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Directorio de poetas que escriben en Rima Jotabé



Rima Jotabé



Directorio de poetas que escriben en Rima Jotabé en lenguas diferentes al Español

Directorio de Poetas que escriben en rima Jotabé en español
 
 
WILLIAM ÁLVAREZ MONTOYA
 
Poemas
 
William Álvarez Montoya

William
Álvarez Montoya

Antioquia (Colombia)
Por la ciudad fusente regurgito mis trenos

(Jotabés con diversas métricas)


1. Dos gaviotas

Éramos dos gaviotas sobre la undosa mar
sin rumbo ni acimut: sólo viento al navegar.

Un hado misterioso signó nuestros destinos
de sólo sofrosines por cerros y caminos,
de epiqueyas: pletóricos los ardorosos sinos,
crisopeya incombusta: los sexos y los vinos.

Sandungas, pasmarotes, jolgorios lupercales,
por frondas y callejas eran nuestros vitrales.

El destino y sus ritos sólo pudo acabar
el deliquio inconsútil con los fuegos cetrinos
de la parca y cantigas, de tu muerte y rituales.


2. Hirsuto y cabizbajo

Hirsuto y cabizbajo y absorto he retornado
a los lugares de antes do habíamos jugado

en la niñez ubérrima de risas y bondades
sin sospechar entonces que en campos y ciudades
se batía la guerra de muertes y saudades
compulsando los trenos de los idos cofrades.

Suripantas y parias, basuriegos, gaminas,
son el rescoldo escuálido que manos asesinas

por la ciudad fusente sin piedad han dejado
con ristras de cadáveres, oprobios y maldades,
de mustios corazones y miradas cansinas.


3. Se sabe desechable

Se sabe desechable por la ciudad fusente
y engarzada en los falos, la mujer transparente

regurgita la endecha de sus raucas grafías;
la calleja destila por las noches, los días,
cadáveres absintios de obscuras melarchías:
la impronta soterrada de las melancolías.

Con los parias transita, subyacente y poluto,
el sistema corrupto con su bosta y esputo;

y al fragor coruscante del exhosto bullente,
la pebeta se frunce con sus rucas dulías
y el mendigo colapsa solitario y enjuto.


4. Con ustorias palabras

Con ustorias palabras del sochantre, homilía,
se acentúa la férula del sistema y manía

de inconsútiles costumbres y yugo cotidiano:
del trasegar insombre con la vacía mano,
subyacente ritual y rito de lo inhumano,
persistente incombusto cual vuelo del milano:

y al fragor putrescente de los cuerpos podridos
con grisallas mostrencas de los raucos olvidos;

por el río y callejas, soledades, porfía
del hirsuto fantoche con trasiego mundano:
laberintos de enigmas y rituales manidos.


5. Endecha silente

Los pájaros obscuros: hastiados del volar;
libélulas, las noches y los días, la mar;

en la rada: sirenas diuturnando sus senos
con la endecha silente, las cantigas, los trenos,
los transidos recuerdos de momentos amenos
y el amado trasunto por lo más y lo menos,

la luciérnaga glauca de esa canción de antaño
todavía alebresta por la fronda este ogaño;

y engarzada en rituales la mujer del lagar
va tronchando mandrágoras por senderos ajenos,
anunciando la endecha del fantoche de huraño.


6. La carcoma inconsútil

La carcoma inconsútil del olvido diuturno
me atosiga inclemente con su rito y coturno;

al fulgor del zodíaco con su ustoria soflama
voy cantando los trenos de tu olvido y diorama;
perspicaz suripanta que en el falo encarama
sus anhelos bestiales con la estrige en la rama

entonando los ritmos, contumaz cantilena,
do se añuda al bullicio, de los tangos, la pena.

Por la senda bañada con el cielo nocturno
voy cantando mis trenos al ritual do se trama
el hirsuto suplicio de mi ruda faena.


7. La espelunca vacía

La espelunca vacía, la otredad coruscante
reperfilan la endecha del espacio, el instante;

la sinergia dinámica de tu olvido en mi sino
acrisola los versos del fantoche cetrino
se entremezcla suasoria con sochantre ladino
para urdir contumelias del trasiego y camino;

en tramar los rituales del recuerdo y soroche
en mi cárcava umbría se empecina la noche;

y en extraño artilugio, lo cutrez y enervante,
van tejiendo texturas de mi umbroso destino
al fragor de los versos del obscuro fantoche.


8. Tangomaquias

Cada vez que los tangos apuñalan callejas,
por el río, cadáveres bailotean sus quejas

y se asienta en los plexos, de la estrige, su canto,
adumbrando cortejos, de las viudas, su llanto,
y el sistema destila su otredad y su espanto
al compás de milongas; la ciudad con su encanto,

vanistoria y profusa, solivianta saudades,
las miserias del paria, lo cutrez, soledades,

la bitácora mustia de las etnias añejas;
suripantas cansinas con sus rufas y manto
que la noche entreteje con dolor y otredades.


