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ARTÍCULO 330

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LA LUZ AL FINAL DE UN CAMINO CON MÁS PENA QUE GLORIA

 

 
 

Tras un largo confinamiento casero en el que las salidas a la calle han estado muy restringidas, por fin parece que podemos decir que comenzamos a ver la luz al final del camino, de un camino de penurias caseras, y sin demasiadas glorias, que hemos padecido lejos de la luz del sol, y al calor de la nevera (¡vaya oxímoron!), pues no hemos dejado de acudir a ella buscando consuelo. ¡Si el espejo hablara!

En nuestras primeras salidas a la calle de una forma regulada en franjas horarias por el mando único del gobierno, comprobamos que, algunas cosas siguen estando donde las recordábamos hace más de dos meses, pero otras, como la Plaza del Ayuntamiento o la calle de Colon, comprobamos que han cambiado radicalmente, modificando para siempre, o, por muchos años, el trazado al que estábamos acostumbrados. La historia se encargará de decir si ha sido un acierto.

En este impase, algunas de la entidades más señeras y decanas del ámbito cultural valenciano como el Ateneo Mercantil de Valencia, con doña Carmen de Rosa Torner como presidenta del mismo, ha tomado la gran iniciativa de realizar algunas de sus conferencias habituales a través de videoconferencias utilizando un programa que se está convirtiendo en la estrella de esta cuarentena, Zoom.

Así, de esta manera tenemos que desde el día 13 de mayo, el Ateneo Mercantil de Valencia ha impartido las conferencias, «El periodismo en tiempos de COVID-19», «Capítul dels Cavallers Jurats de Sant Vicent Ferrer», y, «La Virgen de los Desamparados y las epidemias en Valencia». Esta iniciativa, a buen seguro, hará las delicias de todos los amigos e incondicionales del Ateneo. Aunque hay que decir que, el calor humano y el ritual de recepción de los asistentes, hablar con ellos y estrechar sus manos, no lo puede suplir ninguna tecnología actual.

Pero, además de ese gran avance, el Ateneo también ha iniciado en Ivoox, plataforma dedicada en exclusiva a compartir audios de todo tipo, una gran campaña poniendo a nuestra disposición los podcasts de las conferencias más importantes impartidas en el Ateneo.

Con estas acciones del Ateneo Mercantil de Valencia, siempre a la vanguardia de la tecnología, y de su buen hacer en pro de la cultura valenciana desde 1879, siendo su primer presidente don Virgilio Beltrán Ibáñez (1858-¿?), nos pone más fácil sobrellevar el confinamiento que estamos padeciendo, así, sin salir de casa podemos acceder a todo un mundo cultural.

Un mundo cultural que, al igual que los libros, hacen que las largas horas que cada día se deslizan pesadas por las manecillas del reloj, se hagan más llevaderas.

Hoy comentaré el libro Cinco horas con Mario del genial escritor vallisoletano (España), Miguel Delibes Setién (1920-2010), el cual, además de este libro, nos legó otros tan grandes como La sombra del ciprés es alargada, Los santos inocentes, o, Señora de rojo sobre fondo gris.

Cinco Horas con Mario, tiene dos claros protagonistas, Carmen, la desconsolada viuda, o no tan desconsolada, que protagoniza el soliloquio que cubre todo el grueso de la novela y que transcurre durante la noche en que vela en soledad a su marido. Y, Mario, el marido de Carmen que, aunque no dice ni una sola palabra, pues Delibes nos lo describe muerto y en el ataúd, está presente durante toda la novela, en ocasiones, casi más que la propia viuda que es la que narra toda la historia vagando y divagando sobre los recuerdos propios y en común con su marido.

La novela comienza al final del velatorio que familiares y amigos están realizando a Mario, una persona, al parecer muy querida por todos, aunque con ciertas excepciones.

Poco a poco todas las personas van retirándose hasta que Carmen, la reciente viuda, se queda a solas con Mario, momento en el que comienza, primero con cierto reparo, y poco tiempo después sin él, a echarle en cara a su difunto marido que su matrimonio no ha sido feliz, o por lo menos, no todo lo feliz que ella hubiera esperado, pues, como repite en varias ocasiones, (el libro es algo repetitivo), ni siquiera en su noche de bodas se lo pasó bien, pues Mario la rechazó.

La mayoría de los reproches son del tipo sexual y de comportamiento de pareja, donde plasma a un Mario algo frío, distante y muy metido en su trabajo como escritor de artículos, de los cuales duda mucho de la calidad de los mismos.

Tras varias decenas de páginas de un monólogo interminable que llega a sufrirse más que a disfrutarse, llega un momento estelar antes de que llegue su hijo por la mañana, en el que confiesa a su marido que le fue infiel, aunque tan sólo fuera con un abrazo y un beso, y postrada de rodillas requiere el perdón de su marido, pero Mario ya no puede perdonarla ni recriminárselo.

El libro acaba dándose cuenta Carmen que, a pesar de su tragedia particular, el mundo sigue adelante ignorando por completo la ausencia de Mario y su sufrimiento por ese penoso trance.

He de decir que Cinco horas con Mario, no es uno de los mejores libros que he leído, pero refleja perfectamente que no hay que lamentarse ante una situación cuando esta ya no tiene remedio, sino que hay que solucionarla antes de que sea irremediable, sea provocada esa situación por motivos naturales o a golpe de BOE (Boletín Oficial del Estado).

Como siempre y desde cualquier punto de vista con el que se mire…

Valencia es sinónimo de cultura.

 
 
 

Fuente:
El Periódico de Aquí

 
 
 
 
     
   
 
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