los romanos llamaron Villa Petraria, de ahí el nombre de Petrer, pero sobre finales del siglo XII o principios del siglo XIII, cuando los musulmanes construyeron el castillo, lo denominaban Bitrir.

En 1238 los musulmanes perdieron sus dominios sobre las tierras valencianas, y Petrer con su castillo se lo disputaron los reinos de Castilla y de Aragón, pasando en 1244, en virtud del Tratado de Almizra que estableció la frontera entre ambos reinos, a ser parte del reino de Castilla. Algún tiempo después, el rey castellano Alfonso X (1221-1284) llamado «el Sabio», cedió el castillo a Jofré de Loaysa (s. XIII-1308), familia que ejerció el Señorío de esas tierras hasta el siglo XV.

Pero en 1264 la población mudéjar, es decir, los musulmanes que vivían en territorio cristiano, cansados del despotismo de Jofré Loaysa tomaron el castillo, y ante esta situación, el rey Alfonso X pidió ayuda a su suegro el rey Jaime I (1208-1279) llamado «el Conquistador», el cual pronto consiguió que el castillo volviera a manos de su yerno el rey Alfonso X.

Mas, en 1296, a causa de unas desavenencias entre los reinos de Castilla y Aragón, los aragoneses invadieron estas tierras castellanas y el reino de Murcia, y la familia de Loaysa que era fiel al reino de Castilla, pronto le juró fidelidad al rey de Aragón. Y con estos mimbres llegamos hasta 1304 con el Tratado de Torrellas y 1305 con el Tratado de Elche, a través de los cuales, la población y el castillo pasaron a ser parte del reino de Aragón. Y tras la muerte del rey Pedro I de Castilla (1334-1369) llamado «el Cruel» por sus detractores y «el Justo» por sus partidarios, en la llamada Guerra de los dos Pedros, con la consiguiente victoria de Pedo IV de Aragón (1319-1387) llamado «el Ceremonioso» o «el del Punyalet» («el del Puñalito»), Petrer y su castillo definitivamente pasaron a formar parte de la Corona de Aragón y del Reino de Valencia.

A principios del siglo XV muere sin descendencia Leonor de Loaysa, última descendiente de ese linaje, y el castillo pasa a ser posesión de la reina Violante de Aragón (1236-1300 o 1301), la cual en 1431 lo vendió a Jimeno Pérez de Cordella (1400-1457), y este y su familia, dado que la época de las guerras entre reinos estaba llegando a su fin, convirtieron el castillo en una edificación residencial, despojándolo totalmente de su carácter militar inicial.

El castillo en este momento recibe su primera remodelación, y se cree que fue en ese momento cuando se elevó la Torre del Homenaje en una planta más, quedando la misma con dos plantas, una terraza almenada y un sótano que se habilitó como mazmorra. Además, los Pérez de Cordella construyeron una capilla dedicada a Santa Catalina. Pero de nuevo en el siglo XVI, el castillo es vendido a Juan de Coloma (1440 o 1443-1517), adscribiéndolo al condado el Elda del que era conde.

Posteriormente las Cortes de Cádiz (1810-1814) hicieron desaparecer los señoríos, y luego la Desamortización de Mendizábal (1836-1837) realizada por Juan Álvarez de Mendizábal (1790-1853), llevaron el castillo casi al más absoluto abandono, momento en que sus piedras fueron utilizadas para construir algunas de las casas del pueblo, llegando en las siguientes décadas a quedar el castillo casi en ruinas.

En esta situación llegamos a 1968, siendo el dueño del castillo el obispado de Orihuela, y al ver este el estado ruinoso del mismo, lo cedió al ayuntamiento de Petrer, y gracias a la gestión de este consistorio, entre finales del siglo XX y principios de XXI, el castillo ha sido rehabilitado por completo, luciendo en la actualidad una imagen impecable e imponente.
En la época moderna, el castillo ha tenido dos grandes reformas y rehabilitaciones. La primera de ellas se realizó en 1982, y en 1983 fue catalogado como BIC «Bien de Interés Cultural», y poco después, en 1986 como «Monumento Histórico Artístico de Interés Nacional». La segunda gran restauración se le realizó en 2010. Gracias a ello, la sala abovedada con bóveda de medio cañón que se encuentra nada más entrar a la izquierda, se usa en la actualidad como sala polivalente en la cual se realizan recitales, todo tipo de actos culturales e incluso bodas civiles.

El castillo se encuentra en Petrer, en el Valle del Vinalopó en la comarca del Medio Vinalopó, en lo alto de un cerro llamado Del Testigo, a una altura de 461 m.s.n.m. y desde el mismo se puede ver todo el valle del Vinalopó y otros castillos cercanos como el de Sax o Elda. Su situación en el momento de su construcción era muy estratégica pues controlaba el paso entre la meseta castellana y la costa mediterránea. El acceso al castillo se realiza por una puerta que tiene un matacán volado defensivo.

El castillo consta de tres partes bien diferenciadas:

La Explanada
Una gran superficie amurallada que rodeaba al castillo en la que se han encontrado restos de viviendas. De esta muralla exterior tan sólo queda un lienzo en tapial reconstruido en múltiples ocasiones.

La alcazaba o castillo propiamente dicho
Un recinto amurallado construido entre los siglos XII y XIV en mampostería y sillares o refuerzos en las esquinas, el cual tiene forma poligonal para adaptarse al terreno donde se construyó. Su muralla tiene un camino de ronda durante todo el perímetro y, está unida en una de sus esquinas a una edificación rectangular no muy alta.

La Torre del Homenaje
Una gran torre de planta rectangular situada en el interior del recinto amurallado y construida en tapial, que desde el siglo XV consta de sótano, dos alturas y terraza almenada, al igual que la muralla y la torre aneja a ella. Para subir a la torre se utiliza una escalera volada por el exterior.

El sótano en época musulmana fue utilizado como aljibe, y a partir del siglo XVI se utilizó como mazmorra, abriéndose un gran aljibe bajo el patio de armas, en cual en la actualidad está cegado.

El patio de armas no es excesivamente grande y está organizado con terrazas para salvar el desnivel del terreno.

Es de destacar que durante el tiempo que el castillo estuvo abandonado y en ruinas, las personas más necesitadas de la población, excavaron en sus cimientos unas Casas Cueva, que hoy, junto al castillo, se pueden visitar en una ruta turística.

Sin lugar a dudas es un castillo que no podemos dejar de visitar.

Petrer es sinónimo de patrimonio histórico-artístico.

 
 
 

Fuente:
El Periódico de Aquí

 
 
 
 
     
   
 
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