Cada vez que los tangos apuñalan la noche
se oye el canto estentóreo del umbrío fantoche;

los cortejos abruman las callejas, la fronda
sin que nadie lo explique, ni siquiera responda,
la pregunta que siempre se formula la ronda
o el sisorio esperpento de la urbe y su oronda,

maquiavélica, trama conque tasa destinos,
oquedades, aceras, las rotondas, caminos,

y se allega, suasoria, por la cárcava y toche
donde medra el malevo, suspicaz trapisonda,
conque estarce la muerte por ciudades y sinos.


9. Incombustible sendero

Por el incombustible sendero de los sueños
rememora libélulas, los eventos porteños,

signados por cadáveres, y el río, las sirenas
de altazores inútiles, bodrios cantilenas
de la madre con la abuela, los barcos con las penas
los ancestros cotidianos con los juegos, las faenas

campesinas, la guerra con sus muertes, hambrunas
de sangrientas hecatombes, las luciérnagas, las lunas,

las marchas azulencas del cangrejo, los dueños
del poder y los ojos sembrados en arenas,
los samanes, la rada, marismas y las dunas;


del adiós su amargor, y con los pasos cansinos,
hormigón, pavimentos, algarabías, sinos

de las cálidas manos, la caricia en los panes
de la mesa; retozos en los patios, desvanes,
bucólicos momentos del vivir sin afanes;
los temores, las huidas, los sangrientos desmanes

opresores de cuerpos y de almas, las dudas,
la casa del abuelo, las palabras desnudas

que la muerte ejercita por los rudos caminos,
y se añuda a la impronta precesión de alacranes
con su infesta alharaca de las prosapias mudas.


10. Levedad de la noche

Algo medra en la hirsuta levedad de la noche
que es afín al cangrejo, suripantas, soroche,

y desata rituales de los tangos, milongas,
nimiedad de los parias, las grafías oblongas,
ciparisos, las frondas, estoraques, candongas,
algoritmos de danzas, las matracas, las congas;

algo cuelga del pico de milanos en vuelo,
del fantoche y sus versos, de las hembras en celo,

que es análogo al rito del malevo y su amoche,
de los parias insombres y sus voces pilongas,
del sistema corrupto, lo procaz del recelo.


11. Si a nombrarte volviera

Si a nombrarte volviera por la noche tan bruja
y mirar en tu pubis cómo el Alma se estruja

entre cerros y valles, por la fronda y callejas,
necesario sería que el cadáver, sus quejas,
fuera sólo el recuerdo de la guerra y sus rejas,
la oquedad cutrescente de dulías añejas,

las carcomas sangrantes del diorama de olvido,
la otredad coruscante de tu adiós carcomido

por responsos, cilicios del yoguín, la cartuja
los escombros, detritos, de las dudas bermejas,
del misterio insondable del no-ser ni haber sido.


12. Sólo tu olvido

Sólo tu olvido mi oquedad inunda,
late y carcome y tasa y me circunda

en la noche: libélulas abstrusas,
de los astros azules, sus profusas
entelequias y voces de las musas,
mi carcaj pleno de extrañas y obtusas

eidomaquias que tu olvido musita
la voz, la sed y el verso de maldita

algoritmia y seidad en la profunda
subyacente rueda de las ilusas
poses con que se reza y se medita.


13. Cada vez que pienso en ti

Cada vez que pienso en ti se me fruncen los cojones
y aceleran algoritmias de ardorosos corazones;

un batir de glaucos élitros se asienta en mi nonada
al recuerdo del sendero con tu mano enamorada
aunque sé que en tu existencia ya no valgo casi nada:
poco menos que la arena del cangrejo por la rada;

cada vez que te recuerdo con el cuerpo ya desnudo
se me erecta entre las ingles la seidad del estornudo;

la edromaquia coruscante de arabescos y emociones
me compulsa con grafías de tu pubis de alborada,
al saber que entre nosotros el connubio está ya mudo.


Voy cantando por callejas la grisalla de tu olvido
con los pasos ya vacíos, con el cuerpo carcomido

de excrecencias y de escombros, con la risa del orate
voy nombrando los momentos, las esquinas de avenate
y me sirve de consuelo, me motiva, es acicate
el recuerdo de tus formas, tu diorama que me late

en la entraña y en los plexos, y el cerebro por la noche,
potenciando los efectos de tu olvido y del soroche

conque yago en la carcoma de mi cuerpo ya podrido
en rituales de sandungas, pasmarotes, del dislate
y el dolor del ya no-ser sin esa esencia de tu broche…


14. Esta tarde volví a verte

Y esta tarde volví a verte
con temor de ya perderte:

vi en la magia de tu talle
cuando cruzabas la calle,
el diorama que en el valle
hace que mi voz no acalle

el encanto con que miras
te sonríes y suspiras;

no sé si alcance mi suerte
para enseñarte el entalle
conque obtienes lo que aspiras;


me carcomen muchas dudas
con mis esperanzas mudas,

cuando veo que me ignoras
con mi numen y clamoras
y persisten las demoras
en mi cárcava y las horas;

sólo un gesto tuyo pido
y no me eches al olvido,

y poder con las sesudas
otredades con que afloras
obtener el bien perdido.


15. Se oye un dejo obscuro y rauco

Se oye un obscuro y rauco por la fronda con la luna,
arabescos con la estrige, tu figura cual ninguna,

tus grisallas y dioramas, las solercias de los tangos,
con los locos por la fronda, florescencias de los mangos,
la algoritmia evanescente de sandungas y fandangos;
con el rito espiraloide, por la altura, los chimangos,

bailotean los cadáveres por el río con sus quejas;
se ejercitan asesinos con la muerte, las callejas

aglomeran desplazados, suripantas, la versuna
psicodelia del fantoche; los bohemios con sus fangos,
van pasando los sochantres con sus rezos y consejas.


16. La ironía de los dioses

La ironía de los dioses nos acecha en cada esquina,
edromaquias inconsútiles con la mano que asesina,

las metáforas salobres, las sandungas, pasmarotes,
la bandurria de los parias, sus miserias y pegotes,
desplazados, suripantas, los toreros, sus capotes,
los orates y sus versos, los sonetos y estrambotes;

con su sayo cada cual hace su capa la noche
al fragor de obscuros astros, las tambochas y el soroche.

Cada vez que pule el tango la cutrez de la cansina
otredad y desarraigo, grita el vulgo en sus cogotes,
sus carcomas y putreces, con los versos del fantoche.


17. Con las cárcavas umbrosas

Con las cárcavas umbrosas, las rasquiñas de pelambre,
las inedias incombustas, estulteces con el hambre,

las sandeces del curaca: su campaña y su discurso
mientras pule su estrategia conque esquilma del recurso
al erario citadino, continúa con su curso
el sochantre y sus responsos, su homilía de concurso,

desastrados en semáforos, sus dulías y consejas,
son hirsutos sus trasuntos por las frondas y callejas;

al fragor de las sandungas, desplazados en enjambre
aglutinan de su estirpe, melarchías, y el decurso
del fantoche, suripantas: sus trasiegos y sus quejas.


18. Algoritmias dehiscentes

Diuturnando los recuerdos, los dioramas, los trasuntos,
al pasar las romerías, procesiones, los difuntos,

en cortejos incombustos por las tardes de mi horario
y se engarza en las entrañas con verdín estrafalario,
esa pátina de olvidos, de grisallas, perdulario
estropicio pertinaz con otredad de escapulario,

devenir de las estirpes en sus cárcavas umbrías,
algoritmias dehiscentes, lo cutrez, melancolías,

con fragores citadinos, nimiedad de los asuntos,
escozor en los fandangos que el malevo perdulario
vuelve sangre en los festejos, corazones, malvasías.


19. La inconsútil edromaquia

La inconsútil edromaquia de tus ojos tan azules
va entonando las rapsodias con los más raros bulbules.

Los recuerdos se me asientan coruscantes en las manos
cual dioramas y grisallas en los vuelos de milanos;
el trasiego itinerante que hemos hecho los humanos
es inútil melarchía de los siglos y los vanos

ideales de los parias, del Edén siempre proscritos,
devenir de las costumbres, las carcomas, los detritos,

conque osamos levantarnos hacia los astros azules
esgrimiendo las miserias, de ignorancias, los profanos,
dehiscentes trasegares, la ignominia en nuestros gritos.


20. La calleja recopila

La calleja recopila las miserias de los parias,
su estultez y sus morriñas, sus pisadas solitarias;

con fragores citadinos, las grisallas y dioramas
acompasan las cantigas de la estrige entre las ramas,
diuturnando soledades, los harapos, las soflamas
de los sinos sin futuros, otredades, las escamas

de carencias, los escombros, los suribios, ya sin rumbos
cabalgando entre las brumas del smog como cusumbos

vanistrosos los parajes, al garete perdularias
multitudes, acezar siempre profuso, ya sin flamas,
con los pasos temulentos, desvariando entre sus tumbos.


21. Por la ciudad fusente

Por la ciudad fusente regurgito mis trenos
al recuerdo incombusto de la hembra y sus senos.

Trasegando la inedia de las noches, los días,
apaciento en mi cárcava lo cutrez, las dulías,
la carcoma inclemente de las melancolías,
añorando diuturno las sin par malvasías

de tu Amor, tus encantos, tu diorama escarlata
que la fronda me evoca y con la luna retrata;

al fragor citadino con sus crueles venenos
entonando la endecha de las rucas grafías
tu recuerdo me obsede, me compulsa y me mata.
 
     
   
     
 
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